(Artes y Espectáculos) REPUBLICA CHECA: Milena Jesenka, "una llama encendida"

La vida y obra de la periodista Milena Jesenka, una de las más distinguidas mujeres checas, es centro de una nueva exhibición inaugurada por el Museo Checo de Literatura.

El renombre internacional llegó a la periodista con el libro de Franz Kafka "Cartas a Milena". Pero Jesenka, nacida hace 100 años, fue mucho más que la amante del escritor, y así lo demuestra la exhibición "El arte paralizado".

Jesenka, quien murió en un campo de concentración nazi y cuyo nombre significa "la amada", nació en el seno de una familia antisemita. Huyó de su hogar al enamorarse de su primer marido, Erns Polak, después que su padre se opusiera terminantemente a la relación.

Se casó con Polak y ambos se instalaron en Viena. Allí, en la capital austríaca, Jesenka comenzó a escribir artículos para la prensa checa, Además, tradujo obras de un escritor entonces desconocido, Franz Kafka.

Jesenka se enamoró de la literatura del escritor, y le pidió una entrevista. Poco después, Kafka escribió "No puedo recordar nada especial sobre ti, solamente la forma en que caminaste entre las mesas del café".

La relación de amor entre Milena y Kafka comenzó en el verano de 1920, según su biógrafa, Margaret Buber-Neumann. Fue un amor intenso y apasionado, tan claro como lo que Kafka escribió sobre ella.

"Ella es una llama encendida, como nunca he visto antes", escribió Kafka.

Además, según el escritor "una verdadera amante. El amor para ella significó la única vida con verdadera grandiosidad … nunca se avergonzaba de expresar sus sentimientos con toda la intensidad posible. El amor para ella era algo diáfano y evidente".

Jesenka fue fuente de inspiración para el artista, según revelan las cartas, al reflejar sus sentimientos por ella.

Una vez escribió: "Amándote, amo al mundo entero … estás en lo cierto cuando dices que somos un único ser, y eso no me angustia; por el contrario, es mi única felicidad y mi único orgullo … o el mundo es muy pequeño, o somos tan grandes que lo llenamos por completo".

Pero fue Kafka quien puso fin a la relación. Enfermo de tuberculosis, no pudo hacerse cargo de la vitalidad de Milena.

Jesenka "pronto se dio cuenta de la falta de futuro de su amor por Kafka, ¿pero qué amante no cree en la posibilidad de comenzar de nuevo?", escribió Buber-Neumann.

Kafka murió en 1924.

La pérdida de su amante devastó a Milena, pero a medida que la vida continuaba, se involucró en la política. Era nacionalista, y si bien tendía ideales de izquierda, rechazó el comunismo de Stalin.

Durante la década de 1930, ayudó a refugiados judíos de Alemania y Austria a escapar de la tiranía nazi. En marzo de 1939, Alemania invadió y capturó Checoslovaquia.

Con gran coraje, Jesenka arriesgó su vida en intentos de salvar a los judíos de la persecución de los nazis. Por sus acciones fue honrada póstumamente en Israel, en abril del año pasado.

En noviembre de 1939, la Gestapo, policía secreta nazi, logró detenerla y la deportó a un campo de concentración en Ravensbruck, Alemania.

Fue allí que Buber-Neumann, también prisionera, conoció a Jesenka. "Grandes contradicciones caracterizaban a Milena, la suavidad femenina y la determinación masculina. Era muy respetuosa y al mismo tiempo directa al hablar", escribió.

Antes de morir en el campo de concentración, en 1944, tras intenso sufrimiento, Jesenka solía cantar con otros prisioneros checos el himno nacional checo "Kde Domow Muj" (¿Dónde está mi tierra?).

"No es una canción contra nada. Habla de nuestra existencia, canta sobre el paisaje bohemio, honra el lugar donde está nuestro hogar", solía decir. (FIN/IPS/tra-en/jk/hvdb/lp/cr/96

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