Unos 25 mafiosos se arrepienten y deciden colaborar con la justicia cada mes, lo que se ha convertido en un arma fundamental en la lucha que libra Italia contra el crimen organizado, según un informe del Ministerio del Interior difundido hoy.
Viejos y jóvenes, incluso dos menores, miembros de la mafia, algunos jefes, especialistas en dinamita, personas frías y despiadadas que ahora se declaran dispuesta a reescribir la historia del crimen organizado.
Un verdadero ejército de colaboradores de 1.244 miembros, entre los cuales sólo unas 70 mujeres, que llega incluso a 6.241, porque muchos de ellos traen consigo a sus familiares cercanos.
Casi siempre, por motivos de seguridad, piden la protección para sus familiares, un promedio de cuatro personas, con lo cual alcanzan en total la población de uno de los tantos pequenos pueblos italianos.
El ejército de mafiosos que ahora colabora con la justicia le significa al Estado un gasto anual de 66 millones de dolares, la mitad de esa cantidad se destina directamente a ellos y el resto a pagar hombres y medios para defenderlos. Cada "arrepentido" recibe 2.300 dólares mensuales.
Este miércoles la prensa italiana publicó una fotografía del más importantes arrepentido de la mafia, Tommaso Buscetta, quien vive en Estados Unidos bajo la protección del gobierno de ese país, en traje de baño durante un crucero por el Mediterráneo con su esposa e hijos, que hizo durante el verano pasado.
Un diputado de la derechista Alianza Nacional (AN), Domenico Gramazio, denunció además que Buscetta viajó este martes de Miami a Roma, en primera clase, en un vuelo de la aerolínea Alitalia.
El parlamentario reclamó no sólo por el hecho de que viajara en primera clase, sino también porque lo hiciera en una línea aérea normal, con lo cual ponía en peligro la vida de los pasajeros, ya que la mafia ha asegurado que lo matara.
La mayoría de los arrepentidos proviene de Sicilia, Puglia y Calabria, del sur de Italia, pero también de Lombardia, Veneto y Piamonte, en el norte, y de la central región de Lazio, de la que Roma es capital.
A cambio de colaboración, el Estado garantiza protección, seguridad y asistencia a los colaboradores, medidas que se extienden a los familiares, que a menudo se convierten en blancos de las represalias de la mafia.
La radiografía del más imponente y delicado fenómeno relacionado con la mafia del último decenio está contenida en las 131 páginas que el ministro del Interior, Giorgio Napolitano, consignó a la Cámara de Diputados y al Senado.
La documentación, rica en datos, gráficos, análisis y propuestas, contiene un llamado de atención que Napolitano lanza directamente: "el numero de personas protegidas se encuentra ya al limite de nuestras posibilidades".
"Si no se interviene con rápidas soluciones, se corre el riesgo del colapso administrativo y funcional", agregó el ministro y advirtió que los arrepentidos no pueden permanecer toda la vida a cargo del Estado.
Sostuvo que se deben reinsertar en la sociedad, con todas las cautelas y garantías, pero deben ser ciudadanos a título pleno, y si no aceptan, adelantó que se les retirará la protección.
El jefe del servicio de protección a los arrepentidos, Antonio Manganelli, dijo que estos son como "los emigrantes, desarraigados, con dificultad de adaptacion, pero con un problema adicional: un enemigo que los busca para matarlos". (FIN/IPS/jp/ag/ip/96