Inspirada en el viejo aforismo de que es mejor prevenir que curar, la VI Cumbre Iberoamericana analizará desde este jueves en Santiago de Chile las medidas para asentar las democracias y alejar los fantasmas de las dictaduras.
La gobernabilidad democrática, como eje de esta cita, se hace cargo de las reservas, insatisfacciones e incluso desconfianzas de un alto porcentaje de latinoamericanos ante los gobiernos civiles instalados en toda la región en la última década.
Los líderes de 19 naciones de la región más España y Portugal se reunirán el domingo y lunes próximos, en la fase culminante de la Cumbre, que tendrá como preámbulos la fase técnica, que comienza este jueves, y la cita de cancilleres del sábado.
"La gobernabilidad para una democracia eficiente y participativa" es el enunciado que el chileno Eduardo Frei propuso a sus pares como anfitrión de esta VI Cumbre, que finalizará con la Declaración de Viña del Mar.
En ese balneario, situado 120 kilómetros al oeste de Santiago, se suscribirá el documento que resaltará los principios de la democracia, el pluralismo, la paz, la estabilidad y la justicia como objetivos de la cooperación en Iberoamérica.
La incertidumbre económica y social, la debilidad del estado de derecho, la corrupción, el narcotráfico, la falta de credibilidad en los políticos, están entre los principales obstáculos para la gobernabilidad democrática.
Así lo indican consultas de los corresponsales de IPS en varios países latinoamericanos a dirigentes políticos, expertos en ciencias sociales, activistas de organizaciones de base y funcionarios de organismos internacionales.
Estos y otros fenómenos inquietan a la llamada clase política, cuyas propuestas de gobierno están sometidas permanentemente a la comparación con el cometido de regímenes militares en varios países hasta fines de la década de los años 80.
Esta VI Cumbre Iberoamericana intentará romper la impresión más o menos generalizada de que los gobiernos civiles son democráticos pero ineficientes, mientras que las dictaduras garantizan eficiencia sacrificando la democracia.
El "Latinobarómetro", una encuesta aplicada en 17 países de América Latina y España, dio como resultado un respaldo de 61 por ciento de la población latinoamericana a la democracia como sistema de gobierno preferible al autoritarismo dictatorial.
Sin embargo, el mismo sondeo reveló que sólo 27 por ciento de los latinoamericanos está satisfecho con el funcionamiento de los gobiernos democráticos, en contraste con España, donde el índice de satisfacción es de 57 por ciento.
En ARGENTINA, la encuesta mostró un apoyo a la democracia de 71 por ciento, pese a que la mitad de la población considera que el país está estancado y 43 por ciento identifica al desempleo como el problema socioeconómico más importante.
El cientista político Jairo Marconi Nicolau, estima que en BRASIL no hay amenazas graves a la gobernabilidad, como una seria crisis económica o una radicalización social, aunque sólo 50 por ciento del país apoyó la democracia en el "Latinobarómetro".
Bolívar Lamounier, otro experto brasileño, considera que este resultado evidenciaría el recuerdo de un régimen militar menos violento que los de otros países de la región y más exitoso en su gestión económica.
En BOLIVIA, encuestas locales identifican como obstáculos para la gobernabilidad democrática a la extrema pobreza acentuada por los ajustes estructurales, la corrupción gubernamental y judicial, el descrédito de los políticos y el narcotráfico.
Para el presidente Frei, CHILE es uno de los ejemplos más exitosos de recomposición democrática en un proceso de crecimiento y desarrollo económico, con estabilidad política y social y creciente inserción en el comercio mundial.
El propio mandatario advierte, sin embargo, que esto no implica desconocer dificultades, entre las cuales se advierten episodios de corrupción, creciente desigualdad distributiva y apatía política juvenil con poca credibilidad en los partidos.
COLOMBIA es el caso prototípico de la gobernabilidad amenazada por el narcotráfico, con el agregado de que Estados Unidos asume hoy una política unilateral que reemplaza la cooperación en la "lucha contra el comunismo" de la Guerra Fría.
Así lo señala el analista político y académico Luis Valencia, quien advierte asímismo las amenazas de la marginalización social, de la crisis por la corrupción ligada también a la droga, de la violencia interna y la impunidad judicial.
Para el presidente de COSTA RICA, José María Figueres, la falta de credibilidad en las instituciones del estado y los partidos, así como la corrupción, son los elementos que más atentan contra la consolidación de la democracia.
Esta falta de credibilidad "carcome la participación de las personas en los procesos políticos", señala el mandatario de Costa Rica, país en que también las encuestas advirten un estado de incertidumbre económica en la población.
Para CUBA, el desafío de la gobernabilidad está en demostrar que su modelo de partido único y "democracia participativa" en las bases, es más justo que la "democracia representativa" con pluralismo político del resto de Iberoamérica.
En ECUADOR el ex candidato presidencial Freddy Elhers dijo a IPS que "la gente reconoce a la corrupción de la clase política y en las estructuras de poder, como el principal enemigo de la democracia".
La socióloga Leticia Salomón coloca igualmente a la corrupción como el mayor obstáculo para la gobernabilidad en HONDURAS, junto a fenómenos como la falta de credibilidad en los políticos, la impunidad y negligencia judiciales y la pobreza.
La debilidad del estado ante la creciente impunidad de crímenes políticos fue identificada como la primera amenaza contra la democracia en MEXICO por Gilberto Rincón, director del independiente Centro de Estudios para la Reforma del Estado.
El experto enumeró además los problemas del aumento de la delincuencia y la violencia, la pobreza ligada a la "liberación comercial desenfrenada", y la "cultura de la corrupción que mina todas las bases de la convivencia".
En PERU, el sociólogo Hernando Burgos acusa el presidente Alberto Fujimori de provocar la "desinstitucionalización" del país con "su estilo autoritario y su tendencia a centralizar el poder", fenómeno acompañado por la crisis de los partidos.
En URUGUAY el tema de la gobernabilidad se vincula al plebiscito del próximo 8 de diciembre, en que se votarán reformas a un sistema electoral que desarticula la gestión legislativa y dispersa los comicios presidenciales con múltiples candidatos.
La falta de consenso y cohesión en torno a un nuevo proyecto nacional, tras la crisis en 1989 del estado benefactor, es el mayor obstáculo para la gobernabilidad en VENEZUELA, apunta el ex ministro y politólogo Carlos Blanco.
Monseñor Hernán Sánchez, secretario de la Conferencia Episcopal, plantea las reformas educacional, judicial y electoral, así como a la redistribución del ingreso, entre las tareas para que los venezolanos recuperen la fe en la democracia. (FIN/IPS/ggr/ip/96