La repatriación de los 105.000 angoleños refugiados en Zambia, demorada ya dos meses, se postergará hasta mayo debido a la destrucción del campamento provisorio en que debían alojarse, y el hecho representa un nuevo golpe para el proceso de paz en Angola.
La Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), que combatió al gobernante Movimiento Popular por la Liberación de Angola desde 1975 hasta 1994, expulsó a las brigadas de ayuda de la provincia de Moximo, que controla.
La decisión de UNITA, una organización que ha sido halagada y amenazada para que respete los acuerdos de paz firmados hace dos años en Lusaka, dejó el campamento de Lumbalanguimbo, en Moximo, a merced de un grupo de vándalos, que lo destruyeron.
"Entendemos que los hechos ocurrieron debido a la expulsión de las agencias de ayuda de la provincia de Moxico", declaró a IPS Lameck Mwaba, comisionado de Zambia para los refugiados.
El campamento devastado "iba a ser utilizado como puesto de paso y alojamiento inicial para los repatriados, que luego se establecerían definitivamente en los sitios que escojan", explicó Mwaba.
"El gobierno angoleño solicitó el aplazamiento hasta mayo de la repatriación, debido al saqueo de tiendas de campaña, tuberías de agua y servicios sanitarios de Lumbalanguimbo", agregó.
Mwaba participó el fin de semana de una reunión entre representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y de los gobiernos de Angola y Zambia, convocada para revisar los preparativos de la repatriación prevista.
"En la reunión se observó que es necesario reorganizar en Angola las condiciones para la repatriación", informó.
El acuerdo de paz de Lusaka prevé el regreso a su país de los refugiados angoleños. A los 105,000 que se encuentran en Zambia se suman 200.000 en Zaire, 12.000 en Congo y 43.000 en otros 32 países.
La repatriación comenzó después de un pacto alcanzado por el gobierno angoleño y UNITA en 1990, que condujo a la celebración en octubre de 1992 de elecciones supervisadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Pero el éxodo de refugiados se reanudó cuando en noviembre, UNITA se rehusó a aceptar su derrota electoral y volvió sobre las armas.
Así mismo, UNITA resolvió hace un mes, en un congreso extraordinario realizado en la central localidad de Bailundo, rechazar el ofrecimiento del presidente Eduardo Dos Santos de incorporarse a un gobierno de unidad nacional.
"Todo hecho contrario a la implementación del protocolo de paz de Lusaka perjudica a los refugiados. Hemos intentado convencerlos de que no todo está perdido, y que tarde o temprano volverán a su lugar de origen", advirtió Mwaba.
La operación postergada para mayo depende de la evolución del proceso de paz, que está atravesado de tensiones y acusaciones mutuas entre las dos partes de violaciones del cese del fuego.
La negociación para la desmovilización de los rebeldes se suspendió en octubre de 1995, cuando UNITA denunció una supuesta tentativa de asesinato de su jefe militar, general Arlindo Pena Ben Ben.
Un mes después, UNITA interrumpió el proceso de paz, a causa de un choque entre sus fuerzas y tropas gubernamentales en campos de diamantes controlados por los ex insurgentes.
El secretario general de la ONU, Boutros-Boutros Ghali, advirtió que "más de un año después de la firma del protocolo de Lusaka, aún no ha comenzado la desmovilización de las tropas de UNITA, capítulo central del proceso de paz". (FIN/IPS/tra- en/ap/jm/kb/ff/pr/96