ZAIRE: La persecución comenzó a empujar a los tutsis a Congo

Medio centenar de tutsis arribaron a Congo para escapar de la persecución de que son objeto en Zaire como consecuencia del conflicto armado entre el ejército e integrantes de su etnia en el oriente de ese país.

Los tutsis que huyeron a Brazzaville, pertenecientes al grupo banyamulenge (que se afincó en Zaire hace 200 años y ahora suma unas 400.000 personas) y ruandeses refugiados, afirmaron que muchos más han intentado abandonar Kinhasa pero no pudieron hacerlo debido a que los militares se lo impidieron.

"Fuimos obligados a escapar por los ataques de la población de Kinshasa. Vine sin dinero porque tuve que sobornar a los soldados zaireños que vigilaban la playa con 150 dólares", dijo a IPS el periodista tutsi Eraston Mututsy.

Kinshasa y Brazaville se ubican en las riveras opuestas del río Zaire, limítrofe entre Congo y Zaire.

Los refugiados, algunos de los cuales recibieron albergue de amigos en Brazzaville mientras otros permanecen en hoteles de la capital de Congo, dijeron que la tensión aumenta en Kinshasa como resultado del conflicto en la provincia de Kivu Meridional, a 2.000 kilómetros de la capital de Zaire.

El ejército de Zaire sufrió en Kivu Meridional varias derrotas en las últimas dos semanas a manos de rebeldes banyamulenge que se levantaron en armas para evitar ser expulsados por las autoridades, que los consideran extranjeros a pesar de que residen allí hace más de dos siglos.

El conflicto se amplió a la vecina Ruanda. El gobierno en Kigali confirmó que soldados ruandeses se infiltraron en Zaire el martes por la noche para obligar al ejército que combate a los rebeldes tutsi a retroceder.

Esa fue la primera vez que Kigali admitió abiertamente cualquier participación en el conflicto entre el ejército de Zaire y rebeldes banyamulenge de origen tutsi, que amenaza con extenderse a toda la región de los Grandes Lagos.

El gobierno de Zaire acusó a Ruanda de entrenar y armar a los banyamulenge y a los banyarwanda, otro grupo de origen tutsi que habita la provincia de Kivu Septentrional, también en el este del país, que se vio obligado a huir a Ruanda y Uganda a inicios de este año.

El actual conflicto en el este de Zaire surgió cuando el vicegobernador de la provincia de Kivu del Sur, Lwasi Ngabo Lwabangi, ordenó a los banyamulenge abandonar su ancestral provincia, bajo amenaza de guerra.

A medida que las noticias sobre el conflicto llegaban a Kinshasa, multitudes de zaireños saqueaban los hogares y los comercios de los banyamulengue y de tutsis que huyeron de Ruanda después de sufrir varias oleadas represivas en los tres últimos decenios.

Las radios de Zaire, además, iniciaron esta semana una campaña contra la presencia de refugiados ruandeses en este país.

Una de las primeras víctimas de la campaña fue el director de la compañía de telefonía celular estadounidense Telecel-Zaire, M. Mikibissingamana, un ruandés que reside en el país centroafricano desde hace muchos años y que se vio obligado a renunciar este lunes.

Según los tutsis que huyeron a Brazzaville, las autoridades de Zaire impidieron cruzar el río limítrofe a muchísimos otros. El gobierno de Congo, mientras tanto, no tomó ninguna medida en previsión de una eventual oleada de refugiados.

Los banyamulenge en Kinshasa se ven obligados a ocultar sus sentimientos frente al conflicto de Kivu Meridional, pero en Brazzaville no es ningún secreto su respaldo a los rebeldes.

"La guerra de los banyamulengue es justa. Es nuestro último recurso para que el gobierno de Zaire reconozca nuestros derechos. No tenemos otra posibilidad que la lucha armada", sostuvo Mututsy.

Los banyamulenge son tutsis que llegaron a Kivu Meridional procedentes de los actuales territorios de Ruanda y Burundi en oleadas migratorias sucesivas que concluyeron hace dos siglos. Se vieron atrapados en territorio de Zaire cuando las potencias europeas dividieron Africa a finales del siglo XIX.

En 1995, el parlamento de Zaire aprobó la aplicación de una ley de 1981 que negaba la ciudadanía a los banyamulenge. Además, las autoridades de Kivu Meridional montaron una campaña de odio contra esta etnia en la última mitad de 1996.

Muchos banyamulenge fueron detenidos arbitrariamente, asesinados o saqueados en las zonas de la provincia donde son minoría.

Esta situación provocó la organización de milicias armadas banyamulenge en el bastión de esta etnia, las montañas Mitumba, en un intento de esquivar el destino que sufrieron los banyarwanda en Kivu Septentrional.

Funcionarios del gobierno de Ruanda y los propios banyamulenge afirmaron en reiteradas oportunidades que los rebeldes tutsis obtuvieron sus armas del antiguo ejército ruandés, dominado por la etnia hutu, que huyó con sus armas a Zaire cuando fue derrotado por el hoy gobernante Frente Patriótico.

Los banyamulenge sostienen que compraron sus armas a los refugiados hutu antes del comienzo de su rebelión, pero también pudieron haberlas adquirido de otras fuentes en Zaire, que es un gran centro de tráfico de armas. (FIN/IPS/tra-en/nrn/kb/mj/ip pr/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe