Cada siete minutos son violados en India los derechos de una mujer, en disputas por tierras y conflictos de clase o casta y con hombres de la comunidad, mientras el índice de violaciones en esta capital aumentó 30 por ciento en un año.
Tanto en áreas rurales como urbanas aumentan los ataques sexuales contra mujeres, y los niveles de violencia son alarmantes, un año después que las autoridades participaran en Beijing en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.
Las disputas por la tierra suelen ser causa de abusos contra las mujeres más desposeídas. Dos meses atrás, 11 mujeres, cinco niños y tres hombres dalit (integrantes de la casta más baja y pobre) y musulmanes, fueron masacrados en una villa en Bhojpur, en el estado de Bihar, por 60 hombres de un ejército privado de la casta más alta que ha sido prohibido por el gobierno.
Las mujeres fueron violadas y mutiladas, y sus chozas incendiadas. La razón de la masacre fue la intención de los dueños de la tierra de eliminar cualquier cambio en la estructura social.
Tras 49 años de independencia, el gobierno de Bihar no logró ejecutar reformas agrarias para asegurar ingresos mínimos a los trabajadores agrícolas de la región.
La tierra también fue motivo de un ataque a mujeres en el estado de Rajastán, al norte, donde en una villa del distrito de Alwar, a 150 kilómetros de Nueva Delhi, tres mujeres dalit fueron atadas a árboles y apaleadas por hombres de castas más altas según los cuales las víctimas habían intentado apoderarse de sus tierras.
Los diarios informaron de otro caso en el estado de Ganganagar, donde una mujer fue golpeada con palos por un miembro del gobierno local y dos cómplices, quienes además introdujeron ajíes en su vagina porque había osado reclamar la tierra que le arrebataron ilegalmente.
Hay cientos de este tipo de casos en India, pero el gobierno, atrapado en luchas políticas por el poder, permanece indiferente, mientras la policía ha sido acusada de avalar los delitos con su actitud indiferente.
Como las leyes sobre violación de India son anticuadas, en la mayoría de los casos los acusados utilizan su influencia política para evitar los juicios.
Los crímenes no son aislados ni se restringen a una región en particular, pero en todos la maquinaria estatal permanece como espectador silencioso y los involucrados a menudo tienen relaciones políticas con las autoridades.
En la sociedad patriarcal y organizada en castas de India, la violación múltiple parece haber emergido como la forma de castigar a una mujer que intenta superar las tradiciones locales.
Una mujer de 26 años fue asaltada sexualmente por 15 hombres pertenecientes a su misma casta a unos 20 kilómetros de Roorkee, una ciudad universitaria en el estado de Uttar Pradesh, por huir con un musulmán en un intento desesperado de evadirse de años de abuso de su marido, quien había intentado venderla tres veces.
La lista de casos de violación y ataque es interminable, pero llevaría años que los agresores fueran acusados y llevados a juicio. Pocas mujeres se animan a denunciar un caso de ataque sexual, y demostrar la violencia sexual en cada etapa del juicio no es fácil.
Durante años, grupos de mujeres en India han luchado por la enmienda de las leyes sobre violación, con poco éxito. En los últimos meses, su campaña se centró en la violación múltiple de una trabajadora social por cuatro hombres de una casta más alta en su villa en Rajastán.
Cuando los acusados fueron liberados por cortes menores en el estado, la trabajadora social apeló a la Alta Corte de Rajastán, y según activistas en Nueva Delhi, está preparada para llevar el caso ante la Corte Suprema. (FIN/IPS/tra-en/nb/an/lp/pr-hd/96