Es un viejo fenómeno de Hollywood: cuando los filmes presentan a las mujeres como vampiresas o asesinas psicóticas, nadie se queja, pero si una película sugiere que los hombres son malos maridos, el público estadounidense se enciende en un furioso debate.
El fenómeno volvió a presentarse con "The First Wives Club" ("El club de las divorciadas"), el filme de la Paramount más visto desde su lanzamiento en septiembre en Estados Unidos.
Las tres estrellas, Goldie Hawn, Diane Keaton y Bette Midler, aparecieron en la portada de la revista "Time", en un número dedicado a la cuestión de los maridos que abandonan a sus primeras esposas.
Un puñado de hombres indignados criticó la película, afirmando que pinta un retrato injusto y humillante de los maridos.
El argumento de la comedia fue tomado de una novela de Olivia Goldsmith, basada en la idea de que cuando las esposas envejecen mientras la familia se enriquece, sus maridos las dejan por mujeres más jóvenes.
Midler, Hawn y Keaton, que respectivamente interpretan a una sarcástica decoradora de interiores, una actriz alcohólica y una sumisa ama de casa, deciden vengarse cuando sus maridos cambian de jugada.
Para hacerlo, siguen el consejo de la divorciada más rica de Estados Unidos, la multimillonaria Ivana Trump, quien dice "no quedes deshauciada, quédate con todo".
Lo que sigue es una comedia dentro de los lugares comunes. Las mujeres rodean las casas de sus maridos buscando pistas en su contra, comentan cínicamente sus fracasos y finalmente logran que la situación resulte adversa para ellos.
Pero en este año electoral, en el cual el presidente Bill Clinton se sitúa por delante de su rival Bob Dole con 20 por ciento de preferencia entre las mujeres y unos escasos puntos entre los hombres, la película, dirigida por un hombre, Hugh Wilson, tocó un punto sensible.
Quizás el uso más revelador del filme como símbolo apareció en una historieta política del New York Times, la cual presenta al "Club Republicano de las Divorciadas", con las esposas abandonadas de los líderes conservadores Bob Dole, el representante Newt Gingrich y el presentador radial Rush Limbaugh.
El título de la historieta, "Una familia republicana evalúa su producción", subraya la brecha entre la doctrina conservadora sobre la familia, y la forma real en que sus predicadores llevan la propia.
El amargo dilema que enfrentan las "primeras" esposas retratadas en la película es cómico y a la vez serio. El filme comienza cuando una primera esposa se tira de su apartamento en Nueva York, después de haber sido abandonada.
Las bromas hacen reír al público, en especial cuando Elise (interpretada por Hawn), se queja de que, en Hollywood, sólo hay tres edades para la mujer: "Bebé, fiscal de distrito y 'Conduciendo a Miss Daisy"'.
El hecho de que las actrices de esta película han visto el número de papeles cinematográficos decrecer a medida que su edad avanza, -las tres figuraron entre las actrices más destacadas de los años '70 y '80-, revela la verdad tras la ironía.
La película es lo suficientemente divertida para sostener la diversión, y, a pesar de un final poco creativo, es una buena oportunidad para las respuestas sagaces de Midler, el patetismo de Keaton y la extravagancia de Hawn.
Pero, si tantos hombres y mujeres rechazan los respectivos méritos del "Club de las divorciadas" y a Bob Dole, ¿en que se basa "la brecha de género"?.
A juzgar por la reacción ante la película, la respueta podría ser no tanto el fortalecimiento de la mujer, sino la actitud defensiva de los hombres. (FIN/IPS/tra-en/fah/lp/cr/96