Expertos electorales y dirigentes políticos coinciden en que los comicios municipales de este domingo en Chile no introducirán cambios trascendentales en la actual correlación de fuerzas partidarias.
Las tendencias generales marcadas por los pronósticos y análisis apuntan a que la gobernante Concertación por la Democracia reunirá entre 50 y 54 por ciento de los votos, consolidándose como bloque mayoritario.
Los dos partidos del opositor Pacto Unión por Chile, de derecha, acumularían entre 29 y 35 por ciento de los sufragios, mientras el Partido Comunista (PC), que encabeza la oposición de izquierda, busca acercarse a ocho por ciento.
Estos números no difieren sustancialmente de los resultados de los anteriores comicios municipales, celebrados en junio de 1992, aunque podrían producirse desplazamientos en la influencia de los partidos al interior de sus respectivas coaliciones.
Más de ocho millones de electores, mayores de 18 años, deben concurrir este domingo a las urnas para elegir a 2.130 miembros de los concejos municipales en las 341 comunas de este país de 14 millones de habitantes.
Un complejo sistema de adjudicación por grados de mayorías individuales y de las listas, determinará quienes serán elegidos como alcaldes en cada uno de esis 341 municipios, en un universo de 5.470 candidatos, de los cuales sólo 970 son mujeres.
El cierre de la campaña electoral, en la medianoche del jueves, fue tranquilo, luego de que en las jornadas anteriores se registraran varios enfrentamientos violentos entre brigadas de propagandistas, sobre todo en comunas de Santiago.
De acuerdo a la ley, las Fuerzas Armadas y la policía de Carabineros asumieron desde la medianoche del jueves el resguardo de los recintos en que funcionarán las 27.937 mesas receptoras de sufragios.
Unos 50.000 uniformados tendrán a su cargo el resguardo del orden en la jornada electoral, en la cual se espera que se mantenga el alto porcentaje de participación que caracteriza las votaciones en Chile desde el plebiscito presidencial de 1988.
El ministro del Interior, Carlos Figueroa, aseguró que "habrá una alta concurrencia a las urnas", similar a la de anteriores elecciones, en las cuales la abstención ni superó el cinco por ciento de los votantes.
La ley electoral que expidió en 1988 la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90) propende a una baja abstención, ya que establece como voluntaria la inscripción en los registros de votantes, pero hace obligatorio el voto para los inscritos.
Por ello, más que la asistencia a votar, lo que preocupa a las autoridades es la baja inscripción en los registros durante los últimos años, existiendo unos 600.000 jóvenes que no ejercen el derecho al sufragio estando en condiciones de hacerlo.
Bajo esos parámetros generales, la elección municipal de este domingo no debe significar mayores sobresaltos al presidente Eduardo Frei, quien llega a estos comicios habiendo cumplido casi la mitad de su mandato, que culmina en marzo del año 2000.
En las municipales de 1992 la gobernante Concertación por la Democracia logró 53,3 por ciento de los votos, y ahora sus partidarios aseguran que mantendrá esa marca y que incluso la podría elevar a alrededor de 55 por ciento.
En el opositor Pacto Unión por Chile apuestan en cambio a una caída de dos o tres puntos de la coalición en el gopbierno, mientras expertos electorales prevén el mantenimiento de la influencia del oficialismo.
Marta Lagos, directora de un centro de encuestas y análisis, advirtió no obstante que en el oficialismo el mayoritario Partido Demócrata Cristiano (PDC) podría bajar algunos puntos en beneficio de sus aliados de tendencia socialista.
Hace cuatro años, el PDC logró 28,9 por ciento de los votos, mientras el bloque de los partidos Socialista y Por la Democracia llegó a 17,7 y el Radical Socialdemócrata a 5,3 por ciento.
En la oposición derechista, los partidos Renovación Nacional (PRN) y Unión Demócrata Independiente (UDI), reunieron en 1992 un respaldo de 29,3 por ciento, que en esta oportunidad aspiran a incrementar hasta cerca de 32 o 33 por ciento.
Es probable que el PRN y la UDI se vean favorecidos por una esperada pérdida de votos de la Unión de Centro-Centro Progresista (UCCP), de derecha populista, que en las anteriores municipales llegó a 8,1 por ciento.
La UCCP hizo alianza en esa ocasión con el PRN y la UDI, que ahora optaron por excluirla, acusando a sus dirigentes de negociar el ingreso al pacto opositor con malas artes, que apuntaban a romper la unidad de los dos partidos.
El Partido Comunista, que en 1992 logró 6,5 por ciento de la votación, confía en crecer ahora por lo menos hasta ocho por ciento, como receptor del "voto de castigo" de los decepcionados con la actual coalición gobernante.
Javier Chávez, experto electoral del PC, sostiene que su partido crecerá gracias a la menor votación que recibiría este domingo el PS y que en la derecha el PRN se vería favorecido por un éxodo de votantes desde el PDC. (FIN/IPS/ggr/dg/ip/96
