José Luis Arias compró en 1994 una casa y la perdió un año después, cuando su salario no le alcanzó más para pagar el préstamo con un interés cercano a 40 por ciento. Hoy, las tasas en Costa Rica son mucho más bajos y los bancos disponen de dinero para prestar, pero no logran colocarlo.
De una expansión del crédito para 1996 prevista en 19 por ciento, los bancos sólo han colocado tres por ciento, según datos suministrados por el Banco Central.
En algunas entidades financieras privadas incluso ha decrecido la demanda de crédito. El Banco de San José registró un decrecimiento de 12 por ciento en su cartera crediticia y en el Banex la caída fue de 24 por ciento, según informes de la Comisión Nacional de Valores divulgados por el diario La Nación.
La situación ilustra el estado de la economía costarricense, golpeada por el efecto recesivo de severos programas de estabilización y la incertidumbre en la población y un sector de la empresa privada.
El problema es de consumo interno. Dentro de la empresa privada, el sector que más ha contraído su demanda de crédito es el que produce, precisamente, para el mercado nacional, porque al bajar sus ventas no encuentra ninguna justificación para contraer nuevas deudas.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, considera que la situación es producto de la lentitud con que está creciendo la economía costarricense y no del precio del dinero, porque las tasas de interés para préstamos están ahora en el orden de 28,5 por ciento, un rango considerado bajo.
Para 1996 se esperaba un crecimiento de la producción de tres por ciento, que superara el 2,5 por ciento del año pasado, pero ahora se estima que el año cerrará con sólo uno o 1,5 por ciento.
Además del lento crecimiento de la producción, la economía enfrenta otros dos hechos negativos. El costo de la deuda interna supera lo programado y el huracán César dejó hace 22 días pérdidas estimadas en cerca de 200 millones de dólares.
La lenta actividad económica, además, provoca también una lenta recaudación fiscal, por lo cual el déficit del gobierno central con respecto al producto interno bruto (PIB) llegará a tres por ciento, admitió este lunes el ministro de Hacienda, Francisco de Paula Gutiérrez.
El gobierno se había comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el cual tiene un convenio de contingencia, a que ese indicador bajara a 0,5 por ciento en 1996.
En cuanto a la deuda interna, constituye el más serio problema de la economía costarricense, porque el pago de intereses consume anualmente entre cuatro y cinco por ciento del PIB. Crece anualmente porque es el recurso que utiliza el gobierno para financiar sus gastos descubiertos.
Con el fin de buscar una solución a este problema, Gutiérrez designó una comisión de expertos que propondrá en algunos meses varias alternativas.
Además de los signos negativos, tanto Bolaños como Gutiérrez advierten síntomas positivos que muestran que la economía de Costa Rica salió superó la etapa de peligro de desestabilización (1994- 95) para entrar ahora en un período de crecimiento.
Entre los síntomas positivos advierten la baja de las tasas de interés, una inflación controlada que llegará a fin de año a 12 por ciento, una devaluación también bajo control y un buen nivel de reservas internacionales.
En base a estos datos, tanto el Banco Central como el Ministerio de Hacienda confían en que el segundo semestre del año muestre una tendencia hacia la reactivación de sectores como la construcción, considerado básico para interpretar el desenvolvimiento de la economía.
También confían en que el aumento de salarios de medio año, superior al índice de inflación, constribuya a la reactivación del mercado interno.
Los indicadores, positivos y negativos, de la economía fueron analizados durante las últimas dos semanas por las autoridades locales con una misión del FMI que estuvo en el pais centroamericano.
Gutiérrez indicó que, pese al desface en los ingresos fiscales debido al lento crecimiento y a los pagos de intereses de deuda interna, la mayoría de los instrumentos están en los niveles convenidos con el FMI.
La renegociación del convenio con el organismo multilateral se realizará en noviembre y el mes próximo, durante las asambleas anuales del FMI y el Banco Mundial, se realizará un nuevo análisis sobre la evolución de la economía costarricense, informó el ministro. (FIN/IPS/mso/ag/if/96