Un millón, es la cantidad estimada por UNICEF al cuantificar los niños y niñas que son objeto de comercio ilegal, en todo el mundo, en el multimillonario mercado del sexo, según el informe que el organismo presenta al congreso mundial sobre explotación infantil (Estocolmo, 27-31 de agosto).
"Muchos son coaccionados, secuestrados, vendidos, engañados o traficados de otras formas, para introducirlos en relaciones sexuales forzadas", expresa UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en su informe, revelado este viernes.
Este organismo especializado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sito en Nueva York, dio a conocer el documento básico que presenta al Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de la Infancia, que será inaugurado el martes en la capital de Suecia.
El informe señala que la explotación sexual comercial es una actividad lucrativa construida sobre el abuso de poder, lo que hace que los niños sean tratados como productos económicos sexuales y no como seres humanos.
"Su alcance es transnacional, su impacto traspasa las generaciones", afirma UNICEF.
La situación de los niños y niñas que de forma creciente son introducidos en actividades de prostitución y pornografía, será el objeto principal de las deliberaciones del congreso de cinco días que tendrá lugar en Estocolmo la semana entrante.
Propuesto inicialmente por la organización no gubernamental llamada Terminar con la Prostitución Infantil en el Turismo Asiático (ECPAT), el congreso es considerado la primera reunión de esta naturaleza a nivel mundial.
El encuentro cuenta con el auspicio del gobierno sueco y se propone aprobar un Programa de Acción que suponga la puesta en práctica de una estrategia para atacar el problema de la explotación de la infancia en todo el mundo.
UNICEF afirma que el incremento del comercio del sexo infantil se debe a una cantidad de causas, entre las que se cuentan la injusticia económica y las consecuentes desigualdades entre ricos y pobres, las migraciones y la urbanización, y la desintegración familiar.
Los valores culturales que discriminan a las niñas y las mujeres, y el deterioro de los sistemas tradicionales de apoyo, también estimulan el comercio sexual infantil, según UNICEF.
Las leyes aprobadas en Dinamarca y Suecia a finales de la década de 1970 y en los años 80, según señalan algunos analistas, hicieron que muchos productores de pornografía se trasladaran a los países de Europa central y oriental, que salían de sus respectivos regímenes comunistas.
"El sexo es visto como una nueva libertad, lo mismo que cualquier otro producto comercializable", comenta Helena Karlen en un estudio reciente sobre el crecimiento de la industria de la pornografía en Europa oriental.
La comunidad internacional también se enfrenta a nuevos problemas en el empeño por detener la explotación de la infancia, al expandirse tecnológicamente las autopistas de información y comunicación por medios electrónicos, que son invadidas por la pornografía infantil.
En la actualidad diversos países europeos están controlando a las firmas abastecedoras de la red Internet. La llamada Operación Starburst -una investigación que abarcó cuatro continentes- fue el mayor esfuerzo internacional contra la pornografía infantil por Internet, llevando al arresto de 40 personas.
Ron O'Grady, coordinador internacional de ECPAT, concordó en que la tecnología de la computación ha creado nuevos problemas en la persecución de los pornógrafos.
Una persona puede enviar un material desde un país donde ello es legal, pero el material es recibido en otro país donde la pornografía ya es ilegal. "¿Quién determina la comisión del delito?", preguntó O'Grady. (FIN/IPS/tra-en/td/pz/arl/pr/96