CUBA: Los Beatles después de Los Beatles

Los Beatles llegaron a Cuba con retraso, pero ni la inicial prohibición oficial ni la ideologización de la cultura que convirtió al rock en símbolo del "enemigo imperialista" pudieron frenar un fenómeno que hoy supera incluso la categoría de mito.

Desde 1990, los músicos recuerdan con grandes conciertos la muerte de John Lennon.

La televisión estatal transmitió este verano seis horas de la "Antología de Los Beatles", y los mejores cuentos cubanos de las últimas décadas aparecen en un libro titulado "El submarino amarillo", en directa alusión al cuarteto de Liverpool.

Hasta la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, una institución de carácter gremial, pero presidida por un miembro del gobernante Partido Comunista, Abel Prieto, se sumó a la "beatlemanía" y convocó para los días 15, 16 y 17 de octubre al Primer Coloquio Internacional sobre la obra de Los Beatles.

"Más que como moda, funcionan como modelo. Punto de partida en la música, ruptura, rebeldía. Los rockeros de hoy prefieren Metálica a Los Beatles, pero en sus camisetas suelen llevar a Lennon", dijo María Gattorno, que desde 1988 mantiene un espacio fijo para los cultivadores del rock en Cuba.

Para algunos, no conocer "Yesterday", "Michelle" o "Let it be" puede ser "un pecado de lesa humanidad", y para otros, el desaparecido grupo británico ocupa, junto al guerrillero Ernesto "Che" Guevara, el espacio privilegiado de la nostalgia.

"La rebeldía social y política de Los Beatles fue muy mal interpretada en Cuba. Los entendieron al revés", dijo a IPS el escritor Leonardo Padura, autor de una serie policíaca cuyo personaje principal, el teniente Mario Conde, se pasa media novela cantando "Strawberry Fields, for ever…".

Mario Conde, como el propio Padura y la gran mayoría de los jóvenes cubanos de los años 60, oyó a Los Beatles por primera vez en una placa metálica casi artesanal, a escondidas en la casa de un amigo, y guardó para siempre aquel momento con el sabor tentador e inigualable que deja "la fruta prohibida".

Aunque con el paso del tiempo se suele sobredimensionar el fenómeno y casi se llega a pensar que Los Beatles siempre estuvieron prohibidos en Cuba, la censura oficial absoluta sólo rigió entre 1964 y 1966 y se limitó estrictamente a los medios de comunicación masiva.

Francisco López, escritor que organiza el encuentro de octubre, recuerda que las placas se grababan sin problemas en los establecimientos estatales y que fue "Nocturno", un programa radial de música romántica que aún existe, que sorprendió a sus oyentes con una canción de Los Beatles en septiembre u octubre de 1966.

Sin embargo, la divulgación de lo que se ha llamado "el suceso musical más importante del siglo XX" siguió siendo bastante tímida hasta 1970, justo el año en que los cubanos pudieron contemplar por primera vez una fotografía de Los Beatles en la revista Bohemia, el semanario más antiguo e influyente de la isla.

"Primero, oímos unos Beatles que no sonaban como suenan Los Beatles. Después, por esa misma recepción tardía, lo más conocido, oído y preferido en Cuba está en lo último que hicieron: Revolution, Let it be, el Album Blanco", dijo Padura.

Sin embargo, esa "beatlemanía a posteriori" que le confirió al caso cubano una categoría única en el mundo occidental propició, según el narrador, ensayista y periodista, "un fenómeno mucho más asumido, dirigido no al gesto sino a la esencia".

"No quiero, ni he querido nunca, dejar de mencionar lo que la música de Los Beatles significó para mí; creo que ningún músico de estos tiempos, me refiero a los que pudieron y/o quisieron escucharlos, está libre de sus huellas", dijo en 1988 el trovador cubano Silvio Rodríguez.

Rodríguez, que pretende ser un caso paradójico porque "las primeras veces que los escuché no me gustaron" no duda en cantar que quisiera ser Lennon o Mac Cartney y en mencionarlos, junto a Beethoven, Violeta Parra y Chico Buarque, como sus compositores preferidos.

"Silvio Rodríguez tiene más de un número de homenaje a Lennon. Creo que él es uno de los músicos cubanos más cercanos al gran músico y poeta inglés", dijo Leonardo Acosta, musicólogo que ha dedicado años al estudio del rock y, por supuesto, de la obra de Los Beatles.

Pero el primer gran homenaje cubano a los muchachos de Liverpool lo hizo el maestro internacional de guitarra, compositor y director de orquesta Leo Brouwer hace más de 20 años, con su obra "De Bach a Los Beatles".

"Mc Cartney era el músico; Lennon era el poeta", dijo Brouwer a la emisora Radio Progreso y agregó que "lo más grande de Los Beatles, lo que ha heredado el siglo de ellos, es un estilo de trabajo que supera al estilo individual y que lo encadena con el trabajo de colectivos".

Brouwer tomó el sistema de montaje de Los Beatles para crear, en 1969, el Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas (GES) que definió durante años el contexto musical del cine cubano y formó a grandes como los trovadores Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola.

"Los cubanos nunca se pelaron como Los Beatles", dice Padura para reafirmar la idea de un proceso que es una asimilación consciente de ideas y que llevó a que en Cuba hubiera desde los años 70 un espacio en la música, la literatura, el periodismo, la ensayística y hasta en las artes plásticas para el cuarteto.

Carlos Varela, un cantautor reconocido como el representante de la generación que hoy ronda los 30, ve en Lennon "un imprescindible".

El pianista y compositor José María Vitier reconoce su influencia. Para Chucho Valdés, el más importante de los jazzistas cubanos, no hay mejor definición que la acuñada frase "antes y después de Los Beatles".

Mientras por las calles de Cuba cualquiera puede oir "Love me do", llevar una camiseta negra con la foto de Lennon, polemizar a favor de Paul o de John y hasta cantar una de las viejas canciones a ritmo de salsa, los jóvenes de los 60 quieren adueñarse del recuerdo.

"Los Beatles funcionan más como nostalgia. Los jóvenes de hoy los conocen, pero a la mayoría ni les interesa", opina Padura. Por su parte, Dixie Edith, periodista de 25 años, asegura que es "muy pero muy raro" encontrar a alguien de su generación que no tenga "al menos, un casette con lo mejor de Los Beatles". (FIN/IPS/da/ff-jc//cr/96

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