ESTADOS UNIDOS: Dudoso futuro para negros, latinos y asiáticos

Este año de elecciones, dominado por una atribulada propaganda sobre la suerte de negros, inmigrantes mexicanos y asiáticos, terminó con un suspiro de alivio exhalado por gran parte de las minorías del país.

Tras las elecciones de 1994, que fue llamado "el año del hombre blanco furioso", el voto del martes careció de dramatismo, porque la mayoría de los miembros afroamericanos y latinos de la Cámara de Representantes se aseguraron un nuevo período de dos años.

"El Congreso va a ser un organismo mucho más moderado", predijo Lisa Navarrete, vocera de la Coalición Nacional para la Raza, un grupo de asuntos latinos. "Debemos mitigar el ataque sufrido por nuestra comunidad durante el bienio precedente", desde que los republicanos lograron el control de las dos cámaras del Congreso".

También hubo algunos comienzos dramáticos. La demócrata Julia Carson, fue la primera mujer elegida al Congreso por el estado de Indiana, cuando derrotó a la senadora Virginia Blankenbaker.

Gary Locke, un demócrata de ascendencia china, ganó la carrera para ser gobernador del estado de Washington y es el primer mandatario asiático de cualquiera de los 48 estados continentales de la Unión. Los otros dos son Alaska y Hawai.

La victoria de Locke fue la más encomiable dada la historia estadounidense sobre discriminación china, y ataques políticos y de los medios sobre recogedores asiáticos de fondos, incluyemdo el despedido asistente de la campaña demócrata John Huang, hace pocas semanas.

Sin embargo, el comicio marcó un nuevo revés para las minorías con la aprobación en California, el mayor estado, de la Proposición 209, una iniciativa que permitirá a todas las instituciones públicas no tener en cuenta raza o género para contratar personal.

La medida, contra la cual se opuso el presidente Bill Clinton, obtuvo el favor del 55 por ciento de los votantes californianos.

Según un sondeo de la CBS, la Proposición 209 obtuvo la aprobación de más del 77 por ciento de los electores blancos, respecto al seis de los negros y el 10 de los latinos.

Incluso en California, los votantes que acudieron a las urnas para decidir sobre la iniciativa no evitaron la victoria de Clinton en el estado, apuntó Robert Borosage, ex ayudante político de la campaña presidencial de Jesse Jackson

"La acción afirmativa no fue el tema decisivo que se pensó, pero triunfó, desgraciadamente", dijo.

Navarrete declaró que el candidato presidencial republicano, Bob Dole, trató de usar la Proposición 209 y medidas anti- inmigratorias para triunfar en California, pero fracasó. Tampoco la cuestión racial jugó un papel decisivo en la mayoría de las carreras por el Congreso, señaló.

Uno de los resultados más significativos fue la habilidad de los legisladores afroamericanos para mantener sus escaños en el Congreso, incluso despues que una decisión de la Suprema Corte reformó algunos distritos electorales con fuerte población negra, arguyó Joe Beasley, coordinador de la Coalicion Nacional Arco iris.

La decisión de la Suprema Corte dispuso que los distritos electorales debían ser "compactos" y la raza no debía ser un factor decisivo en su composición, lo cual invalidó la acción de muchos distritos en estados sudistas que reunían una gran proporción de electores negros.

Los distritos con mayoría negra habían aumentado el número de representantes de color en la cámara a 45 en 1992, y algunos analistas temieron que la recomposición de los distritos pudiera suplantar a esos legisladores con conservadores blancos.

De todas maneras, los representantes negros y latinos disminuyeron ligeramente, incluyendo algunos legisladores afianzados como el demócrata de Luisiana, Cleo Fields, que dimitió para no luchar en nuevos distritos con mayoría blanca.

Sin embargo, dos negros de Georgia, los demócratas Cinthya McKinney y Sandord Bishop, se adjudicaron nuevos períodos el martes.

"Las victorias frenaron la tendencia", apuntó Beasley. "Históricamente, los votantes blancos no optan por afroamericanos… Podría señalar aquí una nueva era (en el Sur)".

McKinney pudo repeler un ataque del republicano John Mitnik a pesar a raíz de una controversia surgida en los últimos días, cuando Louis Farrakhan, líder de la Nación de Islam, visitó Georgia.

A pesar de la indignación de los votantes judíos por el viaje de Farrakhan y los subsiguientes comentarios del padre de McKinney, que la propia candidata juzgó "antisemitas", la legisladora logró mantener unida una coalición de mujeres blancas y negras que aseguraron su victoria, dijo Beasley.

Bishop, un ex delegado de la Coalición Arco iris cuando Jesse Jackson fundó la organización hace 10 años, adoptó una línea más conservadora e incluso apoyó los cortes en los beneficios federales de seguridad social, lo cual tambien le valió votos blancos.

Beasley dijo que Bishop logró probar que "representará a los granjeros de la manera que lo desean".

No todos los afroamericanos triunfaron apoyados por una amplia coalición de negros, blancos de la clase obrera y mujeres, del modo que lo hicieron McKinney y Bishop.

El demócrata Harvey Gantt perdió su segundo intento consecutivo de desplazar al senador derechista Jesse Helms, de Carolina del Norte, porque solo pudo asegurarse el 30 por ciento del favor de votantes blancos.

De igual manera, el maestro de escuela de orígen mexicano Eduardo Morales, a pesar de una fuerte afluencia de electores latinos en Texas, no pudo arrancarle votos al senador republicano Phil Gramm.

En muchos estados sureños, el "Partido Demócrata todavía es una organización racista", apuntó Beasley. Agregó que, como resultado, demócratas blancos prefieren a menudo republicanos del mismo color para candidatos minoritarios, un factor que ha fortalecido el control de esa fuerza conservadora en la región.

No obstante, votantes negros apoyaron a demócratas blancos, especialmente en Luisiana, donde el 91 por ciento de los afroamericanos sufragaron por May Landrieu, que ganó la carrera al Senado frente al republicano Woody Jenkins.

Clinton tambien se benefició con votos que no provinieron de blancos, y ganó el favor del 90 por ciento de electores negros y el 70 de latinos, según diversos sondeos.

Irónicamente, uno de los dos republicanos negros en el Congreso, el representante de Connecticut, Gary Franks, perdió la competencia cuando una coalición multirracial con fuerte apoyo sindical respaldó al demócrata blanco James Maloney.

La federación estadounidense de sindicatos, AFL-CIO, dió a Franks un flaco índice del ocho por ciento sobre cuestiones gremiales, y señaló que votó el 90 por ciento de las veces con el titular de la cámara, Newt Gingrich.

Franks afirmó que fue víctima "de la peor campaña personal de calumnias jámas sufrida por algún miembro del Congreso". (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ego/ip).

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