ARMAS: Nueva fuente de financiación para compras en EE.UU.

Estados Unidos se lanzó en apoyo de su industria de armas con la aprobación del programa de Garantía de Créditos para Exportaciones de Defensa, que facilita a los países en desarrollo la financiación de sus compras de material bélico.

El programa, por 15.000 millones de dólares, está destinado a las naciones que no disponen de otras fuentes de crédito para la adquisición de armas en Estados Unidos y que tampoco reciben la ayuda militar que pretenden, explicó a IPS William Hartung, de la Nueva Escuela de Investigación Social, de Nueva York.

Al crecer la competencia por el mercado de de defensa del mundo en desarrollo, los fabricantes de armas solicitan ayuda gubernamental para la financiación de sus ventas, según un informe divulgado esta semana por el Servicio de Investigación del Congreso estadounidense (CRS).

"Las opciones de exportación de armas están limitadas por la declinación del mercado internacional, y la competencia por los contratos disponibles se ha intensificado en gran medida", destacaron los autores del informe, titulado "Transferencia de armas convencionales a países en desarrollo, 1988-1995".

La industria de defensa busca apoyo gubernamental para la financiación de la venta de armas a naciones que pretenden comprarlas pero no cuentan con recursos suficientes para hacerlo, señaló el CRS.

La presión de la industria militar se debe a la caída del comercio de armas entre países del Norte industrializado, que obliga a los fabricantes a aumentar sus exportaciones al Sur, de acuerdo con el informe.

El programa de garantía de créditos representa una ayuda a "los contratistas de defensa", que solicitaban su aprobación desde 1988, y su costo recaerá sobre los contribuyentes estadounidenses y de los países importadores, afirmó Hartung.

Estados Unidos anuló en los últimos seis años deudas por compra de armas por 10.000 millones de dólares. Setenta por ciento del monto cancelado correspondía a obligaciones contraídas por Egipto.

Hartung cree que una alta proporción de los créditos a concederse en función del programa de garantía tendrán el mismo destino.

También el Pentágono concede créditos para la compra de material bélico en Estados Unidos, aunque esa fuente favorece de modo claro a aliados firmes, como Egipto.

Así mismo, el Export-Import Bank facilita préstamos para la adquisición de instrumentos "de doble empleo", como el radar y el helicóptero, que tienen uso civil y militar.

El programa nuevo programa fue aprobado cuando el gobierno de Estados Unidos, su Agencia para el Desarrollo Internacional y organizaciones multilaterales como el Banco Mundial aconsejan a los países en desarrollo el recorte de los gastos de defensa.

Estados Unidos intentó en 1991 "un acuerdo entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas para limitar la cantidad y la calidad de la venta de armas a Medio Oriente", el principal mercado de la industria militar durante la guerra del Golfo, señaló el CRS.

Pero los miembros permanentes del Consejo de Seguridad no lograron concertar una meta de reducción global de la venta de armas, y la iniciativa, promovida por la administración de George Bush, finalizó en el fracaso. Medio Oriente es todavía la primera región del mundo cuanto a importación de armas.

Otro motivo del fracaso fue el retiro de China de las conversaciones, determinado por una exportación de aviones de combate de Estados Unidos a Taiwan.

El gobierno de Bill Clinton y el Congreso acordaron estudiar "los factores que contribuyen a la proliferación de armas estratégicas y convencionales de vanguardia" y "las opciones políticas asequibles a Estados Unidos para inhibir esa proliferación", indicó el CRS.

Clinton creó en enero de 1995 un consejo asesor de cinco miembros para realizar ese estudio. Pero ya está trazado el límite a su esfuerzo.

En efecto, mientras el consejo asesor comenzaba su tarea, la Casa Blanca expuso la política presidencial en materia de transferencia de armas.

El CRS explicó que la administración de Clinton considera la transferencia de armamento "un legítimo instrumento" de su política exterior, si ayuda a aliados de Estados Unidos "a disuadir agresiones, promover estabilidad regional" y en su cooperación en materia de defensa con Washington.

La oficina del Congreso también señaló que, de acuerdo con la política de la Casa Blanca, la decisión de vender o retener armas "será tomada en función de cada caso".

Eso siginfica que la política puesta en marcha es "suficientemente amplia para permitir la mayoría de las ventas, en el entendido de que favorecen los intereses nacionales de Estados Unidos", se destacó en el informe.

Entre 1988 y 1995, la transferencia de armas convencionales a los países en desarrollo reperesentó 69,4 por ciento del total global, y el último año, la proporción aumentó a 76 por ciento. Estados Unidos permanece como el primer abastecedor mundial de armas. (FIN/IPS/tra-en/aa/pz/ff/ip/96

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