El déficit comercial se convirtió en la principal preocupación económica de Brasil, tras saberse que alcanzará un nivel récord este mes y generará nuevas medidas de contención del crecimiento en 1997.
Las bolsas terminaron la semana en baja, como así también los títulos de la deuda externa brasileña, mientras se intensificaron las presiones en favor de una devaluación de la moneda nacional, el real.
En el cambio negro la cotización de la moneda es seis por ciento superior a la utilizada en el comercio exterior, la mayor diferencia en los dos años de aplicación que lleva el Plan real de estabilización económica.
El presidente Fernando Henrique Cardoso reaccionó a la nueva ola de pesimismo entre los analistas condenando la "obsesión de algunos economistas" de sacar conclusiones a partir del desempeño diario del comercio exterior.
El mercado se mostró nervioso el viernes, tras conocerse que en apenas cuatro días, entre lunes y jueves, los contratos de cambio para importación superaron los de exportación en 249 millones de dólares.
Los datos indican que el promedio de exportaciones diarias cayó de 219,4 millones de dólares en la primera semana de este mes a 168,8 millones en la tercera.
Hubo previsiones alarmistas de que el déficit comercial podría llegar a 1,5 mi llones de dólares en octubre, contra 655 millones el ems anterior.
Las autoridades económicas no admiten la existencia de problemas graves en el sector, pero en el presupuesto de 1997 previeron un crecimiento de óolo 3,9 por ciento del producto interno bruto, aunque el ministro de Planificación, Antonio Kandir, insiste en que superará cinco por ciento.
Además anunciaron nuevas medidas de estímulo a las exportaciones, a través de líneas de financiación aún no definidas.
Los créditos ofrecidos por bancos oficiales desde 1996 no han logrado impulsar las exportaciones, lo cual fortalece el pesimismo del mercado ante nuevas medidas similares, ya que no se espera que haya modificaciones en la política cambiaria.
El ministro de Hacienda, Pedro Malán, repitió su argumento de que las importaciones crecieron mucho porque la industria se moderniza.
Las compras de bienes de capital representan 25 por ciento del total de gastos del sectir y ello generará mayor competitividad y por tanto mayores exportaciones en el futuro, sostuvo.
Marcus Pratini de Moraes, presidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior, modificó sus reclamos anteriores en favor de una devaluación cambiaria pidiendo ahora una reducción del "costo Brasil", como exención de impuestos y abaratamiento de las operaciones en los puertos.
Un déficit anual de entre 3.500 y 4.000 millones de dólares no es alarmante para un país cuyo comercio alcanza 100.000 millones de dólares sumando exportaciones e importaciones, matizó Pratini.
El gobierno eximió desde septimbre del impuesto comercial a los productos básicos y semielaborados destinados a la exportación.
Hasta ahora la medida no produjo efectos y este mes las ventas llegaron incluso a caer, aunque el gobierno confía en que el año próximo esa tendencia se revierta. (FIN/IPS/mo/dg/if/96
