PALESTINA-ISRAEL: Diálogo se reduce a cruce de acusaciones

El primer ministro israelí Binyamin Netanyahu desmintió la versión de su próximo encuentro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, y toma fuerza entre los palestinos la propuesta de suspender el diálogo bilateral.

Funcionarios de la oficina del primer ministro aseguraron que Netanyahu no considerará la posibilidad de reunirse con Arafat al menos hasta su proyectada visita el 10 de septiembre a Estados Unidos.

La televisión israelí había anunciado este fin de semana una próxima entrevista entre Arafat y Netanyahu.

Este lunes trascendió que el presidente de Israel, Ezer Weizman, podría mantener una conversación directa con Arafat, aunque no se mencionó fecha. El proceso de paz palestino-israelí permanece estancado desde la instalación en junio del gobierno derechista de Netanyahu.

Las dos partes acordaron el 14 de este mes reanudar las negociaciones, pero los palestinos residentes en Jerusalén manifiestan escepticismo, dado que ni siquiera se conoce el momento en que el diálogo será retomado.

Israel y la Autoridad Palestina sólo se comunican para reprocharse mutuamente supuestas violaciones de los acuerdos firmados.

Netanyahu condicionó la retirada de las tropas israelíes de la localidad cisjordana de Hebrón al cese de las actividades de la Autoridad Palestina en Jersualén. Hebrón es la última de las ocho ciudades que los acuerdos reservan al autogobierno palestino, pero no es el único caso que complica el proceso de paz.

En efecto, varios ministros israelíes presentaron planes en apoyo de la colonización de Cisjordania, como el levantamiento de la prohibición de habilitar nuevos caminos de comunicación entre los asentamientos judíos y la posible radicación de otros 70.000 colonos.

Esas iniciativas concuerdan con los principios programáticos del Likud, el partido de Netanyahu, que considera Cisjordania parte del "Gran Israel" y rechaza el principio de canje de territorios por paz, piedra angular del diálogo palestino-israelí.

Arafat advirtió ante la televisión israelí que llevará el caso a arbitraje internacional, si el gobierno del Likud no respeta los convenios alcanzados.

Pero los palestinos admiten que manejan pocas cartas. Arafat envió hace tres meses una carta de tres páginas al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, para pedirle que exija a israel el cumplimento de los pactos suscriptos.

Los analistas creen que Clinton no presionará con firmeza a Israel al menos hasta después de las elecciones de noviembre, en las que busca su reelección.

Netanyahu aseguró que honrará los compromisos adquiridos por sus predecesores en el gobierno y continuarán las negociaciones con los palestinos. En cuánto a éstos, creen que Israel pretende en realidad obstaculizar todo progreso.

Esa suposición se basa, por ejemplo, en la postergación de la entrega a la Autoridad Palestina de impuestos pagados por palestinos que trabajan en Israel. El gobierno de Netanyahu señaló como causa de la demora que la nota en que se le solicitaba el dinero mencionaba a Cisjordania.

Israel pretende que ese territorio sea denominado "Judea y Samaria", como consta en la Biblia.

Los palestinos creen que Israel pretende debilitar los convenios bilaterales. Según presumen, la administración de Netanyahu no renunciará explícitamente a los acuerdos firmados en septiembre de 1994 en Washington, que pusieron en marcha el proceso de paz.

Pero temen que Netanyahu mantenga estancado el proceso, para que pierda vigor. Los acuerdos se debilitarán si no se cumplen los principales capítulos concertados, como la retirada del ejército israelí de Hebrón, advierten los palestinos.

"Israel debe implementar todo lo acordado. No queremos hablar y hablar, sino ver resultados", afirmó el negociador palestino Hassan Asfour.

Miembros del Consejo Nacional Palestino (órgano legislativo) se pronunciaron por el cese inmediato de los contactos con Israel. Como causas mencionaron las violaciones de los acuerdos y la ruina causada a la economía palestina por el repetido bloqueo israelí de Cisjordania.

Hanna Amira, del Consejo Nacional, expresó en el diario Al Quds que la opción de poner fin a las negociaciones debe ser considerada seriamente.

"Es evidente que a política de debilitamiento lanzada por el Likud se orienta a congelar la situación", opinó Amira.

"La exhortación del Consejo merece ser considerada", agregó. Amira sostiene que el estancamiento del diálogo es resultado de la voluntad israelí de ignorar plazos pactados y de aplicar decisiones no contempladas en los acuerdos.

El gobierno laborista firmante de los acuerdos de septiembre de 1994 postergó la retirada de Israel de la franja de Gaza y de ciudades de Cisjordania.

Los laboristas aplazaron postergaron la habilitación de pasos seguros entre las dos áreas bajo autogobierno palestino. También difirieron hasta las elecciones del 29 de mayo el repliegue de las tropas israelíes acantonadas en Hebrón y, una vez derrotados en las urnas, transfirieron la obligación al gobierno de Netanyahu.

Así mismo, la administración laborista construyó cientos de kilómetros de caminos en Cisjordania que sólo sirven a los colonos judíos y postergaron de modo indefinido la discusión sobre asuntos delicados como el aprovechamiento de las fuentes de agua y el regreso de los refugiados palestinos.

"El gobierno israelí anterior comenzó una larga lista de violaciones de los acuerdos de paz y la administración del Likud continúa sus pasos", destacó Amira.

Muchos dirigentes palestinos consideran que, en caso de persistir el estancamiento de las conversaciones, la mejor opción será concentrarse en la consolidación de asuntos internos.

Entre esas cuestiones figuran la promulgación de una nueva constitución, la creación del sistema de justicia y el fortalecimiento de las instituciones democráticas necesarias para la construcción de un estado nacional.

"En los próximos dos años, los palestinos deben consolidar lo que tienen. Deben construir un aeropuerto y un puerto de mar, crear instituciones nacionales y dotar al país del perfil de un estado", observó Jalil Shkaki, director del Centro de Estudios e Investigación de Palestina, de Nablus. (FIN/IPS/tra- en/dh/fn/ff/ip/96

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