El primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto, se reunirá el lunes con el presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso en Brasilia, culminando una visita iniciada hoy y que busca recuperar las relaciones bilaterales que perdieron intensidad desde la década pasada.
Hashimoto arribó este sábado a Foz de Iguazú, ciudad turística del suroeste de Brasil en la frontera con Argentina y Paraguay, desplazándose en la misma tarde a Sao Paulo, la "capital" japonesa de Brasil, donde se reunirá este domingo con líderes de la numerosa comunidad nipobrasileña.
En Brasil viven más de un millón de descendientes de inmigrantes japoneses, factor importante en las relaciones entre ambos países. Actualmente 170.000 miembros de esa comunidad trabajan en Japón, recorriendo al revés el camino de sus ancestros.
La visita permitirá el anuncio de varios créditos oficiales japoneses para proyectos brasileños de medio ambiente y construcción de infraestructura, especialmente en transportes.
Pero el mayor interés brasileño es volver a atraer capitales japoneses en el nivel de los años 70.
En 1973 Brasil recibió 13 por ciento de las inversiones directas de Japón en el exterior, mientras a Estados Unidos le tocó 23 por ciento. En 1993 las respectivas participaciones fueron de uno y 43 por ciento, según una empresa de consultoría internacional.
Los datos del Banco Central indican que las inversiones y reinversiones japonesas en Brasil alcanzaban 7.300 millones de dólares en 1995.
En los años 80, la "década perdida", declinó la presencia económica japonesa en toda América Latina, reconoció Hashimoto en una entrevista publicada este sábado por el diario O Estado de Sao Paulo.
Pero ahora, la región tiene el mayor crecimiento mundial, después del este asiático, y además se democratizó y liberalizó su economia, abriendo paso a una nueva era en las relaciones con Japón, señaló.
En 1994, las inversiones japonesas directas en América Latina llegaron a 5.200 millones de dólares, 12,7 por ciento del total en todo el mundo y 3,3 por ciento más que en 1993, indicó la embajada en Brasilia.
En el comercio, hubo un gran desequilibrio en esta década. Mientras las exportaciones japonesas a la región aumentaron 103 por ciento de 1990 a 1995, pasando a 19.700 millones de dólares, las importaciones se estancaron en 11.900 millones, sólo 26,6 por ciento más que en 1990.
Ello se debió a una prolongada recesión económica en Japón en los últimos años y a la caída de los precios de productos primarios, que constituyen la mayor parte de las exportaciones latinoamericanas.
Hashimoto y Cardoso discutirán también en su encuentro del lunes en Brasilia de cuestiones políticas internacionales.
Japón y Brasil comparten la aspiración a un puesto de miembro permanente del Consejo de Seguridad de Nacionaes Unidas con el fin de tener una presencia mundial correspondiente al peso económico y regional de ambos.
El primer ministro japonés está efectuando una gira de diez días por América Latina. Ya estuvo en México y Chile y desde Brasil seguirá hacia Perú y Costa Rica. (FIN/IPS/mo/dg/if-ip/96