La fiebre del oro prevalece en la industria famacéutica internacional y la mayoría de los países fuente de la diversidad biológica no logran la consolidación de su derecho a beneficiarse de la explotación comercial de los recursos genéticos.
La ley del más fuerte prevalece en materia de recursos genéticos, según concluye la revista Akzente, una publicación trimestral de política para el desarrollo de la Sociedad Alemana para la Cooperación Técnica (GTZ).
La GTZ, radicada en la ciudad de Eschborn, cercana a Francfort, realiza proyectos para "mejorar la capacidad" técnica de países de Africa, América Latina y Asia.
Un ejemplo es Costa Rica. Luego de abusar durante 40 anos de la naturaleza, destruyendo 75 por ciento de lso bosques del país, el Ministerio de Medio Ambiente se esfuerza por salvar lo que queda.
La GTZ, por encargo del Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo Internacional de Alemania, apoya con 18 millones de dólares el proyecto de cooperacion de los Sectores Forestal y Maderero, de 15 anos de duración.
Costa Rica es uno de los pocos países que ha logrado regular por ley el acceso de firmas extranjeras a los recursos genéticos, y asegura la participación en las ganancia de la población indígena.
La Convención de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica reconoce el derecho soberano sobre los recursos genéticos a los países fuente, dispone su protección y traza líneas generales para su explotación sostenible.
El enlace explícito en la Convención para el intercambio de beneficios comprende sólo el "material genético de valor real y potencial" que una nación (en desarrollo) pone a disposición de otros países, instituciones, firmas y personas privadas para uso comercial.
Thomas Plaen, gerente general del Instituto para la Investigación de la Naturaleza de Regensburgo, llamó la atención sobre esa situación en un informe preparado para Akzente.
Las demandas de los países en desarrollo pueden ahogarse en un vacio legal, advirtió Joachim Mueller-Jung, redactor científico del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, en un artículo para Akzente.
Mientras los consorcios callan los detalles de sus actividades en los países del Sur, entre muchos economistas, juristas y representantes gubernamentales reina el desconcierto respecto del futuro papel de los estados en una nueva competencia comercial regulada por las responsabilidades de una política de ambiente, señaló Mueller-Jung.
Se trata de una cuestión importante, considerado el hecho de que una variedad de elementos de la naturaleza tropical son considerados ya verbalmente por lo menos como materia prima para la elaboración de medicamentos y cosméticos.
Además, más de 90 por ciento de plantas, animales y microorganismos aún no estudiados se encuentran en el Sur, y serán la base del desarrollo de un mercado que ya maneja miles de millones de dólares.
Plaen demandó un bio-comercio justo. A su juicio, resulta alentador el éxito obtenido por algunos países en desarrollo, que han recibido capitales del Norte a cambio del derecho de acceso a los recursos genéticos.
Acuerdos sobre la bioprospeción e intercambio de beneficios existen, por ejemplo, entre Merck & Company, la British Technology Group, INBio y Bristo-Meyers-Squibb a través de Conservation International, con varias tribus indígenas en Suriname.
Esos convenios requieren asesoramiento jurídico, científico y comercial. Además, es necesario tener claro conocimiento de las posibilidades en el mercado mundial de los recursos genéticos y la investigación farmacéutica y agroquimica.
Muchos institutos de investigación del Sur carecen de adecuado asesoramiento y encuentran dificultades para participar de negociaciones de alto nivel técnico y crear relaciones comerciales equilibradas, observó Plaen.
"El resultado es una competencia en bioprospección entre una liebre y un puerco espín", dijo el experto.
Mientras, países vecinos de Costa Rica expresaron disgusto por las actividades del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio).
Esas naciones temen que los acuerdos del INBio costarricense con empresas extranjeras recorten las posibilidades de otros estados como, por ejemplo, Nicaragua y Panamá, como abastecedores de recursos genéticos similares. (FIN/IPS/raj/ff/en/96