Un nuevo escándalo estalló hoy en España al denunciarse que los servicios de inteligencia del Estado secuestraron y usaron como cobayas a indigentes para realizar experimentos, y que habrían provocado la muerte de uno de ellos.
El caso fue descubierto por el equipo de investigación del diario El Mundo, con documentos y testimonios de agentes del Centro Superior de Investigación para la Defensa (Cesid), máximo organismo gubernamental de espionaje y contraespionaje.
Los indigentes habrían sido secuestrados para probar los efectos de un anestésico que agentes del Cesid planeaban usar para dominar y secuestrar a un presunto integrante del grupo separatista vasco ETA refugiado en Francia.
El argentino Ernesto Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980, dijo al conocer la denuncia que los métodos del Cesid le recuerdan "las atrocidades de los militares argentinos, cometidas durante las dictaduras, y los experimentos médicos de los nazis con los prisioneros judíos".
La Sociedad Española de Cardiología, por su parte, emitió un comunicado de condena a la participación de un cardiólogo en las actividades denunciadas.
La denuncia de El Mundo se agrega a otras varias que involucran al Cesid en actos de la "guerra sucia" contra los independentistas vascos, que se concretó en más de 40 atentados y 27 muertes entre 1983 y 1987, bajo el gobierno del socialista Felipe González.
Dos decenas de personas, entre ellos ministros, secretarios de Estado y jefes policiales están sometidos a proceso y en libertad bajo fianza, por una parte de aquellos atentados y muertes.
Los hechos denunciados por El Mundo ocurrieron en julio de 1988, cuando el Cesid secuestró a tres indigentes, dos de ellos drogadictos, para experimentar en ellos un anestésico, que pensaban utilizar en el secuestro del dirigente de ETA Juan Antonio Urruticoechea, "Josu Ternera".
La orden de secuestro de los tres indigentes y del dirigente etarra partió de la dirección del Cesid, fue coordinada por dos oficiales, y el director de la entidad, general Emilio Alonso Manglano, fue informado puntualmente de todo, según agentes de inteligencia citados por el periódico.
Un portavoz autorizado del Ministerio de Defensa, del que depende el Cesid, dijo este martes a IPS que allí "no saben nada" de todo el asunto.
El Mundo asevera que el médico que proporcionó el anestésico y después analizó sus efectos es jefe de cardiología de un hospital de Madrid y gran amigo de Manglano. Según fuentes próximas al facultativo, citadas por el periódico, "el suceso lo marcó de por vida".
El efecto de la droga debería durar una hora, para que los agentes (53 en total) pudieran secuestrar al etarra en el sur de Francia y traerlo oculto en un cajón a España para su interrogatorio.
De los tres indigentes, uno habría muerto al aplicarle el narcótico, aunque ese extremo no ha podido ser verificado por El Mundo. Los otros dos, hermanos y drogadictos, fueron golpeados y abandonados en la vía pública.
La denuncia incluye un cuidadoso detalle de los nombres en clave de las operaciones realizadas, incluyendo el robo, camuflaje, uso y destrucción de tres vehículos particulares, y de los seudónimos de los jefes del operativo.
Dentro del Cesid la operación fue conocida con el nombre "Menguele", en alusión al apellido Manglano y al médico nazi que experimentó con judíos como si fuesen cobayas, durante la Segunda Guerra Mundial. (FIN/IPS/td/ip-hd/96