Compañías transnacionales del mundo industrializado se resisten a compartir tecnologías compatibles con el ambiente con empresas de países en desarrollo.
El Sur podría no sea capaz de cumplir los compromisos del Protocolo de Montreal, acuerdo internacional que tiene la finalidad de acabar con el adelgazamiento de la capa de ozono a través de la reducción progresiva del uso de clorofluorcarbonos (CFC).
El protocolo dispone que los países industrializados eliminarán la producción y el uso de CFC en el 2000, mientras las naciones en desarrollo cuentan con diez años más para cumplir la misma meta.
El acuerdo, además, estableció la creación de un fondo para contribuir con los países en desarrollo en la implementación del protocolo y normas sobre transferencia de tecnología del Norte al Sur en términos justos y favorables.
Un alto funcionario del Ministerio de Comercio de India dijo que los países en desarrollo que fabrican refrigeradores y otros productos que contienen CFC hallan dificultades para reducir de forma gradual el uso de esas sustancias, pues no tienen acceso a otras ambientalmente aceptables controlados por firmas del Norte.
Cinco compañías de India utilizan grandes cantidades de CFC en su producción y corren riesgo de clausura si no cumplen con las metas del Protocolo de Montreal en el 2010.
A pesar del acuerdo, los fondos disponibles para los países pobres son groseramente inadecuados para solucionar los problemas que causa la reducción gradual del empleo de CFC o el desarrollo de sustancias que lo sustituyan, según el funcionario indio.
Además, la prometida transferencia de tecnología en términos favorables y justos no se ha concretado.
Tres de las empresas indias crearon un consorcio que tiene el objetivo de producir sustitutos de CFC con tecnología local. La investigación está en una etapa avanzada e India tiene ahora posibilidades reales de desarrollar una sustancia con las mismas propiedades, denominada HFC 134A.
Pero la implementación de este plan enfrenta obstáculos debido a los acuerdos alcanzados en la Organización Mundial de Comercio (OMC) referidos a la propiedad intelectual, denominados TRIPS por sus siglas en inglés.
Los TRIPS disponen en forma obligatoria para los países que integran la OMC el reconocimiento de la propiedad intelectual de casi todas las tecnologías, inclusive las referidas a la protección del ambiente.
Una vez que los TRIPS sean plenamente vigentes, los industriales de India se verán impedidos de producir o emplear el sustituto del CFC sin el permiso de los propietarios de la patente.
Los derechos del HFC 134A son propiedad de unas pocas compañías transtacionales que, para mantener la competitividad y aumentar su parte del mercado, podrían no otorgar el permiso para el uso de esa tecnología a firmas de países en desarrollo a las que perciban como rivales.
Algunas de las compañías indias desean pagar el precio de mercado, o aun más, por esa tecnología. Pero una de las firmas que posee la patente se rehúsa a otorgar la licencia a menos que se le entrege la mayoría del paquete accionario de la empresa.
Este ejemplo demuestra hasta qué punto los países en desarrollo están en un aprieto.
"Por un lado, están convencidos o presionados para cumplir los acuerdos internacionales sobre ambiente y toman pasos dolorosos para cambiar sus políticas económicas o sus métodos de producción", dijo Mohammed Idris, presidente de la organización internacional Red del Tercer Mundo.
"La ayuda financiera y la transferencia de tecnología en términos justos y favorables fue prometida tras duras negociaciones para convencer a los países del sur de que firmen el protocolo", agregó Idris.
Sin embargo, "cuando los acuerdos entran en vigor, los fondos son menores que los prometidos ITEM CLOSE