AFRICA: Conflicto en Zaire amenaza región de los Grandes Lagos

La región africana de los Grandes Lagos podría verse envuelta en una gran conflagración debido al enfrentamiento del ejército de Zaire con rebeldes banyamulenge, de origen tutsi, que según el gobierno reciben ayuda de Ruanda y Burundi.

Kinshasa envió refuerzos al escenario del conflicto, en la provincia oriental de Kuvi, desplegando tropas principalmente alrededor de las ciudades de Bukavu y Goma, en la frontera con Ruanda.

Cuando el último grupo de soldados ocupaba sus posiciones en Bukavu, este lunes, surgieron rumores de que los rebeldes estaban entrando en la ciudad, por lo que las tropas procedieron a robar vehículos y otros bienes a punta de escopeta, según informes periodísticos.

También trascendió este lunes que los rebeldes se dirigían a Goma, unos 120 kilómetros al norte de Bukavu. El pasado sábado, atacaron el campo de refugiados de Kigumba, 25 kilómetros al norte de Goma, provocando el desplazamiento de unas 25.000 personas hacia la ciudad.

Uvira, en la frontera con Burundi, también cayó en manos de los rebeldes la semana pasada, seguida por la vecina Rutshuru. Según informes no confirmados, más de 200 personas, principalmente no combatientes, murieron en Uvira durante los enfrentamientos, que duraron dos días.

El conflicto en Kivu bien podría extenderse a otras regiones de Zaire, ya que grupos opositores establecidos en las provincias vecinas de Shaba y Kasai apoyan ahora a los rebeldes tutsi, según Muller Ruhimbika, banyamulenge exiliado y líder de la nueva Alianza Democrática para el Pueblo.

Ruhimbika sostuvo en una entrevista realizada la semana pasada que los banyamulenge están listos para negociar y que su grupo no pelea por la región de Kivu, sino por todo Zaire.

"Mobutu debe irse", agregó el líder. El presidente Mobutu Sese Seko, en el poder desde 1965, se encuentra en Suiza tratándose de un cáncer de próstata.

Sin embargo, Mobutu posee una influencia limitada en Zaire oriental, incluidas las provincias de Kasai, que logró una gran dosis de autonomía de Kinshasa, y Shaba, centro de la oposición armada al dictador zaireño desde los años 60.

La actual conflagración amenaza con propagarse y afectar directa o indirectamente a más de 30 millones de personas en la región de los Grandes Lagos. Kinshasa afirmó que Burundi y Ruanda están involucrados, y el primer ministro Kengo Wa Dongo advirtió este domingo que Zaire protegerá su unidad nacional.

Zaire acusa a Ruanda de entrenar y armar a los banyamulenge (unos 400.000) y a los banyaruanda, otro grupo de origen tutsi que habita el norte de Kivu.

El gobierno de Ruanda niega la acusación y considera que Zaire apoya al antiguo ejército hutu de Ruanda, de 40.000 hombres, derrocado por los rebeldes tutsi en 1994. Zaire alberga un millón de los 1,7 millones de refugiados ruandeses en la región de los Grandes Lagos, además de 143.000 burundianos.

El presidente de Ruanda, Pasteur Bizimungu, aseguró este lunes que, aunque el área en cuestión pertenecía a Ruanda antes de la delimitación arbitraria de las fronteras africanas por potencias europeas, a fines del siglo XIX, su gobierno no ayuda a los tutsis de Zaire.

No obstante, Bizimungu, un hutu, señaló que a los banyamulenge se les dio a elegir entre la lucha y la exterminación, y no tuvieron más remedio que luchar. Esta afirmación hace referencia a un ultimátum que el gobernador de Kivu hizo a comienzos de este mes a los banyamulenge para que abandonaran la provincia, y también a persecuciones contra el grupo étnico.

Una fuente banyamulenge reveló a IPS en Kigali, Ruanda, que la fuente de armas del grupo es el antiguo ejército ruandés y su aliada milicia Interahamwe, acusados de la matanza de hasta un millón de tutsis y hutus moderados en 1994.

"Solíamos intercambiar una cabra por una AK-47 en los campos de refugiados de Uvira, Bukavu y Goma, pero ahora el precio de esas armas subió a más de 200 dólares debido a la demanda", declaró la fuente.

Mientras, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) procura una personalidad aceptada para mediar en el conflicto con la finalidad de impedir que los enfrentamientos involucren a toda la región, anunció el secretario general Boutros Boutros-Ghali.

El secretario general de la ONU también convocó a los líderes de la región a celebrar una cumbre para detener la carnicería en Zaire oriental.

El pánico creado por los ataques rebeldes en Zaire ya causó el desplazamiento de más de 300.000 personas, principalmente refugiados hutu procedentes de Ruanda y Burundi. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/ml/ip/96

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