AMERICA LATINA: Agosto dejó buenas noticias antinflacionarias

Agosto de 1996 pasará a la posteridad en Brasil como el primer mes en la historia reciente del país sin inflación, de acuerdo al índice difundido este miércoles por la Fundación Getulio Vargas.

Esta no fue la única buena noticia del último mes en el frente antinflacionario latinoamericano, donde destaca también el hecho de que Chile, con una tasa anualizada de 6,4 por ciento, logró situarse en los parámetros de la meta oficial para este año.

También Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Perú y Venezuela tuvieron bajas de su índice de precios al consumidor (IPC) con respecto a julio, de acuerdo a los datos consignados hasta la fecha por los corresponsales de IPS.

Entre los 13 países con sus datos ya actualizados hasta agosto, sólo en Ecuador y Uruguay hubo incrementos relativos de la inflación en el último mes, mientras que en Paraguay se mantuvo la misma tasa de 0,4 por ciento de julio.

Pero aún en Uruguay es posible rescatar, como dato positivo, el hecho de que, pese al incremento de agosto, la tasa anualizada de inflación, de 25,60 por ciento, sigue muy por debajo del IPC de 35,44 por ciento que el país tuvo en 1995.

En Venezuela, si bien el índice mensual fue el más bajo del año, con 4,1 por ciento, la inflación anualizada continuó creciendo por el efecto de arrastre de la política gubernamental de "shock" y llegó a 114,7 por ciento.

De esta manera, la economía venezolana sigue siendo la única de la región con una tendencia anual del IPC de tres dígitos, pero el gobierno de Rafal Caldera mantiene su confianza en que cerrará 1996 con una inflación de "sólo" dos cifras.

Esto no impedirá que Venezuela, con un IPC de 77,4 por ciento acumulado entre enero y agosto, sea el país de mayor inflación este año en la región latinoamericana, donde la tendencia que predomina francamente es a una continua baja de los precios.

El ejemplo más relevante a ese respecto es el de Brasil, país que a comienzos de la presente década era el paradigma de la persistencia de las hiperinflaciones de la década de los 80, con registros del IPC de 887,6 por ciento en 1993 y de 337,3 por ciento en 1994.

El Plan Real, impulsado por el presidente Fernando Henrique Cardoso, bajó espectacularmente la inflación en 1995 a 14,78 por ciento y en julio de este año los brasileños pudieron exhibir un IPC anualizado inferior a 10 por ciento.

Esta tendencia pareció consolidarse en agosto, con la tasa mensual de cero por ciento, que mantuvo el acumulado de 1996 en 7,71 por ciento y rebajó la inflación de los últimos 12 meses a 8,50 por ciento.

En Argentina, donde hubo en julio un ligero repunte del IPC, de 0,5 por ciento, los precios retomaron en agosto la tendencia deflacionaria y bajaron una décima, para marcar una inflación anualizada de sólo 0,2 por ciento.

Bolivia, al parecer, tendrá que resignarse a mantener este año un índice de precios en torno a 13 por ciento, similar al de 1995, luego de que este país se caracterizara a comienzos de la década por las inflaciones de un dígito.

Chile, en cambio, tuvo el pasado mes una sustantiva baja en la tendencia del IPC y su inflación anualizada se situó en 6,4 por ciento, una décima por debajo de la meta de 6,5 por ciento trazada por el gobierno de Eduardo Frei para este año.

El panorama regional a esta altura del año apunta a ligeros incrementos de la inflación con respecto a 1995 en Colombia, Costa Rica, Ecuador y Perú y a un incremento mayor, pero controlable, en Guatemala.

En México, uno de los casos críticos del año anterior, se logrará bajar a alrededor de 30 por ciento la inflación de casi 52 por ciento de 1995.

En Venezuela, el otro escenario neurálgico, la tasa anual duplica el IPC de 1995, pero el gobierno apuesta a sentar este año las bases para controlar el fenómeno en 1997.

De mantenerse las tendencias marcadas por agosto en el resto del año, 1996 será un nuevo año de éxitos en la lucha antinflacionaria de América Latina, con logros relevantes sobre todo en Brasil.

Sin embargo, septiembre puede traer más de alguna desagradable sorpresa para aquellos países de la región importadores netos de petróleo, como Chile y el propio Brasil, si es que persiste el impacto sobre los precios del crudo de los ataques de Estados Unidos a Iraq.

El otro indicio preocupante es que mientras la inflación va dejando de ser noticia en América Latina, va irrumpiendo el desempleo con tasas de aumento en algunos puntos de la región inversamente correlativas a las de baja de los precios.

En Chile, la satisfacción gubernamental por el logro de la meta anual del IPC se vio contrarrestada por una tasa de desempleo que llega a 7,1 por ciento, mientras en Argentina la desocupación se mantiene en torno a 20 por ciento. (FIN/IPS/ggr/dg/if/96

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