RUSIA-CHECHENIA: Cunde el temor tras el despido de Lebed

Ni los rebeldes de Chechenia ni los soldados de Rusia apostados en la autoproclamada república descartan un reinicio de la guerra tras la caída en desgracia de Alexander Lebed, arquitecto del acuerdo de paz, pese a las declaraciones tranquilizadoras.

El general Lebed fue cesado de su cargo al frente del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia por el presidente Boris Yeltsin el día 17. El sábado 19, Yeltsin designó en su lugar a Ivan Rybkin, ex portavoz de la Duma (cámara de diputados).

Rybkin reafirmó ante las cámaras de televisión la vigencia del acuerdo de de paz firmado en Khasavyurt el 31 de agosto y aseguró que Moscú mantendrá las gestiones para restaurar la normalidad en la república.

"Estoy a favor del acuerdo de paz y haré lo que sea para acabar con la crisis. Este acuerdo es una creación de cientos de expertos, no solo de Lebed. Es un pacto equilibrado y no debe ser cambiado", afirmó Rybkin.

El gobierno de coalición de Chechenia instaurado este sábado, en tanto, "no tiene críticas importantes al proceso de paz", dijo Movladi Udugov, encargado de políticas de estado del nuevo gabinete checheno.

Pero "juzgaremos a Rybkin por sus actos", advirtió, por su parte, Aslan Masjadov, flamante primer ministro de la coalición de gobierno, ex jefe del Estado Mayor rebelde y uno de los firmantes del acuerdo de Khasavyurt.

La remoción de Lebed causó conmoción en Chechenia cuando muchos confiaban en que el proceso de paz desarrollado durante siete semanas acabaría definitivamente con los 21 meses de guerra.

Los líderes separatistas se mostraron ansiosos, mientras los civiles, todavía sacudidos por el estruendo de las batallas de agosto, temieron lo peor.

"La lucha por el poder en el Kremlin dista mucho de ser divertida. Lebed era y aún es clave para una paz duradera en Chechenia. Gracias a él no hay más disparos", dijo Udugov.

El establecimiento de una comisión conjunta ruso-chechena de gobierno en Grozny, la capital de la república, fueron puntos cruciales del acuerdo de paz que Lebed firmó con los rebeldes.

"Pero estamos prontos para cualquier cambio inesperado de rumbo. Si la guerra comienza mañana, no será una sorpresa. Estamos prontos para la paz, y también para la guerra", alertó Udugov.

Masjadov piensa lo mismo. "La principal tarea de mi gobierno es avanzar en la frágil paz de Chechenia tanto como sea posible", dijo. Los problemas económicos, agregó, podrían ser resueltos si se impide una reanudación de la guerra.

"El retiro de los soldados rusos de Chechenia continuará, al igual que el intercambio de prisioneros", dijo el general Vyacheslav Ovchinnikov, comandante de las tropas del Ministerio del Interior de Rusia en Grozny.

La decisión y la rudeza de Lebed fueron herramientas valiosas para acabar con la guerra, pero su presencia ya no es esencial, pues el proceso de paz se refiere ahora a cuestiones políticas, dijo Ovchinnikov.

"Las acciones de Lebed fueron buenas en su momento, pero después hizo una campaña pública y habló más de lo necesario", sostuvo el militar.

Comandantes chechenos afirmaron que muchos soldados rusos se retiraron a bases ubicadas al norte y el este de Grozny, si bien aún hay tropas apostadas en la llanura que rodea la ciudad y en el norte de la república.

Moscú y los rebeldes no alcanzaron acuerdo en torno al retiro de las dos brigadas que permanecen en la república, que cuentan con unos 18.000 soldados.

Funcionarios de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Grozny afirmaron que la presencia de estas dos brigadas y la alta criminalidad en esa ciudad podrían ser esgrimidas como pretextos para frenar el proceso de paz.

"El proceso de paz continuará, pero sin Lebed será más lento y accidentado. El es un hombre que podía promover avances", dijo el representante de Chechenia en el intercambio de prisioneros, Hussein Khamidov.

También los soldados rusos apostados en la república recibieron la noticia del cese de Lebed con temor.

"Pregúntele a cualquiera. Todos creen que habrá guerra. Lebed comprende a los soldados mejor que cualquier político. El mismo fue soldado. Estuvo en combate y sabe cómo es eso", dijo un uniformado ruso.

El pacto de Khasavyurt fue duramente criticado en Moscú, tanto por el ministro del Interior, Anatoly Kulikov, como por el alcalde de la capital rusa, Yuri Luzhkov, y aun por la oposición comunista y nacionalista en el parlamento.

Los analistas se resisten a formular un pronóstico optimista, pero "para el Kremlin sería suicida decidir el retorno de las tropas a Chechenia", según Stepan Kisselev, analista político del diario Izvestia.

"Toda la situación convierte a Lebed en un héroe popular e impulsa sus posibilidades electorales si se convoca a nuevos comicios antes del 2000", sostuvo Kisselev. (FIN/IPS/tra- en/ss/fn/mj/ip/96

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