Cuba y Estados Unidos reanudarán antes de fin de año las conversaciones sobre asuntos migratorios, estancadas desde febrero, cuando la fuerza aérea cubano derribó dos avionetas utiliadas por organizaciones de exiliados.
Miguel Alfonso, portavoz de la cancillería cubana, confirmó que la sexta ronda de negociaciones entre altos funcionarios de los dos gobiernos, se realizará el 4 y el 5 de diciembre en La Habana.
La reunión dará seguimiento a los acuerdos bilaterales firmados en 1994 y 1995 para poner fin a la emigración ilegal de cubanos a Estados Unidos y propiciar la normalización y seguridad del flujo migratorio.
Estados Unidos se comprometió a admitir cada año un mínimo de 20.000 cubanos y a deportar a todos las personas que intenten llegar ilegalmente desde la isla a su territorio.
Por su parte, Cuba debe impedir salidas irregulares y no puede sancionar a los emigrantes ilegales que Estados Unidos le devuelve.
Según fuentes oficiales cubanas, desde la firma de los acuerdos los servicios de guardacosta de Estados Unidos repatriaron a la isla más de 500 indocumentados.
La quinta ronda de negociaciones se realizó en Nueva York el 28 de noviembre de 1995, y la sexta era esperada para los primeros meses de este año, pero fue postergada.
El aplazamiento coincidió con el derribo por la fuerza aérea cubanas de dos avionetas civiles de matrícula estadounidense que opositores al régimen de Fidel Castro empleaban para realizar propaganda en la isla.
Ese episodio fue seguido de la aprobación por el presidente estadounidense Bill Clinton de la ley Helms-Burton para intensificar el bloqueo a Cuba.
Fuentes de la cancillería aseguraron entonces que "no había nada anormal" en el aplazamiento y que se suponía que con la marcha favorable de los acuerdos, las rondas podían espaciarse cada vez más.
A mediados de año circularon rumores en La Habana sobre la posible suspensión unilateral de los convenios migratorios, e incluso se comentó que Castro estaría decidido a abrir las fronteras a la emigración, como represalia ante la ley Helms- Burton.
Pero los acuerdos se mantuvieron y, de acuerdo con analistas locales, el tema migratorio permenece como único punto de consenso entre La Habana y Washington.
Entre los temas que quedaron pendientes en la última ronda se encuentra la queja de la parte estadounidense sobre las "altas tarifas de trámites de viaje" que cobra La Habana a los cubanos que obtienen visa permanente para viajar a Estados Unidos.
Cuba podría colocar sobre la mesa de negociaciones su disconformidad, ya manifestada por vías diplomáticas, frente a la aceptación por las autoridades estadounidenses de un grupo de balseros rescatados en el mar y por la negativa de Washington a entregarle el secuestrador de un avión cubano. (FIN/IPS/da/ff/ip/96
