Las sanciones impuestas a países por la ONU, pese a ser consideradas un medio pacífico de respuesta ante las crisis, causan penurias y muerte, sostuvieron diplomáticos ante el comité económico de la Asamblea General.
Debe haber un fin a las "medidas coercitivas de algunos países industrializados contra países en desarrollo con la meta de influir en decisiones soberanas", dijo este viernes ante el comité económico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el dimplomático de Libia Mohamed Elmejrebi.
Ningún país tiene el derecho de usar o estimular el uso de medidas coercitivas económicas o políticas con el fin de presionar a otro para que se vuelva dependiente de estas, alegó Elmejrebi, afirmando que las sanciones violan las leyes internacionales.
Libia está sancionada por la ONU desde 1993, tras negarse a entregar a dos sospechosos acusados de bombardear un avión de Estados Unidos en el espacio aéreo de Escocia, en 1988.
La representante de Sudán Leyla Omer Bashir citó las consecuencias de las sanciones de la ONU impuestas contra Sudán este año despúes que Jartúm fuera acusado de participar en el intento de asesinato en 1995 del presidente de Egipto, Hosni Mubarak.
"Las sanciones empeoran la situación económica, y llevan a una mayor pobreza", destacó la diplomática.
En una manifestación que reunió a 50.000 personas frente a la sede de la ONU el miércoles, el líder negro nacionalista Louis Farrakhan planteó el mismo argumento.
"¿Por qué millones de personas inocentes sufren las consecuencias de sanciones, cuando deberían afectar a las partes responsables?", preguntó Farrakhan.
"Los pobres del país no tienen nada que ver con lo que sus gobiernos o ciertos grupos deciden sin su permiso popular. ¿Por qué deben sufrir por los actos de los culpables?", continuó el líder del grupo Nación del Islam.
Farrakhan hizo esta semana un llamado a las naciones musulmanas a desobedecer el embargo impuesto hace seis años por la ONU Iraq, después que el país invadiera Kuwait, y sostuvo que el embargo económico únicamente sirve a "una vendetta personal del gobierno de Estados Unidos con Saddam Hussein", presidente de los iraquíes.
"Sólo porque Estados Unidos no logró derrocar militarmente a Saddam Hussein, el pueblo de Iraq debe sufrir penurias inconcebibles", dijo Farrakhan.
Muchos países bajo sanciones de la ONU han acusado a los políticos estadounidenses de mantener los embargos. Muchas otras naciones sancionadas por el organismo internacional, entre ellas Cuba e Irán, plantean sus quejas ante la Asamblea General.
Pedro Pedroso, diplomático cubano, dijo a la Asamblea General que la ley Helms-Burton, firmada este año por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, dañó los esfuerzos del país por atraer inversiones extranjeras.
La ley permite al gobierno estadounidense penalizar a empresas extranjeras que inviertan en Cuba, y a los cubanoestadounidenses entablar juicios contra empresas que "trafiquen" con propiedades cubanas confiscadas desde la revolución de 1959.
"La comunidad internacional es testigo de los peligros que aún plagan el sistema internacional de comercio", dijo Pedroso.
Otras sanciones regionales, incluyendo las impuestas por países del centro de Africa contra el régimen militar en Burundi también fueron criticadas en el debate.
Las sanciones a Burundi, en vigor desde agosto, redujeron 30 por ciento la producción de alimentos, mientras el crecimiento industrial cayó 10 por ciento, dijo Balthazar Habonimana, representante del nuevo gobierno del país africano. Hasta ahora, añadió, Burundi perdió unos 165 millones de dólares.
"El país podría enfrentarse a una hambruna generalizada en los próximos meses, si se permite que la situación continúe", subrayó. (FIN/IPS/tra-en/mm-fah/pz/lp/ip/96