CARIBE-EE.UU.: Nueva presión sobre Washington después de elección

Los líderes políticos de los 14 países que forman la Comunidad del Caribe (Caricom) se disponen a pedir una reunión con el ganador de las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos.

El propósito de los gobernantes caribeños es defenderse de los perjuicios que, según alegan, les está produciendo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que concede a México libre acceso a los mercados de Canadá y Estados Unidos.

Hasta el momento los países caribeños no han conseguido hacer realidad su aspiración de gozar de beneficios similares a los que se otorgan a los productos mexicanos en los mercados del norte.

Un proyecto de ley en ese sentido fue archivado por el Congreso de Estados Unidos el año pasado, para decepción de los gobiernos caribeños, que esperaban igualar esas preferencias.

Si fuera aceptada la propuesta de "tratamiento TLC", 24 países de la Cuenca del Caribe verían ampliado su acceso a los mercados de Estados Unidos y Canadá por un plazo de seis años.

Concluido ese término, estos países deberían decidir si desean continuar con la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (CBI) o tener alguna forma de asociación con el TLC.

El programa CBI fue creado a comienzos de la década de los 80 por el gobierno del entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, a fin de otorgar mayor asistencia y preferencias comerciales a las naciones de América Central y el Caribe, alineadas con Washington en su política anticomunista.

Bajo ese programa, los países caribeños obtuvieron libre acceso al mercado de Estados Unidos para la mayoría de sus productos exportables.

"Lo que ahora buscamos es tomar contacto con los representantes negros e hispanos para lograr que vuelva a la agenda del Congreso la cuestión del 'tratamiento TLC", reconoció un funcionario de la Caricom.

Los líderes de la Caricom piensan pedir a Canadá, México y Estados Unidos una apertura aduanera similar a la que estos países se conceden recíprocamente en el espacio de libre comercio del TLC, y que se levanten los obstáculos a las exportaciones del Caribe, en especial a los grandes mercados del norte.

Después de tres años de aplicación, el TLC sigue siendo motivo de preocupación para los países caribeños, que temen el desvío de la inversión extranjera hacia México, especialmente las inversiones en industrias que hacen uso intensivo de mano de obra, como las textiles y de ensamblado.

El volumen físico de las exportaciones de manufacturas caribeñas a Estados Unidos, en el primer semestre de este año, experimentó un aumento de seis por ciento sobre igual período del año pasado, mientras que los ingresos se elevaron en tres por ciento, llegando a 2.560 millones de dólares.

México, por su parte, elevó el volumen de sus exportaciones de vestidos a Estados Unidos, en el mismo semestre, en 38 por ciento, lo que significó 32 por ciento de aumento sobre el valor.

Este incremento mexicano se produjo en un período en el cual las importaciones de Estados Unidos cayeron dos por ciento.

La industria mexicana, sin embargo, no acepta que este crecimiento se haya producido a expensas del Caribe, sino para ocupar el espacio de demanda dejado por la reducción de las importaciones estadounidenses de Lejano Oriente.

Los líderes caribeños también quieren llevar a Washington el tema de las amenazas estadounidenses de aplicar sanciones comerciales contra la Unión Europea (UE) por el tratamiento de favor al banano de los países ACP (Africa, Caribe, Pacífico).

Se espera que la Organización Mundial del Comercio (OMC) resuelva el mes próximo sobre una queja presentada por Estados Unidos, Ecuador, Guatemala, Honduras y México contra ese acuerdo de la UE, que según los demandantes limita injustamente el ingreso del banano de esos países latinoamericanos.

Las preferencias comerciales que la UE otorga a los países ACP datan de julio de 1993 y obedecen a las estipulaciones de la Convención de Lomé, que regula las relaciones de Bruselas con 70 países de esas tres regiones.

Los países productores de banano, en particular en el Caribe oriental, temen a cualquier cancelación de preferencias comerciales por parte de la UE, pues en su opinión ello destruiría sus economías.

La producción de banano ocupa 15 por ciento de la mano de obra de estos países y representa 50 por ciento de sus ingresos por exportaciones. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/arl/if/96

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