AMBIENTE: El sol, una alternativa a la crisis energética de Cuba

Sin renunciar a la opción nuclear, Cuba vuelve la mirada ahora hacia las fuentes de energía renovables, en especial la solar, como una de las vías principales de solución a la crisis energética de los últimos seis años.

Aunque los apagones duran menos que en 1993 y la industrias paralizadas por falta de combustible comienzan a reanimarse, el país caribeño sigue sin poder enfrentar la compra de los 13 millones de toneladas de petróleo que consumía a finales de la pasada década.

El gran "milagro" que según las autoridades debería resolver todos los problemas, la culminación de una central nuclear y el descubrimiento de algún importante yacimiento de petróleo, parecen aún lejanos en el tiempo.

"Cuba está en condiciones de alcanzar un desarrollo energético sostenible sobre la base del aprovechamiento de los recursos renovables", afirmó Vito Quevedo, director de industria y energía del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).

Por el momento, los mayores potenciales se vislumbran en la biomasa de la caña de azúcar que, según cálculos especializados, podría producir 15 veces más energía de la que se necesita en todo el proceso agroindustrial del azúcar, primer rubro de exportación cubano.

Los esfuerzos por dismunuir la dependencia petrolera incluyen un inventario en curso de fuentes que ni siquiera se utilizaban como tales, turba, asfaltita, rocas y arenas bituminosas, residuos forestales y madereros y gas acompañante, o las de uso limitado, paja de caña, desechos pecuarios e hidroenergía.

Según datos de la organización no gubernamental Cubasolar "las fuentes nacionales de energía y específicamente las renovables significan más de 30 por ciento de los consumos energéticos del país y tienen posibilidades de un incremento significativo".

El programa para el desarrollo de las fuentes de energía abarca 47 proyectos sobre el empleo de la biomasa cañera y forestal como opción energética alternativa, el aprovechamiento del biogas, la hidroenergía, y de la energía solar, térmica y eólica.

Once de esos proyectos, que incluyen desde el aprovechamiento de la cáscara de arroz como fuente de energía hasta un parque eólico al oriente de la isla, son presentados por la delegación cubana a la Cumbre Solar Mundial que se realizó esta semana en Harare.

Convocada en 1993 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Cumbre Solar tomó al sol como símbolo que nuclea todas las energías renovables.

Para el italiano Enrico Turrino, vicepresidente de la ONG Eurosolar, el alto potencial científico técnico cubano, junto a las condiciones económicas, podría convertir a la isla en una especie de eslabón entre los países en desarrollo e industrializados para el advenimiento de una "era solar".

Eurosolar promueve junto a la Sociedad Cubana para la Promoción de Fuentes Renovables de Energía un proyecto para dotar a 700 escuelas rurales cubanas de una infrestructura tecnológica capaz de aprovechar la energía solar en cualquier de sus formas.

"La vía del sol es la única forma que tienen los países de liberarse, en materia de energía, de quienes dominan el mercado tecnológico y de combustibles", dijo Turrini, presidente de la cámara de recursos en Física de la Oficina Europea de Patentes.

Sin embargo, según los expertos, los altos costos de instalación de estas técnicas siguen siendo el mayor problema a la hora de introducir un programa nacional para el uso de las fuentes renovables de energía.

Para el país caribeño la urgencia aparece en la necesidad de disminuir la importación de combustibles, para volver menores los efectos en su economía de las oscilaciones de los precios del mercado y del precio de los fletes, que en 1995 se elevó entre 18 y 30 por ciento respecto a 1994.

"Cuba no puede agotar todos sus recursos financieros en el combustible; requiere también comprar alimentos, materias primas, insumos, equipos y repuestos", advirtió Esteban Ramírez, experto en temas económicos del semanario Juventud Rebelde, órgano de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Un informe del Comité Nacional de Energía asegura que el potencial energético de las fuentes alternativas estudiadas podría ser equivalente a unos ocho millones de toneladas de combustible convencional al año.

Según los expertos, los proyectos para el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía en la isla pueden conciliarse con ventajas económicas, además de ambientales, por la posibilidad de disminuir la dependencia de una amplia gama de consumidores del sistema eléctrico central.

El sistema de atención comunitaria de salud, conocido como médico de la familia, cubre más de 90 por ciento de los 11 millones de habitantes que tiene la isla y los consultorios pueden encontrarse hasta en los lugares montañosos más intrincados, y necesitan energía eléctrica.

El Ministerio de la Industria Básica debe garantizar también la electricidad a una amplia red de escuelas en el campo, donde los estudiantes preuniversitarios combinan estudio con trabajo agrícola.

Expertos cubanos aseguran que el problema está en "no casarse" con un método u otro, sino en buscar cuál es la vía más aceptable, de acuerdo a cada lugar y a sus condiciones, y con la premisa de la sustitución de parte del consumo de energía tradicional.

Para las autoridades la opción solar, como símbolo que reúne todas las energías renovables, contituye la forma de "librarse", al menos en parte, de la presión de los que dominan el mercado tecnológico y de combustibles.

Los estudios van desde el uso del potencial eólico de la cayería norte de Cuba, donde el gobierno pretende explotar el turismo como importante fuente de ingresos, hasta el uso de todos los residuales del azúcar que cubre una red de 200 complejos industriales en zonas rurales.

Según el ingeniero Emir Madruga, vicepresidente de Cubasolar, la introducción de sistemas fotovoltaicos para convertir la luz del sol en electricidad se inició por zonas montañosas del extremo oriental de la isla donde, a su juicio, resultan viables económicamente por no llegar hasta allí la red nacional de distribución eléctrica.

Cuba es miembro del Consejo Regional Solar para América y el Caribe y defiende la necesidad de crear una red de información regional que contribuya a mantener el intercambio continuo y fluido alrededor de las energías renovables.

"Si tenemos potencial, un programa y un gran problema energético que resolver, si contamos con especialistas y centros de investigación, entonces Cuba puede ofrecer al mundo un ejemplo de desarrollo sostenible", dijo Quevedo. (FIN/IPS/da/jc/en-if/96

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