El desempleo se mantiene como una de las mayores preocupaciones de los brasileños, pero la proporción de quienes temen sufrirlo pasó de 61 por ciento en febrero a 53 por ciento este mes, señala un sondeo difundido hoy.
La encuesta, realizada por un instituto especializado para la Confederación Nacional de la Industria y publicada por el diario Folha de Sao Paulo, revela que 32 por ciento sienten "mucho miedo" al desempleo y 21 por ciento "poco".
El temor es más amplio entre las mujeres, de las cuales 39 por ciento tienen "mucho miedo", contra 25 entre los varones. Ello se explica por un mayor desempleo en la mano de obra femenina, que se acentúa cuando hay recesión económica, indican las estadísticas oficiales y sindicales.
Una ligera recuperación de la economía, especialmente de la industria, en relación a la baja actividad del segundo semestre de 1995, podría justificar la reducción del temor ante posibles despidos.
El índice oficial de desempleo abierto bajó a 5,58 por ciento, trás alcanzar 5,91 a inicios del año.
Las perspectivas, sin embargo, son de un agravamiento de la situación, con despidos en el sector público y en la industria, cuya reestructuración se profundizará.
En los últimos años el sector industrial redujo fuertemente el número de empleados, pese al aumento de la producción. Esa tendencia se acentuará, según expertos, porque la adopción de nuevas tecnologias con el fin de aumentar la productividad es aún incipiente.
En el sector público, el gobierno central anunció la intención de eliminar 90.000 empleos, 70.000 de ellos vacantes actualmente. Las autoridades pretenden además aprobar una reforma administrativa que permita despedir funcionarios, hasta ahora protegidos por una legislación que les asegura empleo permanente.
Además el poder central tiene planes para suprimir unos 25 organismos gubernamentales con el fin de ahorrar cerca de 2.400 millones de dólares en sueldos y reducir el déficit público, considerado la principal amenaza a la estabilidad de la economía.
Los gobiernos estaduales están estimulando renuncias voluntarias y esperan la aprobación de la nueva ley para despedir parte de sus funcionarios. Los sueldos representan la mayor parte del presupuesto de los distintos estados.
Las privatizaciones son siempre habitualmente seguidas de despidos masivos, como se da actualmente en sectores como los ferrocarriles, que tienen un elevado personal. (FIN/IPS/mo/dg/if-lb-pr/96