Lejos de la pompa de la inauguración hoy de la Cumbre Mundial de la Alimentación, en esta capital, grupos ambientalistas y sociales de todo el mundo se reúnen para producir un proyecto alternativo sobre la seguridad alimentaria mundial.
La Declaración de Roma y el Plan de Acción firmados este miércoles en la Cumbre organizada por la FAO "ignoran las verdaderas causas del hambre", afirman estos grupos de base popular reunidos bajo el nombre de "Asamblea contra el Hambre".
Los motivos reales del hambre son "el libre comercio mundial, la inequidad y la pérdida de diversidad biológica y cultural", según los "asambleístas", que reclamaron autoabastecimiento, reforma agraria y producción local de alimentos orgánicos.
La Asamblea, de nueve días de duración, es organizada conjuntamente por ASeed Europe (una red de organizaciones ambientales y sociales) y Play Fair Europe, y tiene un aire de festival "new age".
Los activistas se reúnen en coloridas carpas de estilo circense, molestados a veces por el ruido de los helicópteros de policía que vigilan la sede de la Cumbre, a un kilómetro y medio de distancia.
La Asamblea considera a la Cumbre antidemocrática por excluir a vastos sectores de la sociedad civil, particularmente los campesinos, y también critica al Foro de Organizaciones no Gubernamentales, paralelo a la Cumbre, por "cobrar entradas de 50 dólares y limitar la participación a un miembro por grupo".
Así mismo, los grupos activistas sostienen que las naciones industrializadas utilizan el endeudamiento de los países pobres para imponerles su voluntad política y crear oportunidades para las corporaciones transnacionales.
Los talleres se centrarán en los programas de ajuste estructural y el libre comercio, la reducción de los bancos de pesca, la mujer y la seguridad alimentaria, el suministro de alimentos a los desplazados, y los derechos humanos y la seguridad alimentaria.
Marvin Ponce, miembro de la Organización de Campesinos de Honduras, identificó la reforma agraria como una de las prioridades de América Central, donde se produjeron intentos deliberados de expulsar a los campesinos de sus tierras.
En Honduras, 70 por ciento de los campesinos no tienen tierra ni acceso a los créditos, dijo Ponce, y agregó que las mejoras tierras están en manos de corporaciones multinacionales, que las utilizan para cultivos redituables sin consideración por la diversidad biológica.
Mientras, Penny Fowler, del Instituto Católico para las Relaciones Internacionales, criticó la reserva en los procedimientos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y reclamó la revelación de sus documentos.
"Los países en desarrollo se están dando cuenta de que ya no pueden aceptar la liberalización del comercio y que necesitan luchar en el marco de la OMC", dijo.
La Asamblea contra el Hambre reclamó no sólo el fin de la hegemonía política y económica del Norte industrial, sino también de su monopolio de la ciencia y la tecnología, que excluye conocimientos indígenas y tradicionales.
Así mismo, los "asambleístas" pretenden una revisión de las resoluciones de la Ronda Uruguay relativas a los derechos de propiedad intelectual, que permiten el patentado de recursos genéticos vegetales en beneficio de grandes corporaciones, y no de los países de donde se extrae el material.
La Asamblea incluirá una serie de actos culturales, y presentará una declaración política este domingo, día previsto para la clausura de la Cumbre. (FIN/IPS/tra-en/ad/mk/ml/dv/96