La Iglesia Católica de Kenia hizo una quema pública de condones y material de prevención del sida, en una ceremonia presidida por un cardenal.
La quema precedió a una "Marcha silenciosa por la vida", liderada por el cardenal Maurice Otunga, y se realizó bajo la consigna "Elige la castidad, 100 por ciento segura".
"Es inmoral enseñar educación familiar en las escuelas", "La fidelidad y la abstinencia son la cura del sida", "El aborto es asesinato, no se debe legalizar", "Más anticonceptivos, más abortos" y "Confíe en los condones, confíe en la muerte" fueron algunas de las ideas presentadas en anuncios publicitando el evento.
Una ceremonia similar fue conducida por Otunga y un líder musulmán en agosto de 1995.
Grupos de concienciación sobre el sida mantuvieron el silencio sobre las acciones de Otunga, quizás en parte porque la iglesia genera gran respeto en Kenia y es influyente.
"Nuestro papel no es confrontar a nadie", dijo Esther Gatua, encargada del proyecto de la red de organizaciónes no gubernamentales (ONG) Consorcio Sida, pero, añadió, es necesario "corregir impresiones e información erróneas".
"Las personas son individuos y tienen el derecho de tomar sus propias decisiones sobre la prevención del sida", sostuvo Gatua, cuya organización agrupa a 250 grupos.
Los materiales de difusión de los métodos de prevención del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) quemados habían sido producidos por el Consorcio Sida para dar una respuesta a la necesidad de información de la población.
Estos materiales incluían un folleto sobre "Pedro y Juana discuten sobre sida con la tía María", destinado a alumnos de la escuela primaria, y "Vida, amor y sida", dirigido a parejas adultas, disponible en inglés y kiswahili.
Los folletos fueron quemados por varias ONG locales como fruto de un taller de dos años de duración sobre materiales educativos dictado por el Programa para Tecnología de Salud Apropiada (PATH- Kenia).
Según activistas de la lucha contra el sida, mucho tiempo y cuidado se depositaron en la investigación, experimentando con distintos dibujos y lenguaje para los mensajes.
Por ejemplo, el papel de la tía en el folleto para escolares se incluyó para reconciliar los métodos de educación sexual tradicionales de las culturas kenianas, en los cuales los miembros mayores de la familia están a cargo de la instrucción de los jóvenes, con la posición cristiana según la cual los padres deben educar a sus hijos sobre sexualidad.
Un estudio realizado en 1994 por la organización cristiana Programa de Ayuda Médica (MAP), reveló que 49 por ciento de los jóvenes cristianos entre 12 y 24 años son sexualmente activos. Los activistas que luchan contra el sida creen que la Iglesia Católica ya no podrá ignorar esta realidad.
"Los jóvenes reclaman ayuda e información sobre enfermedades de transmisión sexual y VIH/sida. Incluso los relacionados a la iglesia tienen sexo, y los sermones no los están deteniendo, por lo tanto la iglesia tendrá que hacerse cargo de la situación", añadió la activista. (FIN/IPS/tra-en/lmw/pm/lp/cr-he/96
