Los responsables de la introducción de heroína en el avión presidencial de Colombia pueden haber sido tanto amigos como enemigos de Ernesto Samper, según hipótesis que maneja por la Fiscalía, entre las que figura el involucramiento de funcionarios de la Fuerza Aérea.
Los cerca de cuatro kilogramos de heroína encontrados en el avión el sábado 21 puso a la Fuerza Aérea de Colombia en la mira de la Fiscalía, que denunció el jueves 26 la existencia de un "cártel azul" del narcotráfico en esa rama militar.
Las investigaciones se habían iniciado hace seis meses indican la existencia de una red de apoyo dentro de la Fuerza Aérea, que empleaba aviones y radares para evitar que las aeronaves al servicio del narcotráfico fueran detectadas.
El fiscal Adolfo Salamanca informó que hay más de 10 detenidos y que se está investigando si existe conexión entre el alijo encontrado en el avión presidencial y un cargamento hallado en otro avión de la Fuerza Aérea en julio.
La droga fue encontrada en el avión que debía llevar a Samper a Nueva York para asistir a la 51 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.
Entre los detenidos por el "cártel azul" figura personal del alto mando, controladores de vuelo, técnicos y pilotos, que ignoraban intencionalmente a las naves de narcotraficantes detectadas por los cuatro sistemas de radares del país.
El ministro del Interior, Horacio Serpa, consideró exagerada la hipótesis sobre la existencia del "cártel azul" y el de Defensa, Juan Esguerra, alegó que desconoce la investigación.
Por eso, Esguerra prefirió "no aventurar conclusiones que pueden comprometer sobre todo el buen nombre de una institución respetable".
Sin embargo, el ministro de Defensa y el jefe de la policía, Rosso Serrano, no descartaron la participación de personal civil o militar de la Fuerza Aérea en la colocación de la droga, tras haberse encontrado la heroína en el avión que debía llevar ese mismo día a Samper a Nueva York.
La Fiscalía, que tiene a su cargo la investigación, indicó el lunes 23 que hay varias personas detenidas pero consideró "precipitada" la afirmación del ministro de Justicia, Carlos Medellín, en cuanto a que se trató de "un complot para enlodar la imagen del presidente".
El fiscal Alfonso Valdivieso no se manifestó muy seguro de que se trate de una confabulación contra "el nombre de Colombia" ni contra su presidente.
La manera como estaba empacada la droga en el avión presidencial y el lugar donde fue ocultada indican a algunos investigadores que el paquete pudo ser colocado para ser detectado en en Bogotá o en Nueva York.
Esguerra no descarta que el intento de contrabando haya sido obra de los cárteles de la droga, que habrían logrado infiltrar a efectivos de la Fuerza Aérea.
Por el caso están siendo indagados por la Fiscalía el comandante de la nave, el piloto, el copiloto, ingenieros de vuelo, maestros de carga y dos azafatas. Además, algunos investigadores consideran que los autores podrían pertenecer a un sector militar proclive a la salida de Samper.
Frente a esta hipótesis y a la del "cártel azul", el comandante de la Fuerza Aérea, general Héctor Gil, indicó que esas apreciaciones no sólo "afligen moralmente" a la institución sino que son "a todas luces absurdas".
Gil consideró "utópica y salida de la realidad" la posibilidad de pensar que al interior de las fuerzas militares se esté urdiendo un complot contra el presidente de la república.
"No será la Fuerza Aérea la institución que orqueste un montaje para hacer ver al presidente como una víctima del narcotráfico", agregó Gil.
Las especulaciones apuntan igualmente a que pudo tratarse de simpatizantes del gobierno con el fin de lograr el efecto que realmente se consiguió.
Tras el incidente, Samper fortaleció su imagen de víctima de los narcotraficantes y de las Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de lucha contra las drogas (DEA) de Estados Unidos.
También se maneja la posibilidad de que los promotores de la acción sean grupos guerrilleros que habrían querido responsabilizar a la Fuerza Aérea de estar infiltradas por el narcotráfico.
La hipótesis más simple se orienta hacia delincuentes comunes que vieron la posibilidad de enviar un cargamento en un avión diplomático sin tener que pagar a intermediarios.
Según Ernesto Samper Nieto, ex consejero de la embajada de Colombia en Washington, gracias a "una sospechosa llamada anónima" que denunció la presencia de la droga, "el país se salvó de un vergonzoso escándado" aunque se dio un nuevo golpe a la ya deteriorada imagen internacional de Colombia. (FIN/IPS/yf/dg/ip/96