Hace 36 años la economía de Ghana superaba en un 25 por ciento a aquella de Corea del Sur, pero en 1993 era inferior 50 veces al nivel del país asiático.
Mientras la economía de esa nación de Africa Occidental sigue cojeando, Corea del Sur ha logrado impresionantes resultados e ingresado en las filas de los nuevos países industrializados.
Africa en su totalidad ha mostrado los resultados mundiales más pobres. En las últimas tres décadas, un verdadero desarrollo económico ha desertado del continente. Esto, sumado a la intolerancia política, llevó a muchos profesionales africanos a buscar fortuna en otra parte.
Desde los años '60, el continente ha exportado más de 50.000 trabajadores especializados al mundo industrializado, según Philip Clayton, un economista del Standard Bank Group de Sudáfrica. "El espíritu empresarial de esa gente solo puede ser presumible", dijo.
Tanto los años '70 como '80 fueron "décadas perdidas", una era de políticas impropias", apuntó Clayton.
"Medicas macroeconómicas inadecuadas, combinadas con la declinación de los términos comerciales para muchos productos básicos del continente, significaron que tanto el intercambio como el comercio se frenaron", expresó en la "Cumbre de Comercio e Inversiones de Africa Austral".
La reunión de dos días, que finalizó este jueves, fue organizada por el International Herald Tribune.
Entre 1970 y 1993, las exportaciones de Africa subsahariana crecieron solo 1,8 por ciento anual, mientras aquellas de Asia Oriental y el Pacífico aumentaron cada año el 10.
Los países africanos comenzaron a crecer rápidamente desde los años '50. El proceso de crecimiento acelerado comenzó más recientemente en América Latina y Europa Oriental. Africa, en cambio, quedó rezagada.
En lo que se refiere al sur del continente, la integración regional es parte de la solución, según Nicky Oppenheimer, vicepresidente de la Corporación Amglo Americana y De Beers.
"La gente habla mucho de las economías de los tigres del este de Asia, con las cuales Africa del Sur no puede competir", expresó. "Pero Africa Austral, como se sabe, es un país de leones. Los tigres cazan solos, en cambio el éxito de los leones depende de su cooperación para obtener la presa".
"Debemos seguir ese ejemplo de corazón, para promover la cooperación entre países de la región, y entre el sector privado y los gobiernos, si es que los leones de Africa Austral van a competir con los tigres asiáticos por el premio", dijo Oppenheimer.
Simba Makoni, ex secretario ejecutivo de la Corporación de Africa Austral (SADC), se preguntó si la región tiene una fórmula para lograr éxito.
La inversión extranjera ha sido considerada clave para el crecimiento económico regional, si bien "es muy difícil hallar una fórmula para atraerla", como señaló Nathan Shamuyarira, ministro de Comercio e Industria de Zimbabwe.
"Nos agradaría aumentar la inversión extranjera en nuestra región pero nadie ha conseguido una fórmula que sea aplicable a otros países. Las naciones deben tener una visión común hacia donde se dirigen y como lo van a conseguir. Por eso es importante lograr una integración", añadió.
Alec Erwin, ministro de Industria y Comercio de Sudáfrica, expresó que "no hay nada más importante para determinar nuestro futuro colectivo que una gran mejoría estructural de nuestro comercio regional y de la inversión".
Indicó que "las presiones de globalización hacen a los bloques regionales crucialmente importantes. Una creciente SADC tiene peso e incentivará el comercio y la inversión. Cada nación aislada tiene poca relevancia dado el tamaño de nuestras economías y esto incluye a Sudáfrica".
Clayton se mostró convencido que Africa Austral puede emprender el camino de la riqueza.
"El pronóstico económico para la región ha mejorado últimamente", indicó. "Las políticas son más adecuadas. No obstante, se necesita nuevo impulso para asegurar que este crecimiento sostenible y de alto nivel permita mejoras significativas a las naciones de Africa Austral".
"Lo que se requiere para poner a la región en el sendero de la prosperidad son inversiones en todos los niveles", sentenció. "Las inversiones como tales no son suficientes, pero sin éstas la región no puede aspirar a ser el León Africano que imite el suceso de los tigres asiáticos".
Las perspectivas de crecimiento parecen brillantes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial confían que Africa subsahariana duplique su crecimiento a 3,8 por ciento anual hasta el 2005. Ese pronóstico optimista, tras décadas de parálisis, está respaldado por el potencial sudafricano para revertir las críticas economías de sus vecinos.
Solo Sudáfrica cuenta con cuatro quintos del Producto Bruto Interno (PIB) de los 12 miembros de la SADC, que tambien incluye a Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauritius, Mozambique, Namibia, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe.
Solo la economía de la provincia sudafricana de Gauteng es superior a aquellas combinadas de los restante 11 países de la SADC.
"Por un simple cálculo aritmético, si Sudáfrica crece, Africa Austral tambien se expande", apuntó Clayton.
Sin embargo, Oppenheimer arguyó que los negocios sudafricanos, aisladamente, no podían ser la salvación de la región de la SADC, si no hay "una continuada y renovada dedicación de sus gobiernos en reformas económicas y estructurales". (FIN/IPS/tra- en/lm/kb/ego/if).
= 10241358 DAP003