El reciclaje de desechos, un proceso que evita daños al ambiente, puede convertirse en importante opción para Cuba como fuente de ingresos y empleo, según fuentes gubernamentales.
La Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas informó que el reciclaje permite ahorrar anualmente en importaciones cerca de 100 millones de dólares y emplea a 250.000 cubanos.
"Tenemos que retornar a la industria nacional todo lo recuperable", afirmó al canal de televisión CHTV el director de la Unión en La Habana, Agustín Santiago Seijas, firme partidario de otorgar mayor prioridad al reciclaje en el esquema económico nacional.
En opinión de Seijas, en cada centro de trabajo de la isla debería existir un sistema para el reciclaje de desechos. Sólo en La Habana, unas 80.000 personas obtienen su sustento a partir de la materia prima que se recupera.
Las 14 empresas que forman la Unión suministran unas 16.000 toneladas de chatarra de acero al mes a una planta industrial de procesamiento, lo cual permite conservar el empleo a cerca de 3.000 obreros.
Especialistas señalan que esa cantidad de material recuperado representa un ahorro de cerca de 1,6 millones de dólares en importaciones, pues el precio internacional del acero en unos 100 dólares la tonelada.
Mientras, la recuperación de aluminio, valorado entre 1.700 y 1.850 dólares la tonelada, posibilita producir perfiles para puertas y ventanas, muebles, pistones para motores, utensilios domésticos y envases para dentífricos y medicamentos.
Según el semanario Juventud Rebelde, órgano oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas, la reutilización de 500 latas de refresco o cerveza basta para fabricar un ventanal de tamaño estándar y con una tonelada puede obtenerse la marquetería de aluminio de todo un policlínico.
Sólo en una de las tantas cafeterías de la capital especializadas en comida rápida se venden diariamente unas 200 latas de bebidas, pero el sello de envase "retornable" es ignorado por la mayoría de los consumidores, que los arrojan a la calle.
El sector turístico aportó a la economía 231.800 dólares en el primer semestre de este año por la entrega para la recuperación de 135 toneladas de aluminio y 50 toneladas de plástico, de acuerdo con informes oficiales.
Según Seijas, el reciclaje de una tonelada de plástico permite fabricar 1.800 bolsas para la red comercial y ahorra 18,7 toneladas de petróleo necesarias para producir las 3,74 toneladas de nafta de las que se obtiene resina plástica.
Pero el funcionario puntualizó que aún son muy pocos los administradores de las instalaciones turísticas y comerciales que conservan el material recuperable si no es recogido todos los días.
"Muchos lo botan si no lo recogemos a tiempo todos los días. Entonces, tenemos que acudir a la Dirección de Servicios Comunales, para que ella recolecte ese material y nos lo venda", dijo Seijas.
El rescate de papel y cartón aparece también como una importante opción en la protección del ambiente y para la reducción del consumo de energía y la fabricación de productos escasos desde el estallido en 1990 de la crisis económica.
"Si reciclamos 1,2 toneladas de papel y cartón para pulpa, no hay que talar 17 árboles con 10 años de vida, ni consumir 65 por ciento del petróleo ni otro 85 por ciento del agua requerida para producirla", indicó Rafael Ramírez, representante de una empresa papelera de La Habana.
El reprocesamiento de 1,2 toneladas de papel y cartón permite obtener 25.000 libretas escolares, 2.480 libros de 400 páginas, 13.800 bandejas para huevos o 400 tejas infinitas, suficientes para el techo de tres viviendas de bajo costo.
"Tenemos capacidad para procesar hasta 3.000 toneladas de papel al mes, pero sólo recuperamos unas 1.000 toneladas", dijo Abelardo Sánchez, director de una planta de procesamiento de La Habana.
Directivos del sector aseguran que aún no se explotan suficientemente todas las alternativas para rescatar los desechos.
A pesar de que los Comités de Defensa de la Revolución, una organización de masas establecida en los barrios, recolecta materias primas desde hace más de 30 años, la cultura del reciclado aún no ha enraizado en la población.
"Nos acostumbramos durante muchos años a tener asegurados los recursos que nos enviaban nuestros antiguos amigos socialistas y subestimamos, en gran medida, las posibilidades de la recuperación de desechos", destacó Rafael Garrido, un trabajador del sector.
"Lo que pagan cuando llevas cualquier cosa es una miseria y la vida está muy difícil para cargar tanto por nada", dijo Emilio García, un habanero que durante mucho tiempo encontró utilidad y ganancias en la recolección de la materia prima.
Las casas de compra a la población de materias primas, abiertas por el gobierno, pagan 1,50 pesos cubanos por un saco cargado de latas y 0,20 centavos por un recipiente de un litro de capacidad.
El dólares se cotiza a 18 pesos, el salario medio es de 200 pesos y, según García, "lo que pagan por la materia prima desestimula. Pero, además, cargas las latas y cuando llegas no está la persona para comprar o te dicen que se acabó el dinero". (FIN/IPS/da/ff/en if/96