Mujeres latinoamericanas confrontaron en esta ciudad al presidente del Banco Mundial, James Wolfenshon, exigiendo una rendición de cuentas sobre las actividades prometidas por la institución, un año atrás en Beijing, para satisfacer demandas para la igualdad de géneros.
En representación de Nicaragua concurrió la organización no gubernamental (ONG) especializada en atención primaria de la salud CISAS, y la evaluación de su directora, María Hamlin Zúñiga, es que Wolfenshon "está diciendo básicamente lo mismo que en Beijing".
Las promesas del Banco Mundial de mayor énfasis en la salud primaria o preventiva son "absolutamente ridículas", dijo Zúñiga, ya que bajo los programas de ajuste, la mayoría de los trabajadores de la salud primaria han sido despedidos o sometidos a la "reconversión ocupacional", la cual involucra la capacitación para empleos nuevos y muchas veces inexistentes.
Ahora el Banco Mundial vuelca dinero en campañas periódicas de inmunización, sumplementos de vitamina A o promoción de la lactancia materna, las cuales atraen la atención de los financistas, pero tienen poco éxito y no brindan oportunidades de seguimiento, criticó la nicaragüense.
Hace un año el presidente del Banco Mundial dejó la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing "herido pero estimulado" por las críticas contra la política de la institución financiera que dirige formuladas por 900 ONG de mujeres, las cuales le entregaron una petición.
Los cambios solicitados incluyeron una demanda de alteraciones en el personal, las políticas y los programas de ajuste estructural de la institución, que según las mujeres fueron elaborados sin su participación y cargan sobre ellas la peor parte de sus consecuencias.
Además, las mujeres exigieron la promoción de sus ONG en el diseño de la política económica y los proyectos del banco, más préstamos para educación y salud y créditos para las mujeres, y más mujeres en los altos cuadros del personal de la instititución.
Wolfenshon, quien se entrevistó el viernes con 200 mujeres de América Latina y el mundo, recordó la formación de un Grupo Consultor Externo sobre género, intregrado por 14 mujeres, el cual participará en la revisión que harán ONG de todas las áreas de los programas de ajuste estructural, a iniciarse a fin de año.
Mientras, dijo el presidente, las consideraciones de género se introducen en las evaluaciones sobre la pobreza, las estrategias de asistencia del país y el proceso de formulación de proyectos.
El Banco Mundial depositó el primer millón de dólares de lo que Wolfenshon espera sea un "fondo para el liderazgo" de seis millones para las mujeres africanas. Asimismo, aumentaron los préstamos para programas demográficos, de nutrición y salud, y el banco espera que 42 de sus deudores alcancen la educación primaria universal en el 2010.
El Grupo Consultor de Asistencia a los Más Pobres puso el énfasis en la entrega de préstamos a las mujeres, quienes son 70 por ciento de los pobres del planeta, añadió Wolfenshon.
La primera mujer vicepresidenta a cargo del personal trabajará con Wolfenshon en la creación de un sistema mediante el cual el personal será juzgado según su rendimiento, incluyendo su compromiso con la justicia de género.
Pero funcionarios del Banco Mundial sostienen en privado que hay pocas posibilidades de que el presidente pueda implementar sus promesas, y critican el carácter no obligatorio de la recomendación de "buenas prácticas" en sustitución de normas sociales y ambientales.
No obstante, aunque ofreció a las mujeres la esperanza de "mejoras significativas" en un plazo de tres años, les dijo que "no puede hacer milagros", y señaló que sus "creencias sobre el género" pasarán por el tamiz de los directores ejecutivos del Banco Mundial, quienes deben aprobar las medidas.
Esa actitud ante las promesas puede ser realista, pero es preocupantemente familiar, dijeron activistas a IPS. Wolfenshon "siempre desvía las críticas diciendo que debe dar una respuesta a los accionistas. Pero los pobres no son accionistas", señaló Zúñiga.
Las 200 mujeres tuvieron dos días para rumiar las palabras de Wolfenshon antes de partir este domingo tras una conferencia aniversario de Beijing organizada por la Asociación para la Mujer en el Desarrollo.
El presidente del banco señala que ha visitado unos 40 países y, en la mayoría de ellos, "pasó alrededor de 70 por ciento del tiempo en el terreno".
Pero su audiencia es escéptica. "Puede visitar un hospital, pero no puede ver cómo los programas de ajuste niegan a la gente el acceso a la salud", dijo Zúñiga.
En Nicaragua, los hospitales públicos están siendo "mejorados" para que los pacientes que pagan puedan ser tratados bajo esquemas de "recuperación de costos". A medida que se abren espacios para quienes tienen más recursos, los pobres deben esperar más por una intervención quirúrgica, para ver a los médicos y obtener las medicinas, indicó la activista. (FIN/IPS/tra-en/aa/yjc/lp/pr-dv/96