(Artes y Espectáculos)

por Mario de Quiroz

LISBOA, ago (Especial de IPS) Triunfar en cine arte y comercial italiano, español y latinoamericano e imponerse como "el malo de la película" enfrentando a los "buenos" Harrison Ford o Antonio Banderas en las grandes superproducciones estadounidenses no fue fácil para el portugués Joaquim de Almeida.

Pero pese a su éxito comercial, el más internacional de los actores portugueses subrayó a IPS que no olvida su condición lusitana y nunca dejó de aceptar papeles a algunos directores nacionales a quienes considera de nivel mundial.

En 1975, el joven de 18 años Joaquim Antonio de Portugal Batista de Almeida, decidió probar suerte en Estados Unidos. En esa etapa de su vida, no buscaba el éxito de los escenarios. Su intención era perfeccionar su inglés y, en lo posible, estudiar arte dramático.

Actualmente, divide su vida entre su apartamento de Nueva York y su casa de Lapa, el más bello barrio tradicional lisboeta. "Portugal es mi país, Lisboa es insustituible, aquí hay sol, buena disposición, buena mesa y simpatía", dice.

"Claro que no en todos los casos las muestras hacia mí son de simpatia", expresa al recordar sonriente que un día, llegando a su casa, una elegante señora que le impedía el acceso hacia el garage, responde irritada ante su pedido de liberar el paso: "Aquí no estamos en Hollywood. Esto es Lisboa".

Antes de la conquista de la fama, toda actividad fue válida para permitir al joven Joaquim sobrevivir en Nueva York: cargador de muelles, mozo de bar o aseador de hospitales, oficios que después le ayudaron a comprender mejor los papeles que debió interpretar.

No obstante, fue su afán de independencia y de conocer el mundo lo que le hizo realizar estas tareas, porque Joaquim de Almeida proviene de una pudiente familia de propietarios de industria farmacéutica, que podría haberle financiado estudios de inglés en la Universidad de Columbia y de interpretación en el Actor's Studio.

Con especial cariño y respeto, recuerda a sus profesores Lee Strasberg, Nicholas Ray y Stella Adleer en el Actor's Studio, paso previo al salto a la fama internacional, que se cristaliza con "Good Morning Babilonia", de los hermanos italianos Taviani en 1987.

Su rica filmografía le hizo aparecer en más de 40 películas, siete obras del "New York Theatre" y ocho series de televisión.

La versatilidad del actor, que además de su portugués materno domina a la perfección el español, el inglés y el italiano y habla un alemán de excelente nivel, hace difícil para el espectador convencerse de que no se trata de un actor de la nacionalidad del personaje interpretado.

Convenció como latinoamericano en "Sandino", del chileno Miguel Littín, o de traficante de drogas en "Desperado", de Robert Rodríguez, junto a Banderas, y en "Clear and present danger", de Phillip Noyce, en el logrado papel de enemigo principal de Harrison Ford.

Tampoco es fácil aceptar que no es italiano en los filmes de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, Roberto Faenza, Nino Marino o Nino Bizarri y español en películas de Pedro Olea y Pedro Carvajal.

En los últimos años, hacer de "malo" se ha ido convirtiendo poco a poco en la especialidad "hollywoodiana" de este portugués de 39 años, que en la vida real poco tiene que ver con estos personajes, al demostrarse culto, afable y hasta invadido por una cierta timidez que ni la mejor actuación logra esconder.

Estos roles, como recuerda, le han acarreado incluso peligro de vida, cuando un estadounidense borracho en un bar confundiço un día la ficcion con la realidad y se empeñó en que tenía que matar a "este maldito colombiano traficante de drogas", disparándole un tiro que por fortuna sólo le causó una herida en la mano.

No obstante los suculentos ingresos que significa el cine comercial estadounidense, a diferencia del español Antonio Banderas, que optó por seguir únicamente esa línea, de Almeida no abandona a los directores, en especial portugueses, españoles e italianos, del llamado cine intelectual, que tienen grandes ideas pero poco dinero.

"Es bueno unir ambas cosas y no confundir el cine comercial con el artístico", opina el actor al iniciar estos días su actual trabajo con laa española Carmen Maura, su gran amiga de la que en esta obra será amante ya por tercera vez y con quien actualmente filma en Lisboa y Luxemburgo.

"Tres deseos", del portugués Luis Galvao Teles, en la que participa junto a Maura y las francesas Marthe Keller y Miou-Miou, inició su rodaje a fines de julio, una semana después que regresó de Colombia, donde trabajó con la francesa Valerie Kaprisky en la producción televisiva gala "Lazos de Sangre".

Entre los proyectos futuros, existen propuestas de hacer nuevamente de "malo de la película" en "Zorro", un nuevo filme de Robert Rodriguez, donde el legendario héroe sería interpretado por Antonio Banderas.

En julio pasado la Asociación de la Prensa Extranjera en Portugal (AIEP) galardoneó a Joaquim de Almeida como "el Personaje del Año", premio entregado por el presidente de la república en nombre de los corresponsales y que se concede a la personalidad que más proyectó al país en el extranjero.

Según la AIEP, durante su carrera, el actor "consiguió superar todas las barreras de lengua y culturales, realzando sus capacidades de actor de genio versátil, que le permite representar todo tipo de papeles de manera convincente".

Su implantación coloca a Joaquim de Almeida en la reducida lista de personajes contemporáneos que ofrecen la "imagen de marca" de Portugal en el mundo, junto a la fadista Amalia Rodrigues, el futbolista Eusebio da Silva Ferreira y el político Mario Soares. (FIN/IPS/mdq/dg/cr/96)

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