Un programa de estudios intensivos en ciencias y matemáticas para 425 muchachas en Zimbabwe forma parte de un Proyecto de Igualdad de Género en la Educación que busca aumentar la participación femenina en carreras técnicas.
Las jóvenes, procedentes de familias pobres y escuelas marginales, participan en cursos de dos semanas durante las vacaciones en distintas zonas en Zimbabwe, con el fin de capacitarse para seguir estudios científicos.
Algunas de las chicas ven por primera vez un laboratorio, en especial las de las áreas rurales, dijo un vocero del Ministerio de Educación, ejecutor del proyecto.
Una "sutil creencia" de que las jóvenes no están dotadas para la matemática, la física y otras ciencias hace que algunas escuelas hayan relegado esas materias, explicó el vocero.
En general, niños y niñas comienzan tomando los mismos cursos en iguales materias, pero al llegar al cuarto año de la enseñanza secundaria, las chicas no están interesadas en las ciencias, dijo Emmanuel Chitare, de la Oficina de Educación en Ciencias.
Las jóvenes "ven la ciencia y la matemática como un monstruo", dijo Chitare, y añadió que cuando se habla de física, es muy probable que "digan que es un tema para los varones".
La necesidad de educar a las mujeres y niñas africanas, en especial en los campos científico y técnico, emergió como tema clave en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995 en Bejing, China, y en la reunión preparatoria de Africa llevada a cabo en noviembre de 1994 en Dakar, Senegal.
La Plataforma de Acción de la conferencia de Beijing señala que "la educación continúa siendo negada a las niñas, en especial en los altos niveles de la ciencia y la tecnología".
Archivos académicos de Zimbabwe de 1994 revelan que las muchachas tienen menor rendimiento que los varones en las materias científicas.
Mientras las muchachas y los varones tienen los mismos puntajes en la escuela primaria, en el segundo año de la escuela secundaria el puntaje promedio de las niñas en matemáticas es 24,3 por ciento, y el de los varones 26,7 por ciento. En las ciencias, el promedio es de 38.6 por ciento entre las muchachas y 43 por ciento entre los varones.
En el cuarto año de la escuela secundaria, 18 por ciento de las niñas aprueban matemáticas, mientras el índice de éxito de los varones es de 28,6 por ciento. En las ciencias, las cifras son de 19,6 por ciento de las niñas contra 39,1 por ciento de los varones.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) brinda apoyo técnico para el Proyecto de Igualdad de Género en la Educación, al cual la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA) ya contribuyó con 588.000 dólares.
Sólo entre dos y tres por ciento de los estudiantes de ingeniería en la Universidad de Zimbabwe son mujeres, señaló Saul Murimba, de la unidad de educación de UNICEF.
Martha Mashonganyika, profesora de química y física en una escuela únicamente para mujeres, cree que la mayoría de las alumnas temen a los cursos de física, no porque no sean capaces, sino debido a que "cuando estaban creciendo se les dijo que eran materias difíciles".
En algunos casos, admitió la profesora, son los propios maestros quienes desalientan a las niñas. "Les decimos 'eres una niña, no esperamos mucho de ti', y ellas terminan creyéndolo".
Otro factor que impide el desarrollo de las niñas en estas áreas es la dsicriminación de sus pares varones en el salón de clase. "Los varones se burlan y ríen de las niñas cuando dan una respuesta equivocada. Si los maestros no las protegen, entonces quedan aniquiladas", dijo Mashonganyika.
El proyecto de promoción de estudios científicos incluye, cuando es posible, a profesoras para dictar los cursos. "Pueden ser buenos modelos", explicó Chitare.
Pero la tarea es difícil, porque las profesoras de ciencias "son una especie en peligro y están en minoría", añadió. (FIN/IPS/tra-en/im/kb/lp/pr-dv/96