América Latina y el Caribe retomó una moderada expansión tras el estancamiento de 1995 y tendrá este año un crecimiento del producto interno bruto (PIB) regional del orden de tres por ciento, anticipó hoy la Cepal.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que sin embargo persisten en la región los rezagos sociales y la acentuada desigualdad, sin una reducción apreciable del desempleo y con una mayor precarización del trabajo.
En su tradicional Panorama Económico, que publica cada año en septiembre, la agencia de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile consignó también, como un "fenómeno inesperado", un gran aumento en el ingreso de capital privado a la región durante 1996.
El informe señala que Chile será, al igual que en 1995, la economía más dinámica de la región, con un incremento del PIB de siete por ciento, y prevé un decrecimiento del producto en Venezuela, sin especificar el porcentaje.
El panorama se basa en el desempeño económico durante el primer semestre de nueve países de la región, que concentran más de 90 por ciento de la población y del PIB regional: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela.
El economista guatemalteco Gert Rosenthal, secretario ejecutivo de Cepal, comentó que se está retomando la tendencia al crecimiento de inicios de los años 90, cuando la región tendió a dejar atrás "la década pérdida de los 80".
Pero esa tendencia se interrumpió por la crisis provocada por la fuga de capitales de México a fines de 1994, cuyos efectos repercutieron en toda la región, y especialmente en Argentina, durante 1995.
Las recesiones en México y Argentina hicieron que América Latina creciera sólo 0,3 por ciento en 1995, con una caída de 1,5 por ciento en el PIB por habitante.
Este año, el PIB por habitante aumentaría uno por ciento si se cumple el incremento de tres por ciento del producto general, según estima el panorama de Cepal.
Rosenthal calificó este crecimiento como moderado, destacando que se produce en un positivo marco de una "dinámica expansión de las exportaciones, facilitada en grado creciente por el comercio intrarregional".
Al mismo tiempo, hay un creciente acceso al financiamiento externo, en un cuadro que muestra también "una progresiva estabilización de precios", con una tasa regional de inflación que tiende a bajar de 26 por ciento en 1995 a 22 por ciento este año.
México, que tuvo en 1995 una caída del PIB de 6,6 por ciento, se recuperará este año y crecería 3,5 por ciento, en tanto Argentina tenderá también a recuperarse, pero en menor medida, del decrecimiento de 4,4 por ciento que registró el año anterior.
Uruguay, cuyo PIB declinó igualmente en 1995, en 3,4 por ciento, tendrá un "incipiente restablecimiento" este año, como consecuencia del influjo que ejercen sobre su economía Argentina y Brasil, sus poderosos vecinos.
Brasil, Colombia, Costa Rica y Perú registrarán en 1996 una relativa desaceleración de su crecimiento, en relación a las tasas que conocieron el año anterior, en tanto habría un crecimiento "más pápido", según Cepal, en Bolivia y algunas naciones centroamericanas.
Chile, que será el país de mayor crecimiento este año, con siete por ciento, registrará también un menor ritmo de expansión, ya que en 1995 el incremento fue de 8,5 puntos.
Cepal señaló como un "fenómeno inesperado" el gran aumento del ingreso a la región de capital privado en este año, luego de la retracción que tuvieron los flujos de recursos en 1995.
"A menos que se produzcan hechos imprevistos, el ingreso neto total de capitales superará los 50.000 millones de dólares, cifra que duplica con holgura la correspondiente a 1995 y se aproximaría a los valores máximos registrados a comienzos de los años 90", apuntó Cepal.
En contraste con el balance netamente favorable en los indicativos económicos, Cepal consigna aspectos críticos en materias laborales y socioeconómicas.
"La situación del mercado de trabajo es el aspecto más negativo en el panorama económico de la región de 1996, puesto que, a pesar del repunte previsto del PIB, el desempleo aún no comienza a descender, después de que en 1995 llegara a su novel más alto de la década", señaló la comisión.
Agregó que en términos generales los salarios reales se mantienen estacionarios y que "persisten los indicios de que se acentúa la precarización de las condiciones de trabajo", lo cual impide superar los rezagos sociales y la desigualdad que caracterizan a la región. (FIN/IPS/ggr/dg/if/96
