Chile es desde hoy en el epicentro político de la comunidad iberoamericana, con el inicio de la fase técnica de la VI Cumbre de jefes de Estado y de gobierno, convocada en torno al tema de "la gobernabilidad para una democracia eficiente y participativa".
La reunión continuará el sábado con el encuentro de cancilleres y tendrá su fase culminante con la cumbre de los 23 líderes de 19 países latinoamericanos más España y Portugal, que se desarrollará el domingo en esta capital.
El encuentro será clausurado el lunes en el balneario de Viña del Mar, 120 kilómetros al oeste de Santiago.
Las polémicas suscitadas a nivel local en torno a la presencia en Chile de Fidel Castro convierten al presidente de Cuba en el principal protagonista noticioso de la cumbre, que tiene igualmente al rey Juan Carlos de España como otro de sus personajes centrales.
Los expertos de las cancillerías iberoamericanas trabajarán hasta este viernes en el borrador final de la Declaración de Viña del Mar, que constará de tres partes, relativas al punto central de la gobernabilidad, al seguimiento de los acuerdos de cooperación y a los temas especiales.
El borrador será revisado el sábado por los ministros de Relaciones Exteriores y el domingo lo analizarán los gobernantes, quienes darán forma así a la declaración conclusiva que será suscrita solemnemente el lunes en el palacio presidencial de Cerro Castillo en Viña del Mar.
La elección de este balneario sobre el océano Pacífico para la clausura de la Cumbre causó algún desagrado en la sede del Poder Legislativo, en el vecino puerto de Valparaíso, previsto inicialmente para la ceremonia de cierre.
El gobierno del presidente Eduardo Frei, según versiones extraoficiales, optó por Viña del Mar para evitar un alto protagonismo en torno a la cumbre del presidente del Senado y cabeza del Poder Legislativo, Sergio Diez, del opositor Partido Renovación Nacional.
Cuando Chile pidió ser sede de la cita iberoamericana el presidente del Senado era Gabriel Valdés, del oficialista Partido Demócrata Cristiano, pero un empate con Diez en la elección de la mesa de la cámara en marzo de 1994 lo obligó a dividir su período con el parlamentario opositor.
Diez asumió en el cargo en marzo de este año.
Pero este conflicto no llegó a mayores y adquiere un tono casi silencioso, comparado con la virulenta reacción de grupos de extrema derecha, apoyados por anticastristas con base en Miami, a propósito de la próxima presencia de Castro en Chile.
El gobierno advirtió que no tolerará manifestaciones contra ningún visitante y dispuso un fuerte resguardo policial, tanto en el aeropuerto de Pudahuel, donde Castro llegará el sábado, como en el centro de congresos Casa Piedra, sede de las deliberaciones de la cumbre en Santiago.
Activistas de la Unión Demócrata Independiente, el Movimiento Acción por Chile y Tradición, Familia y Propiedad parecen dispuestos a desafiar a las autoridades y a "hacerle la vida imposible a Castro", según Rodrigo Eytel, uno de los promotores de las acciones contra el líder cubano.
Organizaciones anticastrisas con sede en Miami apoyaron abiertamente a estos grupos y en los últimos días numerosos cubanos residentes en Estados Unidos solicitaron visas turísticas para venir a Chile "a conocer la región de Los Lagos", en el sur del país, según rezan la mayoría de los formularios.
El poeta cubano anticastrista Armando Valladares, ex preso político y ex embajador ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas del gobierno estadounidense de Ronald Reagan, viajó a Chile para respaldar las manifestaciones en rechazo a la presencia de Castro.
La Coordinadora de Solidaridad con Cuba, integrada por los comunistas, otros grupos de izquierda y organizaciones juveniles, sindicales y sociales prepara a su vez actos de homenaje al líder cubano y es probable que se produzcan choques con los manifestantes anticastristas.
Dirigentes de la gobernante Concertación por la Democracia, de centroizquierda, rechazan la campaña de la extrema derecha, aunque plantean que la cumbre debe ser una nueva instancia para exhortar a Castro a una apertura política hacia el establecimiento de una democracia pluralista en Cuba.
El compromiso con la democracia y el pluralismo político es uno de los postulados centrales en el borrador de la Declaración de Viña del Mar, que registra igualmente el derecho de cada pueblo a construir libremente, en paz, estabilidad y justicia su sistema de gobierno y sus instituciones.
Con vistas a materializar esos principios y contribuir a la gobernabilidad mediante el perfeccionamiento de las democracias, el documento consignará una serie de compromisos en materia de cooperación política de la comuniad beroamericana.
En los borradores iniciales del documento se enumeran entre estas materias las dimensiones internacionales, socioeconómicas e institucionales de la gobernabilidad democrática, con énfasis en la lucha contra la pobreza, las reformas a la administración pública y la descentralización del Estado.
La declaración final incluirá los aspectos de cooperación, así como los "asuntos de especial interés", donde se reitera la condena a la ley Helms-Burton, de endurecimiento del bloqueo a Cuba, y se abordan otros temas como el narcotráfico, el desarme, la pobreza y el comercio internacional.
El documento conclusivo será difundido el lunes por Frei, como anfitrión del encuentro, el mandatario argentino Carlos Menem, en cuyo país se realizó la quinta cumbre en 1995, y Rafael Caldera, gobernante de Venezuela, donde se llevará a cabo la séptima cita iberoamericana en 1997. (FIN/IPS/ggr/jc/ip/96