CUBA: "El amor sigue esperando", según publicación católica

"El amor todo lo espera", una pastoral que enrareció las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica en Cuba hace tres años, fue recordada en La Habana justo cuando se habla de una visita del Papa Juan Pablo II a la isla.

"Aquella carta espera aún una respuesta", dijo Orlando Márquez, director de la publicación mensual de la Arquidiócesis de La Habana Palabra Nueva en su artículo "El Amor sigue esperando".

El recordatorio apareció en el número de septiembre, que comenzó a circular a inicios de este mes, y coincidió con el anuncio de la visita oficial a Cuba del cardenal Jean Louis Tauran, secretario del Vaticano para las relaciones con los estados.

La pastoral, leída en todos los templos católicos cubanos en septiembre de 1993, criticó el sistema político imperante en la isla, describió los efectos de la crisis económica y detalló el deterioro moral en algunas capas de la población.

Entre los aspectos más polémicos de la carta, firmada por los obispos, se encontró un llamado a la unidad de todos los cubanos, incluyendo a los que viven en el exilio, con el fin de solucionar los problemas internos que "requieren actuar con urgencia" y con iniciativas coherentes".

Pasados tres años, Márquez recuerda que la Iglesia sigue esperando una respuesta "que no ha de llegar necesariamente por escrito, sino por manifestaciones de vida que demuestren que los cubanos están dispuestos a amar a sus semejantes".

El artículo confirmó versiones de observadores locales que aseguran que las relaciones entre la Iglesia Católica y el gobierno cubano no marchan tan bien como parece y que siguen sujetas a fluctuaciones coyunturales.

La "cautela" parece imponerse entre la alta jerarquía católica, que reconoce que las relaciones con el gobernante Partido Comunista dependen, por lo general, de posiciones que adopte la Iglesia en cada momento.

El "buen momento" actual pareció confirmarse el 19 de septiembre cuando el presidente Fidel Castro dedicó más de media hora a conversar con el nuncio papal, Beniamino Stella, y con el vicario general de La Habana, Carlos Manuel de Céspedes, durante una recepción en la embajada de Chile.

Por su parte, el cardenal Jaime Ortega dijo el mes pasado que las relaciones enfrentan un momento en el cual se pueden plantear opiniones divergentes que no conduzcan a "crispaciones", pero, que eso no significa que se pueda hablar de "una plena normalización".

En una homilía pronunciada el 8 de septiembre, el cardenal de 59 años consideró "novedosa" la forma en que un documento del Partido Comunista de Cuba reconoció abiertamente que "la fe religiosa implica una misión de los cristianos".

Ortega desilusionó a unos y asombró a otros, el pasado año, con un insistente llamado a la reconciliación nacional como vía de solución de los graves problemas que gravitan en el seno de la sociedad cubana y una negativa al intento de convertir a la Iglesia en opción política.

"Jamás la Iglesia podrá convertirse en el opositor que no tenemos en Cuba, po que se apartaría de su misión", dijo el cardenal de 59 años y se ganó así la crítica buena parte del exilio cubano en la ciudad estadounidense de Miami.

Sin embargo, en febrero pasado la Iglesia defendió el derecho de grupos opositores que pretendían reunirse en el llamado Concilio Cubano, suspendido a falta de autorización oficial del gobierno de La Habana.

Los obispos manifestaron contra el derribo de dos avionetas civiles por las fuerzas áereas cubanas, el 24 de febrero, y al mismo tiempo estuvieron en contra de la aprobación, a manera de represalia, de la ley estadounidense Helms-Burton.

Miguel Alfonso, vocero de la cancillería cubana, dijo en declaraciones a la prensa, en septiembre, que las relaciones de su gobierno con la Iglesia son actualmente "más cercanas de la normalidad que de la anormalidad".

Fuentes diplomáticas acreditadas en La Habana afirmaron que la visita de Tauran se realizará entre los días 25 y 29 y servirá de antesala a un encuentro entre el Papa y Castro, en noviembre.

Aunque sin confirmación oficial, se espera que Castro viaje a Roma para participar, entre el 13 y el 17 de noviembre, en la Cumbre de Alimentación convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Se supone que Castro aproveche el encuentro para entregar una invitación oficial al Papa para que visite la isla, pero fuentes cercanas a la jerarquía católica en Cuba dijeron a IPS que de producirse la renión podría no pasar de "un mero encuentro protocolar".

Según esos voceros, el gobierno cubano se debate entre la conveniencia de una visita del Papa para su imagen de apertura externa y la inconveniencia de la recepción interna que podría provocar un acontecimiento de ese tipo.

"Hace tiempo se aceptó que la gente sea religiosa. Ahora, ver a un pueblo aclamando al Papa es algo totalmente diferente", dijo un católico que a veces se muestra pesimista, a veces optimista, pero dice que creerá lo de la visita del Papa "cuando lo vea". (FIN/IPS/da/dg/ip-cr/96

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