Los países industrializados se declararon en favor de la reconversión de la deuda externa del Tercer Mundo como medio de financiamiento para programas de desarrollo agrícola y rural, en una reunión que celebraron en la capital italiana.
La decisión, adoptada por el Comité de Seguridad Alimentaria, será ratificada oficialmente en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que unos 200 Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo celebrarán en Roma del 13 al 17 de noviembre.
Los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), organizadora del encuentro, tomaron este acuerdo, que formará parte de los dos documentos que aprobará la Cumbre, la "Declaración de Roma" y el Plan de Acción.
El presidente en Roma del Grupo de los 77 (G-77), el embajador de Venezuela Fernando Gerbasi, señaló que la reconversión de la deuda externa es un instrumento importante para aliviar a los países en el pago.
Cada país que tenga interés de reconvertir parte de su deuda externa a través de este tipo de programa, deberá estudiarlo con los organismos internacionales y multilaterales que se ocupan de esta materia, expresó Gerbasi a IPS.
Los documentos que se están diseñando, aunque aún falta concluir su redacción final para enviarlos a los Jefes de Estado y de Gobierno, se proponen atacar el problema del hambre desde diversos ángulos, dijo el presidente del G-77.
Incluyen problemas como la erradicación de la pobreza, el acceso a los alimentos, el comercio, el desarrollo rural y los mecanismos de seguimiento para poder ir reapuntalando esos objetivos a lo largo del tiempo, afirmó.
"No es un documento que se fija una vez como una fotografía, sino que es más bien como una película que vamos a estar filmando cada cinco años, porque la idea es que se haga una evaluación quinquenal para que se puedan reorientar los objetivos en función de las metas alcanzadas".
"Esto es muy importante porque por primera vez en la lucha contra el hambre y la malnutricion, nos fijamos este tipo de procedimiento y de acción", añadió el diplomático.
Este procedimiento "puede ser productivo en la medida que permita introducir correctivos a tiempo para hacer efectivas las políticas que se desarrollen a nivel nacional, regional e internacional".
Sin embargo, Gerbasi denunció el peligro que se llegue a un acuerdo sobre los proyectos de declaración que deben aprobar los Jefes de Estado y de Gobierno, muy sobre la hora.
Un hecho de esta naturaleza afectaría el desarrollo de la Cumbre porque muchos de los líderes del mundo podrían desistir de venir por no haber tenido el tiempo suficiente para estudiar bien las declaraciones, dijo Gerbasi.
Acusó a la Unión Europea (UE) de haberse opuesto a continuar discutiendo la Declaración de Roma y el Plan de Acción, aduciendo que deben recibir instrucciones de sus respectivos gobiernos.
El Comité de Alimentación Mundial, convocado entre el 23 y el 30 de septiembre, que se postergó hasta el 1 de octubre, no concluyó la redacción final de los proyectos de declaración, aunque faltan sólo seis semanas para la realización de la Cumbre.
El G-77 propuso que durante el desarrollo del Consejo de la FAO, que comenzó este martes y concluirá el día 10, se continuara con esta discusión, a lo cual se ha opuesto la UE y también se han mostrado renuentes Estados Unidos y Canadá, afirmó Gerbasi.
Incluso Estados Unidos propuso una cosa "absurda", reunirse sólo una semana antes de la Cumbre para concluir la redacción de la Declaración de Roma y el Plan de Acción, manifestó.
Los Jefes de Estado y de Gobierno "no pueden llegar aquí para ser sorprendidos con unos textos que no conocen, que deberían tenerlos en sus manos por lo menos cuatro semanas antes".
Sostuvo que el G-77 actuó de manera coherente y coordinada a lo largo de todo el proceso de negociación, que fueron nueve días intensos, mañana, tarde y noche.
Sin embargo, agregó Gerbasi, "nos sentimos frustrados porque no pudimos concluir totalmente con la limpieza de los corchetes (los puntos entre paréntesis sobre los cuales no hay acuerdo) que aún permanecen en la Declaración Política y el Plan de Acción.
"Nos frustra mas aún el hecho que no se haya tomado una decisión sobre cómo y cuándo vamos a continuar, a pesar que estamos viviendo una situación de urgencia".
"Es fundamental que los Jefes de Estado y de Gobierno sepan al menos un mes antes a qué vienen a Roma y qué es lo que van a aprobar, cuáles serán los documentos en los cuales van a comprometer su responsabilidad política, nacional e internacionalmente".
Gerbasi descartó sin embargo que exista el peligro que no se produzca un acuerdo en torno a los documentos de la Cumbre: "creo y confío en la buena voluntad y en la decisión política de todos".
Los países desarrollados y los países en desarrollo "le dimos la confianza al director general de la FAO, Jacques Diouf, para la realización de la cumbre, tenemos que ser consecuentes y por lo tanto tenemos que prepararla correctamente".
Lo cual, agregó, significa poner a disposición de los Jefes de Estado y de Gobierno un texto de Declaración Política y otro del Plan de Acción.
Gerbasi expresó su confianza de que se aprobará la propuesta del G-77 de que los alimentos no deben ser usados como instrumento de presión política y económica, como ha sucedido con los embargos aplicados contra Cuba e Iraq.
"Creo que al final se incorporará porque ya ha sido aceptado en muchos otros foros internacionales". (FIN/IPS/jp/jc/ip/96