AMBIENTE: Pequeñas islas resisten presiones de Australia

Australia presionó a las pequeñas naciones isleñas del Pacífico, aunque sin lograr la intentada modificación de un urgente llamado a reducir las emisiones causantes del efecto invernadero, aseguró la organización ambientalista Greenpeace.

El gobierno australiano intentó alterar los términos del llamamiento lanzado por las naciones isleñas en la cumbre anual del Foro del Pacífico Sur, afirmó Bunny McDiarmud, portavoz de la organización Greenpeace.

El primer ministro de Australia, John Howard, negó haber ejercido presión en la cumbre del Pacífico, realizada la semana última, aunque admitió que introdujo "algunas palabras" en el comunicado final de la reunión.

Pese a su influencia política sobre el Foro, conformado por 16 países, Australia no pudo imponer su voluntad en el grupo, que enfáticamente declaró que el cambio climático es asunto fundamental para la región y que debe ser disminuida la emisión de gases invernadero.

El Foro solicitó en su comunicado final la aceleración de las negociaciones para la adopción en la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático (FCCC) de un protocolo global orientado a la reducción efectiva de los gases "causantes del efecto invernadero".

La próxima sesión de la FCCC está prevista para 1997, en Tokio.

Australia, el principal productor y exportador mundial de carbón, se unió a países petroleros de Medio Oriente para oponerse a la determinación de un nuevo calendario específico y metas de reducción del dióxido de carbono y de otros gases invernadero.

Los gases invernadero atrapan el calor en la atmósfera y, según la opinión científica mayoritaria, contribuyeron al aumento en 0,06 grados centígrados de la temperatura de la Tierra en el último siglo.

El incremento de la temperatura, correlativo a la creciente acumulación de gases invernadero en la atmósfera, eleva el nivel de los mares, como resultado de la dilución de hielos polares, y permite la aparición de mosquitos transmisores de enfermedades en zonas tradicionalmente demasiado frías para su supervivencia.

El asunto constituye una grave preocupación para las pequeñas islas del Pacífico, como se manifestó en la cumbre realizada en las Islas Marshall, ya que los atolones del área están en promedio a sólo dos metros por encima del nivel del mar.

Los científicos advierten que varias islas puede desaparecer del mapa de la Tierra dentro de dos siglos, si no se toman medidas urgentes para disminuir la emisión de gases invernadero, principalmente en los países industrializados.

Las metas vinculantes de reducción de gases que perjudican la capa de ozono o causan el recalentamiento de la atmósfera pueden provocar riesgos económicos para Australia.

Australia se distanció en la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático celebrada el último año en Berlín de sus tradicionales aliados, Europa occidental y Estados Unidos, para unirse a la oposición ante las metas vinculantes de reducción expresada por productores de petróleo, principalmente de Medio Oriente.

Así mismo, la delegación australiana se rehusó a apoyar un acuerdo vinculante de disminución en una conferencia realizada en Ginebra en julio, que tuvo participación de los 150 países firmantes del tratado de 1992 sobre cambio climático.

Australia reiteró esa posición esta semana en las Islas Marshall e intentó cambiar el texto del comunicado final para solicitar sólo la reducción del "crecimiento" de las emisiones contaminantes.

El Foro del Pacífico Sur está integrado por 14 países en desarrollo y por Australia y Nueva Zelanda. Como principal donante de la región, Australia ejerce una influencia considerable en el grupo.

El primer ministro de Papúa-Nueva Guinea, Julius Chan, declaró a la prensa tras la cumbre que los dirigentes del Pacífico se negaron a aceptar las demandas de la delegación australiana.

Hay una "gran diferencia" entre pedir la reducción del ritmo de incremento de las emisiones y exigir la disminución del actual nivel, observó Chan.

Howard, que cumplía su primer viaje al exterior desde el triunfo en las elecciones de marzo de la coalición Nacional- Liberal que lo respalda, logró superar la situación. "Yo asocio a Australia a la aspiración de lograr la reducción de emisiones de gases invernadero", aseguró.

Pero la portavoz de Greenpeace, McDiarmud, presente en las Islas Marshall durante la cumbre, no aceptó esa afirmación. "Australia intenta imponer su posición a los países isleños del Pacífico", afirmó.

Australia no alcanzará la meta de la Organización de Naciones Unidas de congelar en el 2000 la emisión de gases invernadero en el nivel de 1990, según un informe producido en julio por el gobierno.

El equipo de científicos, ambientalistas y empresarios redactores del informe destacó que, "con pocas excepciones, las cuestiones relativas al efecto invernadero no son consideradas en Australia", pese a que el país cuentan con una estrategia nacional de respuesta al cambio climático.

Australia ratificó la Convención sobre Cambio Climático, pero su emisión de gases contaminantes aumentó abruptamente desde 1991, advirtieron los autores del informe.

El incremento fue de 1,4 por ciento en 1993, 2,1 en 1994 y tres por ciento en 1995. (FIN/IPS/tra-en/ks/cpg/ff/en/96

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