El presidente ruso Boris Yeltsin, quien será operado del corazón a fines de este mes, aún no ha definido a quién delegará sus poderes mientras esté incapacitado, pese a la presión de opositores políticos para que designe como sustituto al primer ministro Victor Chernomyrdin.
El anuncio de Yeltsin el pasado jueves sobre su intervención quirúrgica provocó el inmediato reclamo de medidas para prevenir un vacío de poder mientras el mandatario esté incapacitado.
Alexander Lebed, secretario del Consejo de Seguridad, apareció este fin de semana en el canal de televisión independiente NTV exhortando a Yeltsin a entregar el poder al primer ministro Victor Chernomyrdin.
Lebed manifestó a NTV que Yeltsin debería designar oficialmente a Chernomyrdin como su sucesor para impedir que otros funcionarios de gobierno actúen en nombre del presidente.
"Debe haber un período de tiempo jurídicamente definido en el que, mientras el presidente se encarga de sus asuntos personales, alguien asuma la responsabilidad de la conducción del país", y "ese alguien es Victor Chernomyrdin", dijo Lebed.
Alexander Shokhin, vicepresidente de la Duma (cámara de representantes), también solicitó que el primer ministro sea nombrado jefe de Estado en forma temporal.
"Si el presidente tomara esa decisión y la hiciera cumplir mediante un decreto, ayudaría bastante", declaró Shokhin a la agencia de noticias Interfax.
El general Lebed, considerado el futuro rival presidencial de Chernomyrdin, dejó en claro que cooperaría con el arreglo interino.
Mientras, Gennady Zyuganov, líder del Partido Comunista y archirrival de Yeltsin en las pasadas elecciones, convocó a ministros y líderes partidarios a un encuentro para discutir las implicaciones de la enfermedad de Yeltsin.
"Debemos elaborar una política para evitar cualquier posible desestabilización del país, y para asegurarnos de que en esta situación prevalezca la ley", declaró Zyuganov a un grupo de periodistas.
Zyuganov culpó al séquito presidencial por los problemas de salud de Yeltsin, argumentando que protegieron sus propios intereses al impulsarlo a participar de una campaña electoral muy reñida.
El líder comunista, quien fue derrotado por Yeltsin en las últimas elecciones presidenciales, hizo de los problemas de salud del mandatario el arma principal de su campaña. Desde los comicios ha criticado reiteradamente a Yeltsin por su prolongada ausencia del Kremlin, y afirma que el presidente electo no está en condiciones de conducir el país.
La Constitución de la Federación Rusa establece que en caso de muerte o incapacidad del presidente, el primer ministro debe asumir como jefe de Estado provisional y se deben celebrar nuevas elecciones en un plazo de tres meses.
Sin embargo, la Constitución no especifica cuán enfermo debe estar el primer mandatario para que se considere "incapacitado".
Permanece sin resolver la cuestión de si Chernomyrdin debería tener poderes presidenciales sólo durante la operación de Yeltsin o también durante la convalescencia, que posiblemente se extienda varios meses.
El primer ministro aún no recibió ninguna comunicación del presidente relacionada con cualquier delegación de poder, según declaró a la agencia de noticias Itar-Tass una fuente anónima cercana a Chernomyrdin.
"Aún es muy pronto para hablar de directivas concretas del mandatario al primer ministro en relación con el liderazgo de gobierno durante la operación de Yeltsin y el período de recuperación", agregó la fuente.
"Aunque la Constitución es clara en el sentido de que es Chernomyrdin quien debe asumir el poder en ausencia de Yeltsin, será difícil para el presidente adoptar esa decisión", opinó Sergei Solodovnik, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales.
"Su estilo de gobierno ha sido siempre el de mantener facciones rivales a su alrededor, en una órbita tan inestable que no representen una amenaza. Pero esta vez deberá, temporalmente, delegar todos sus poderes y autoridad", agregó el analista. (FIN/IPS/tra-en/ss/fn/ml/ip/96