EUROPA: UE abrirá debate sobre relaciones con países más pobres

Los esfuerzos de 70 países -llamados ACP (africanos, caribeños y del Pacífico) en sus relaciones con la Unión Europea (UE)- por renovar la Convención de Lomé, que durante 21 años les ha otorgado un trato comercial preferente y un caudal de ayuda, empezarán a dar frutos en próximas semanas.

El comisario europeo de Desarrollo, Joao de Deus Pinheiro, se dispone a entregar en octubre un primer borrador sobre el tema, con el cual la Comisión de la UE dará el puntapié inicial a un debate largamente esperado.

La última edición del pacto quinquenal de Lomé, actualmente vigente, fue acordada en Mauricio en noviembre de 1995 y no caducará hasta finales de 1999. Pero la propia Convención establece que las negociaciones sobre el futuro del acuerdo deben comenzar al menos 18 meses antes de su fecha de expiración.

El objetivo del documento de la Comisión será "plantear una serie de interrogantes relativas a la orientación de la Convención de Lomé", según expresó un colaborador de Pinheiro.

"Formularemos preguntas y plantearemos opciones para que sean discutidas. El tiempo de las decisiones vendrá más tarde".

La Comisión pedirá comentarios e ideas a los gobiernos de la UE y de los países ACP, el Parlamento Europeo, las organizaciones no gubernamentales, los círculos académicos y los dirigentes empresariales.

También los países ACP se preparan para el debate, habiendo programado una reunión de jefes de gobierno de los 70 países, a efectuarse en Gabón a finales de 1997. La conferencia se convertirá en la primera cumbre de esos países para debatir sus futuras relaciones con Europa.

"Será en esa cumbre que los países ACP adoptarán una posición definitiva sobre el futuro de las relaciones con la UE", declaró una fuente diplomática de ese grupo en Bruselas.

Los embajadores ACP en Bruselas han creado un comité especial, que preside el representante de Trinidad y Tobago, Lingston Cumberbatch, para empezar a reflexionar en conjunto sobre el tema.

En cumplimiento de lo estipulado, los países de la UE y los países ACP han acordado comenzar las negociaciones oficiales sobre el futuro de sus relaciones mutuas en septiembre de 1998.

La Comisión subraya que al abrir el debate público sobre el tema, lo hará con un pensamiento totalmente abierto. "Serán consideradas todas las posibilidades", dijo un funcionario.

Las soluciones alternativas que están en estudio van desde el mantenimiento de la situación actual hasta su desmantelamiento, sustituyendo a la Convención por acuerdos de la UE con cada una de las regiones o incluso con cada país, que reflejen los intereses específicos de esas 70 naciones.

"La composición geográfica de la próxima convención es el tema clave de la discusión", agregó el funcionario. "Para ponerlo en términos simples, preguntaremos si ese exclusivo club ACP debe ser conservado o disuelto".

Pese a criticar algunos aspectos de la Convención, la mayoría de los representantes ACP insisten en que el pacto debería ser mantenido.

"La Convención de Lomé ha contribuido de forma importante al alivio de la pobreza y a crear empleos", comentó Cumberbatch. "Tiene mucho valor para los países ACP".

La mayoría de los expertos, no obstante -tanto europeos como ajenos a la UE-, coinciden en que debería modificarse el marco de negociación colectiva de la Convención, referido a un grupo de naciones tan dispares como los 70 países ACP.

Según este punto de vista, los diferentes grados de desarrollo de esos países exigen que la UE acuerde por separado con cada subregión un tipo de relacionamiento que pueda funcionar mejor.

Esta idea llevaría a la ruptura de la Convención de Lomé, concertando la UE diversos acuerdos regionales o subregionales con los países del Caribe, del Pacífico, de Africa occidental, de Africa meridional, etc.

La UE ha destinado 14.700 millones de ecus en ayuda al desarrollo para los países ACP hasta el año 2000, pero se cree muy difícil que pueda aceptar un compromiso equivalente para el futuro.

Hacia finales del siglo la Unión se encontrará en pleno proceso de ampliación hacia Europa central y oriental, y las restricciones presupuestarias que impone el proceso de convergencia hacia una moneda única europea serán más duras aun que en la actualidad.

No obstante, Pinheiro se empeña en mantener la política de desarrollo en los programas de trabajo de la UE. "El debate sobre el futuro de la Convención de Lomé se extenderá al futuro de la política de desarrollo de la Unión en general", comentó un funcionario de la Comisión. (FIN/IPS/tra-en/si/fn/arl/if-dv/96

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