AMERICA LATINA: La emigración globaliza la desesperanza

La enmienda 187, una medida del estado de California contra los inmigrantes, es la preocupación central de casi la mitad de los habitantes de las ciudades del interior de El Salvador, por encima de la inseguridad pública, el desempleo y la inflación en su propio país.

Se trata del resultado de una encuesta, que evidencia la "internacionalización" de las preocupaciones de la población, y especialmente de los grupos más pobres.

El Salvador es el mayor exportador centroamericano de mano de obra a Estados Unidos, donde viven casi 800.000 salvadoreños, la mayoría en Los Angeles, la mayor ciudad del estado de California.

Mientras, entre 300.000 y 400.000 nicaragüenses emigraron a Costa Rica, ante la ausencia de fuentes de trabajo y de perspectivas economicas en su patria. Los otros países de América Central, especialmente Guatemala y Honduras, viven también situaciones delicadas provocadas por la migración de desempleados y desesperados hacia el norte.

La emigración ha cambiado también las agendas gubernamentales. Las economías de El Salvador y Nicaragua dependen críticamente de los trabajadores expatriados.

La principal fuente de ingresos de El Salvador es la remesa de dinero de los emigrantes radicados en Estados Unidos, que hacen llegar anualmente a sus familiares cerca de 1.000 millones de dólares. Sin ese aporte de divisas, la economía salvadoreña estaría hoy al borde del caos, según ha reconocido el gobierno.

Por eso, la enmienda 187, de California, y la amenaza general de expulsión de inmigrantes de Estados Unidos, son un problema nacional en El Salvador. Se calcula que un tercio de la población depende total o parcialmente de la ayuda que recibe de parientes en California.

Costa Rica y Nicaragua están atrapadas en el problema de la migracion. Si Costa Rica limitara el ingreso de nicaragüenses para aliviar el creciente desempleo interno, provocaría una gravísima crisis en el país vecino, que no logra crear nuevas fuentes de trabajo.

La desocupación se sitúa en Nicaragua entre 50 y 60 por ciento de la población económicamente activa.

Como si todo eso no fuera suficiente, América Central es hoy la ruta de paso preferida por emigrantes de Sudamérica y de regiones lejanas como Asia y Africa.

Panamá y Honduras han descubierto en los últimos seis meses mafias de tráfico de desesperados hacia el norte. El mercado negro de seres humanos orienta su ruta a Guatemala, la puerta de salida hacia México.

Una investigación de la revista salvadoreña Tendencias reveló que los emigrantes pagan hasta 10.000 dólares a los traficantes para sortear varias fronteras y llegar a territorio estadoundiense. La magnitud de esa suma indica que la pobreza no es el único factor determinante del éxodo de extranjeros hacia Estados Unidos.

Los datos de Tendencias muestran que la desesperación y la falta de perspectivas pesan casi tanto como la miseria y el desempleo. Una madre que gastó 20.000 dólares para llevar ilegalmente a sus tres hijos a California, dijo a la revista que se endeudaría otra vez para lograr el mismo objetivo, si fuera necesario, porque su familia no tiene futuro en El Salvador.

En Costa Rica, la Defensoría de los Habitantes, equivalente a una procuraduría de derechos humanos, expresa preocupación ante la creciente xenofobia contra los inmigrantes.

Las manifestaciones de xenofobia, producto de una verdadera guerra entre desesperados por fuentes de trabajo, pueden afectar no sólo la ya crítica situación social de América Central, sino también las economías de la región.

La globalización de la economía y del comercio internacional tiene otra cara: la globalización de la miseria, cuyo costo puede superar los beneficios de la libre circulación de bienes y servicios, según la Organización Internacional de Migraciones . (FIN/IPS/cc/ff/pr/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe