AFGANISTAN: Irán y Pakistán compiten por controlar el conflicto

Irán intenta arrebatar la iniciativa en Afganistán al gobierno de Pakistán, que apoya a la milicia islámica Talibán, dueña de dos tercios del territorio de ese país en guerra civil.

Representantes de China, India, Rusia, Turquía, las repúblicas ex soviéticas de Tajikistán, Turkmenistán y Kirgistán, y del país anfitrión, mantuvieron el martes y este miércoles una reunión en Teherán en busca de soluciones a la crisis de Afganistán.

El encuentro de "amigos de Afganistán" tuvo también participación de la Organización de Naciones Unidas, la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa y la Organización de la Conferencia Islámica.

Irán, de confesión musulmana chiíta, siente amenazado su flanco oriental por el sunita Talibán, que el 27 de septiembre capturó Kabul e impuso la ley islámica en las zonas que controla.

Las autoridades de Teherán también saben que Estados Unidos y su aliada Arabia Saudita apoyarán a cualquier grupo afgano que pueda poner obstáculos a la creciente influencia iraní en Asia central.

Pakistán, Arabia Saudita y la república ex soviética de Uzbekistán, que comparte su frontera sur con Afganistán, no asistieron al encuentro de Teherán.

El gobierno paquistaní encara su propio esfuerzo diplomático para mantener a Afganistán en su esfera de influencia. Inmediatamente después de la caída de Kabul en manos de Talibán, Teherán envió delegados a capitales de la región en busca de legitimar internacionalmente la autoridad de esa milicia de estudiantes del Corán.

Un enviado especial de la primera ministra Benazir Bhutto visitó Tajikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, otro viajó a Irán, y el ministro del Interior, Naseerullah Babar, mantuvo entrevistas en Kabul y en Kandahar, la ciudad del sur de Afganistán en que tiene su base el mullah (clérigo) Umer, jefe de Talibán.

Babar, un general retirado, colaboró en 1994 en la formación de la milicia Talibán que, según se cree, habría sido entrenada y armada por los servicios de inteligencia de Pakistán.

Los diplomáticos paquistaníes también procuran el acercamiento entre Talibán y sus rivales. Se trata del general Rashid Dostum, perteneciente a la etnia uzbeka, que controla la frontera norte de Afganistán, y de Ahmed Shah Massoud, un tajik que fue ministro de Defensa del gobierno expulsado de Kabul.

Massoud mantuvo al ejército soviético fuera de su bastión del valle de Panjsher, y las disciplinadas tropas y la fuerza aérea de Dostum contrarrestan la capacidad de fuego de Talibán.

La mediación de Babar dio por fruto dos rondas de conversaciones entre Talibán y Dostum, que se realizaron en el cuartel general de éste, en Mazar-e-Sharif, y en Kandahar.

Mientras, el presidente de Pakistán, Farooq Leghari, se entrevistó en Tashkent con su homólogo uzbeko Islam Karimov.

El 19 de este mes, Karimov y Leghari propusieron en conferencia de prensa la creación en Afganistán de "un gobierno de amplia base, con representación de todos los grupos étnicos y religiosos, para lograr la paz, el progreso y la estabilidad" de ese país.

La diplomacia paquistaní se atribuye como triunfo el acuerdo de Talibán, Dostum y Massoud para conformar una comisión con seis representantes de cada bando encargada de negociar el intercambio de prisioneros y discutir el cese del fuego.

Mientras, Karimov, ex comunista como Dostum, ha reforzado militar y diplomáticamente a ese general afgano, que no acepta la creación de un estado fundamentalista islámico en su país.

El presidente de Uzbekistán no se opone al resurgimiento musulmán en Asia central, pero como sus colegas de la región, distingue entre el Islam como cultura y el Islam como fuerza política.

Karimov pretende consolidar el poder de Dostum para mantener una zona intermedia entre las repúblicas de Asia central y el territorio administrado por el fundamentalista Talibán.

Mientras, la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), que tiene sede en la ciudad portuaria saudí de Jeddah, lanzó una tercera iniciativa.

Un enviado especial de la OCI a Afganistán, el jeque Ibrahim Saleh Al Bakr, presentó a Dostum y al elusivo jefe talibán Umer una propuesta para el cese del fuego que tiene al parecer el apoyo de Estados Unidos.

El plan de la OCI consiste en organizar, una vez lograda la tregua, una conferencia de paz en Jeddah con participación de todos los bandos en conflicto. (FIN/IPS/tra-en/mh/an/ff/ip/96

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