La Comunidad del Caribe (Caricom), al igual que varios países africanos, se dispone a rechazar con fuerza las ideas que en la Unión Europea (UE) postulan separar por regiones a los 70 países ACP (Africa, Caribe, Pacífico) en su futuro relacionamiento con Europa.
Fuentes de la Caricom dejaron trascender que, sin tener aún conocimiento directo del borrador que la Comisión de la UE pondrá la semana próxima como base para una discusión pública que se extenderá por un año, los caribeños plantearán una dura oposición a cualquier propuesta de división o regionalización.
El grupo de países ACP -formado en función de la Convención de Lomé que regula las relaciones comerciales y de cooperación de la UE con antiguas colonias de los países europeos- tiene su base de coordinación en Bruselas.
Los productos exportables más importantes del Caribe, como el azúcar o el banano, gozan de libre acceso al mercado europeo, o de márgenes de preferencia muy acentuados. En general estos países no se quejan de ese régimen, ya que muchas de sus exportaciones no podrían competir en un mercado abierto.
Al mercado europeo entran cada año 857.000 toneladas de banano provenientes de los países ACP, libres de gravámenes. Esta ventaja es vital para la economía de varios de los países de la Caricom, ya que asegura 50 por ciento de sus exportaciones en algunos casos y emplea 30 por ciento de la fuerza de trabajo.
Además, el azúcar de los países ACP es pagado a 650 dólares la tonelada en Europa, lo cual está por encima de los precios del mercado mundial.
El Caribe, por lo tanto, pugnará por mantener esta situación. "Hemos recomendado a los jefes de Estado de nuestros países que no permitan el fraccionamiento del grupo ACP", informó Orlando Marville, secretario general adjunto de la Caricom, que tiene sede en Guyana.
"El borrador no es realmente un documento de posición, sino que sugiere opciones y formula algunas preguntas. Sólo podemos hacer conjeturas, pues hemos oído que podría separarse por grupos regionales al conjunto de estos 70 países", comentó Marville.
Esta cuestión fue estudiada en profundidad en una minicumbre de la Caricom celebrada en Jamaica a mediados de septiembre.
Los responsables de la Caricom piensan hacer cuanto sea posible para que se mantenga el modelo actual de vinculación con la UE, cuando el año próximo se reúnan por primera vez los jefes de Estado y de gobierno de los países ACP, en Gabón.
Los caribeños temen que una ruptura del grupo ACP -que sólo tiene entidad en el marco de las relaciones con la UE- provoque una desviación de fondos de cooperación de esta región hacia otras más pobres, en una comparación internacional, como Africa.
"Se entiende que Africa tiene diferentes urgencias de desarrollo, incluyendo su infraestructura básica, y por lo tanto habrá una tendencia a tratar de forma diferente a ese continente, produciéndose cierta desviación de recursos", añadió Marville.
Estos temores se explican, según algunos observadores, por el hecho de que varios países ya no reúnen las condiciones de necesidad que los clasificaban para recibir préstamos blandos de las instituciones crediticias de cooperación, como la Asociación para el Desarrollo Internacional (IDA) del Banco Mundial.
Barbados, por ejemplo, con un ingreso anual de 5.000 dólares por habitante, es uno de los países que ya se han "graduado" de la fase de financiación concesional (blanda).
La ruptura del grupo ACP podría tener más graves consecuencias en el Caribe, según fuentes de la Caricom, si la región debiera negociar un acuerdo separado con la UE. Desde el punto de vista geográfico la región incluye a Haití, un país clasificado como el más pobre del hemisferio occidental.
Leonard Roberts, portavoz de la Caricom, afirmó que el grupo ACP es el espacio donde las tres regiones se ponen en contacto y que la fragmentación no interesa a ninguna de ellas.
"Esta situación nos fortalece a la hora de negociar. Somos 70 los países ACP, lo cual refuerza nuestro poder negociador. El grupo nos facilita un contacto permanente con Africa", añadió. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/arl/if/96