La enviada especial de la ONU, Graca Machel, culpó al organismo mundial por su uso indiscriminado de sanciones económicas contra Iraq, Yugoslavia, Libia y Haití.
"Aquellos con poder e influencia, por lo general, logran adquirir lo que necesitan, mientras el resto de la población lucha por sobrvivir con lo que queda", declaró la ex primera dama de Mozambique, que acaba de finalizar un estudio sdobre el impacto de los conflitos armados en los niños.
Machel dijo que las sanciones económicas a menudo provocan escasez de recursos, interrumpen la distribución de víveres, medicamentos y suministros sanitarios, y reducen la capacidad de los sistemas de salud pública para mantener la calidad de alimentos, agua, atmósfera y fármacos.
"Mientras los adultos pueden soportar largos períodos de privaciones, los niños tienen mucha menos resistencia y son menos propensos a sobrevivir durante largos períodos de escasez", expresó en un informe conocido aquí.
El documento tambien señaló las negativas consecuencias del embargo económico de 34 años contra Cuba, destinado a desgastar el gobierno del presidente Fidel Castro.
Estudios desde Cuba, Haití e Iraq demuestran "un rápido aumento en la proporción de niños desnutridos", tras la imposición de sanciones en todos esos países, añadió el informe.
Carol Bellamy, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denunció el mes pasado que alrededor de 4.500 niños iraquíes menores de cinco años mueren mensualmente por desnutrición y enfermedades.
La mortalidad infantil, previsiblemente, aumentará a medida que progresa el invierno en Iraq, debido a una caída del 40 por ciento en la producción de alimentos respecto a 1995.
Yasushi Akashi, subsecretario de la ONU para Asuntos Humanitarios, declaró que "las necesidades básicas y urgentes de la población iraquí, especialmente los sectores más vulnerables, deben ser satisfechas enseguida".
Machel admitió que las sanciones económicas han sido consideradas "una alternativa bélica menos costosa y no violenta" pero, en la práctica, los embargos han demostrado hasta ahora ser "instrumentos brutales".
Machel apuntó que los gobiernos y autoridades contra los cuales fueron impuestas las sanciones resultan raramente afectados y, por lo tanto, "podrían responder menos a las demandas de sus pueblos".
En el interés de los niños, el estudio urgió a la comunidad internacional efectuar "excepciones humanitarias" en todas las sanciones económicas futuras.
"Cada medida adoptada debe estar dirigida en forma precisa a la vulnerabilidad de los líderes políticos y militares cuyo comportamiento se desea cambiar", dijo el estudio.
Esas acciones propuestas podrían incluir embargos de armas, el congelamiento de activos personales y corporativos en el exterior, el cese de cierto tipo de transacciones económicas, la suspensiones de lazos aéreos y otras formas de comunicación, y el aislamiento de los países castigados del resto del mundo.
El estudio tambien demandó a la comunidad internacional imponer mecanismos eficaces de supervisión y verificación del impacto de las medidas restrictivas en la niñez.
La Comisión de Sanciones del Consejo de Seguridad fue urgida de vigilar estrechamente el impacto humanitario de las sanciones y modificarlas inmediatamente si se comprueba que provocan innecesarios sufrimientos en los niños. (FIN/IPS/tra- en/td/yjc/ego/ip).
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