Muchas mujeres de Camerún se resignan a ser golpeadas por sus cónyuges o concubinos y no hacen valer sus derechos legítimos debido a los valores culturales que se les inculcaron.
La realidad demuestra que aún cuando la mujeres son conscientes de sus derechos, muchas no los ejercen debido a las tradiciones referentes a los papeles del hombre y la mujer, destacan especialistas.
"El abuso físico es más frecuente en las mujeres con escasa educación o menos educación que el hombre, las cuales no pueden ganarse la vida por sí mismas", señaló Tchangue Seku, de la Asociación de Mujeres Juristas de Camerún.
"Estas mujeres dependen de su compañero para la satisfacción de sus necesidades, y muchos hombres tienden a aprovecharse de esta situación", agregó Seku.
Además, durante mucho tiempo las mujeres ignoraron sus derechos, situación también aprovechada por muchos hombres, pero el conocimiento de los derechos no cambia las cosas, observó Endale Eteki, química y miembro de la Asociación contra la Violencia hacia la Mujer.
La violencia contra la mujer puede producirse por la más arbitraria de las razones. "Solía golpear a mi mujer porque hablaba demasiado y más rápido que yo, y no me dejaba expresarme, aunque soy mayor que ella y tengo más experiencia", declaró Julius Berinyuy (54), un hombre casado con cinco hijos.
Las mujeres son en gran parte responsables por las violaciones de sus derechos, porque no se atreven a denunciarla, opinó Charles Taku, un destacado abogado.
Christie, por ejemplo, una estudiante de derecho de 28 años golpeada por su concubino, afirma que sus hijos son la razón por la que no procura protección del Departamento de Bienestar Social, la policía o la justicia.
"?Cómo podría hacerle eso? El es y siempre será el padre de mis hijos, y si fuera detenido o encarcelado ellos me odiarían. Sólo haría eso como último recurso", expresó.
Christie también duda si hacer saber de su situación a su familia y amigos. "Creo que mi madre enloquecería si supiera lo que me pasa. Ella me advirtió muchas veces contra esta relación, y ahora estoy en el infierno", dijo.
"Mi intención es algún día irme a vivir con mis padres, en Kumba, y con su protección y ayuda decirle a mi compañero que me deje sola", añadió Christie.
Pero recurrir a la ayuda de otros no siempre es la solución, porque pueden reiterar los valores patriarcales. Paul Nkwi, antropólogo de la Universidad de Yaoundé 1, atribuye el abuso de las mujeres a actitudes sociales ancestrales.
Nkwi citó el caso de una mujer recién casada que huyó a la casa de sus padres tras ser golpeada por su esposo, pero su madre le imploró que volviera con él y le obedeciera como jefe de familia, advirtiéndole que de lo contrario la deshonraría a ella y a su marido, que ya habían aceptado la dote de su yerno.
"El derecho de una mujer a elegir debe ser reafirmado mediante todos los medios legales posibles. Este derecho incluye el de elegir una carrera, un esposo, y, por qué no, a votar y ser votada para ocupar cargos públicos", destacó Taku.
La Asociación contra la Violencia hacia la Mujer y otros grupos de mujeres están organizando campañas para educar a las mujeres sobre sus derechos y hacer la educación obligatoria para niños y niñas. (FIN/IPS/tra-en/tm/jm/kb/ml/pr/96
