Los argentinos asisten en los ultimos dias al fin de una ilusion que habia comenzado hace siete anos con el gobierno del presidente Carlos Menem: la privatizacion de las empresas publicas ineficientes y deficitarias seria la clave del progreso futuro.
Desde fines de julio de este ano -cuando cayo el ministro de Economia Domingo Cavallo- la nueva y casi excluyente meta economica del gobierno es el equilibrio fiscal, considerado condicion basica para ganar la confianza de los inversores y de los acreedores, y asi seguir financiando el desarrollo.
Pero mientras el gobierno busca el equilibrio de las cuentas publicas mediante un ajuste fiscal que presiona mas sobre los contribuyentes que sobre los gastos propios, la gente comun y algunos dirigentes opositores se preguntan que paso con los mas de 20.000 millones de dolares de la venta de empresas publicas.
En poco mas de cinco anos, el gobierno de Menem transfirio a empresas privadas las telecomunicaciones, el petroleo y la petroquimica, el transporte aereo y de ferrocarriles, la energia, el gas, inmuebles, acerias, caminos y hasta hoteles.
Segun datos de la Subsecretaria de Privatizaciones del gobierno, solo en efectivo ingresaron mas de 12.000 millones de dolares pero tambien se rescataron titulos de deuda equivalentes nominalmente a 14.926 millones de dolares y en valor de mercado a 6.500 millones.
Quedan todavia por vender centrales hidroelectricas, aeropuertos, centrales nucleares y remanentes de acciones en poder del Estado de empresas ya privatizadas. Por todo, se espera que ingresen al fisco unos 3.400 millones de dolares mas.
La muletilla que mas agito el oficialismo en 1990 decia que con la venta de las empresas publicas deficitarias e ineficientes mejorarian en forma sustancial otros servicios que quedarian bajo la orbita del Estado, como salud, educacion, justicia, policia y asistencia previsional, actualmente al borde del colapso.
El gasto publico en esos sectores no supera cinco por ciento del producto interno bruto y el gobierno intenta transferir buena parte de esos gastos a las provincias, que tambien tienen sus cuentas en rojo.
Algunos criticos y opositores de entonces creian que la subasta solo serviria para cancelar deuda externa. Pero la deuda publica, lejos de reducirse, crecio de 55.000 a 90.000 millones de dolares desde que Cavallo puso en marcha el programa de convertibilidad (1990).
Si ya no quedan casi empresas publicas para vender, la deuda externa es cada vez mas voluminosa y los servicios publicos sociales quedaron practicamente abandonados a su suerte, como se financia la economia argentina?
El gobierno parece haber encontrado la respuesta en el ajuste fiscal que intenta poner en marcha desde agosto el nuevo ministro de Economia, Roque Fernandez, pese a las resistencias manifestadas por sectores tan dispares como el empresariado y los sindicalistas, la oposicion y el oficialismo en el Congreso.
El modelo argentino se erigio en los ultimos anos en un ejemplo de celeridad en materia de reforma del Estado, apertura comercial y equilibrio de las cuentas publicas. Pero la ecuacion muestra letargo en un deficit que equivale a tres por ciento del producto interno bruto, o a 15 por ciento del gasto.
En la subregion, mientras tanto, el proceso de privatizaciones marcha inexorable pero con ritmo dispar y algunas innovaciones.
En Paraguay esta estancado. En Brasil esta en marcha un programa que es mas rapido en telecomunicaciones que en energia. En Bolivia, el Estado se repliega lentamente del sector de las telecomunicaciones, la electricidad, el transporte aereo y los ferrocarriles.
No obstante, practicamente ninguna de esas economias escapara al deficit. En Argentina rondara este ano tres ciento del producto interno bruto, en Brasil 3,5, en Paraguay 3,7 por ciento y en Uruguay quizas el desequilibrio no llegue a uno por ciento.
Para financiar sus deficit, las economias de la subregion dependeran en mayor o menor medida -segun sus niveles de ahorro interno- del financiamiento externo, que exige ortodoxia en el manejo de las cuentas publicas. La receta es endeudarse mas ajustar mas.
"? Hasta cuando vamos a seguir pidiendo plata (dinero) al Fondo Monetario Internacional y vendiendo empresas publicas ?", se preguntaba ante IPS una abogada que asegura que ya no quiere "ni leer los diarios, para no pensar en lo que se viene".
En la coyuntura actual, la economia nacional apenas esta levantando la cabeza tras el brutal golpe recibido con la devaluacion mexicana de 1994. En 1995 retrocedio 4,4 por ciento tras cuatro anos de crecimiento consecutivo a un ritmo promedio de mas de siete por ciento anual.
Para este ano, el gobierno augura una tasa positiva de tres por ciento, pero algunos observadores advierten que si se profundiza el ajuste no se alcanzara la meta. (FIN/IPS/mv/dg/ip-if/96