/CIUDADES DEL MERCOSUR/ URUGUAY: El candombe de los esclavos

El "Cerrito", uno de los barrios populares de esta capital, fue escenario de una sonora ceremonia con mucho "candombe" para celebrar los 150 años de la abolición de la esclavitud en Uruguay, firmada por el general Manuel Oribe, 17 antes que lo hiciera Abraham Lincoln en Estados Unidos.

La palabra candombe denomina un ritmo africano y significa "perteneciente a los negros" en idioma kimbundu, una de las ramas de la lengua africana bantú.

Esta música llegó a las costas de Montevideo durante la colonización de América, a través de los esclavos africanos, y hoy es uno de los ritmos de más arraigo en Uruguay.

El instrumento para tocar el candombe es el tamboril, del que la jerga de las "comparsas", los conjuntos tradicionales que lo cultivan, diferencia en "chico, piano y repique" según la sonoridad particular de cada uno de ellos, explicó un integrante de la asociación Mundo Afro.

Las comparsas, integradas por unos 40 tamborileros, cuerpos de baile y estandartes con sus colores típicos y figuras de los cultos africanos, se mantienen en muchos vecindarios de la capital uruguaya, particularmente en los barrios Sur y Palermo, donde tradicionalmente se congregaron los negros.

El desfile de las "Llamadas" que se realiza todos los años en Montevideo, organizado por la intendencia (alcaldía), es la fiesta máxima de la raza negra y allí participan las comparsas que llegan de los disntintos barrios para tocar candombe y rememorar el sonido de los antepasados.

Según las organizaciones sociales en Uruguay hay unos 180.000 negros, aunque su influencia a través del candombe se ha extendido a toda la sociedad a lo largo de los años. En la actualidad, esta música identifica a todos los habitantes de la Montevideo, sean negros o blancos.

El artista plástico uruguayo Carlos Páez Vilaró, de más de 70 años de edad, es uno de los blancos que año a año se incorpora a la fiesta de las Llamadas con su tambor y se integra a las comparsas de negros tocando el ancestral ritmo por las calles de Montevideo.

Páez Vilaró comenzó a pintar inspirado en motivos de la raza negra como el candombe y las Llamadas. Su primer taller estuvo instalado en el conventillo (contrucción dividida en piezas) Medio Mundo, uno de los centros emblemáticos de la colectividad negra porque desde allí salían las principales comparsas.

"Fui recibido con respeto y alegría por los negros del lugar", recordó el artista plástico, que es uno de los tantos cultores de la música negra típica de este país.

La mayoría de los musicólogos coinciden en que el candombe aparece en el Río de la Plata en la tercera década del siglo pasado, si bien otros expertos opinan que nació con la llegada del primer negro esclavo a las costa de la capital uruguaya.

Algunos estudios indican que si bien muchos ritmos de América Latina tienen raíces africanas, el tronco musical común fue tomando diversas características en las distintas regiones del continente, que luego se conviertieron en expresiones musicales autóctonas.

Las organizaciones sociales que agrupan a los negros en Uruguay buscan evitar que se pierda esta rica tradición, "muchas veces influida por la modernidad desmedida, olvidando las raíces del Africa pobre de la cual venimos, y donde nuestros hermanos aún están sufriendo", afirmaron.

Con el paso de los años, las Llamadas y el candombe se han convertido en uno de los hechos más relevantes del verano uruguayo y muchos turistas, particularmente de Europa, Estados Unidos y Japón, llegan especialmente a Montevideo para disfrutar este espectáculo.

El resto del año, algunos de las principales comparsas realizan giras al exterior, principalmente a los países donde existen colonias de emigrantes uruguayos, para llevar el candombe que nació en Montevideo hace más de 150 años. (FIN/IPS/jlm/mj/cr pr/96

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