NICARAGUA: Críticas al sandinismo por acuerdo con "contras"

El Movimiento Renovador Sandinista (MRS) de Nicaragua, que conduce el ex dirigente sandinista Sergio Ramírez, cuestionó a ese sector político por haber firmado un acuerdo electoral con un ex oficial somocista y ex integrante de la "contra" acusado de asesinatos y torturas a prisioneros.

Ramírez, ex integrante del Frente Sandinista y vicepresidente de la República durante el gobierno sandinista, se distanció de sus ex compañeros y presenta su propia candidatura electoral para los comicios del 20 de octubre.

"Nos parece desafortunado que el Frente Sandinista haya suscrito un acuerdo con José Benito Bravo, un hombre que viene de las entrañas de la guardia somocista y nos recuerda los momentos más brutales de la contra", afirmó a IPS Miguel Vijil, jefe nacional de campaña del MRS.

"Me parece una ofensa, una burla a la memoria de los héroes y mártires haberse aliado con este hombre sólo por buscar publicidad, por aumentar puntos. Creo que el precio que está pagando Ortega es demasiado alto", añadió.

Bravo, uno de los firmantes de la alianza que varios dirigentes de la "contra" firmaron con el sandinismo, fue guardaespalda de los hijos del dictador Anastasio Somoza y ex sargento de las tropas de élite que combatieron a la guerrilla sandinista, antes del derrocamiento de la dictadura somocista.

Luego, tras la victoria sandinista, Bravo conformó con un grupo de ex oficiales somocistas el Estado Mayor de la guerrilla antisandinista, los llamados "contras", considerados el movimiento insurgente más numeroso de la década de los 80.

En las filas de la "contra", Bravo usó el seudónimo de "Comandante Mack", y asumió diferentes cargos, desde la conducción militar de un importante destacamento hasta la oficina de Inteligencia, que fungió por años en las bases "contras" ubicadas en Yamales, en territorio de Honduras.

Bravo fue destituido de ese cargo en marzo de 1989 luego que un Tribunal Militar interno lo encontró culpable de encubrir el asesinato de un ex "contra" de nombre Isaac Gómez, acusado de trabajar para los sandinistas.

Se le juzgó asimismo por haberse comprobado que sus subordinados practicaban torturas contra prisioneros de guerra sandinistas capturados en combate, para luego conducirlos a cárceles clandestinas en Honduras.

"Yo estuve al frente de esa causa, como fiscal militar de la Resistencia", aseguró a IPS Luis Fley, alias "Comandante Johnson".

"Recuerdo que el Estado Mayor se negaba a aplicar la expulsión, y yo tuve que viajar por todos los campamentos, demandando que se aplicara la resolución", añadió.

Según Fley, fue el embajador norteamericano en Tegucigalpa, Chris Arcos, quien obligó a los jefes militares de la "contra" a separar a Bravo del cargo, amenazándolos con suspender la ayuda estadounidense.

No obstante, meses después, Bravo fue reincorporado a las filas de la "contra" como asesor militar durante las negociaciones de pacificación con los sandinistas.

"Nosotros hemos estado siempre de acuerdo en superar las diferencias surgidas durante la guerra entre sandinistas y ex contras" dijo Vijil, pero haber escogido a Bravo "me parece una ofensa".

"No sé qué efecto electoral va a tener, pero sí puedo decir que a mí me ofende, y el tiempo demostrará que fue un acto de oportunismo político", insistió el Jefe Nacional de Campaña de Ramírez.

La firma del acuerdo fue criticada también por los liberales, principales adversarios del sandinismo en la contienda electoral.

Los sandinistas nos acusan de estar pactando con el hijo de Somoza, pero realmente son ellos, porque Bravo fue su hombre de confianza, comentó Carlos García, ex compañero de armas del polémico jefe "contra".

A Bravo "le encargaron la custodia de los hijos de Somoza. Además, fue el único sargento que formó parte del Estado Mayor de la Guardia Nacional", añadió García, candidato a diputado por la ex "contra".

Los militantes y simpatizantes sandinistas parecen por el contrario estar satisfechos del acuerdo.

"Esa alianza con los comandos de la Resistencia es maravillosa para Nicaragua, porque demuestra que estamos dando pasos firmes hacia la paz y que no queremos la guerra entre hermanos", dijo al diario sandinista Barricada Luis Hernández, un residente de la capital.

"Es lo mejor que podría haber hecho el Frente Sandinista, ya que el mejor deseo de los nicaragüenses es la paz, y el derecho al trabajo, lo que hoy no tenemos con este gobierno", concluyó. (FIN/IPS/rf/jc/ip/96

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